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Desde la mañana del día siguiente a la reunión, Atsushi estuvo pensando como enviarle un mensaje a Dazai. Luego de analizar sus posibles opciones le envió a Osamu:

"Hola, soy Atsushi".

Si le enviaba un mensaje rebuscado sonaría muy antinatural, y debido a que Dazai ya sabía que era un lector de sus novelas, le convenía andar con prudencia.

De inmediato se arrepintió ya que eso era demasiado simple, pero tampoco es como que tuviera que decir algo muy extravagante solo para que el escritor conociera su número.

Estaban pasando demasiadas horas y el chico de cabello blanco no obtenía ninguna respuesta. Comenzó a dudar si Dazai le contestaría, pero se impactó al recibir su mensaje.

"Hola Atsushi, ahora te añado a contactos".

Nakajima estaba irradiando felicidad. Con una gran sonrisa y los ojos brillantes le agradeció al castaño. Estaba pensando en que decirle ahora para entablar una conversación con él. Para su fortuna, Osamu lo sacó de ese apuro preguntando como se encontraba ese día.

Atsushi tenía una felicidad casi sólida y no era para menos, después de todo, estaba interactuando con su escritor favorito. Por una parte, se sentía especial, aunque había otra que lo bañaba en preocupación: ¿Osamu lo estaría viendo como un simple fanático de sus novelas? ¿O como una persona con la que podría entablar una amistad? En caso de que el primer escenario fuera el verídico, tendría que cambiar la perspectiva del escritor a toda costa. Si esto no se modifica, persiste el riesgo de que dejen de hablar muy pronto. Tuvo así la idea de no comentar nada que se relacionara con Dazai como escritor, como sus libros. Por el contrario, hablaría con él como una persona común, fingiendo que ignora en que trabaja.

De cualquier forma, no tendría que apresurarse demasiado. Tomarse el tiempo de que ambos se conocieran era algo de suma importancia. Atsushi ya estaba muy bien informado en cuanto a diversos aspectos en la vida del castaño, pero a la inversa no era así. Si Nakajima quería que Osamu se enamorara de él tendría que destacar por su paciencia.

Amar a una persona puede ser un proceso instantáneo o lento, en la mayoría de las ocasiones lo segundo. Así fue para Atsushi, sin embargo, en la actualidad está convencido de querer con toda su alma al escritor. Ha visto sus victorias, lados buenos, así como sus defectos, temores y malos comportamientos. Era impresionante la cantidad de información que las novelas revelaban sobre el autor.

Nakajima sabía cómo era Osamu en todos los aspectos y después de "convivir" tanto tiempo con él, ¿cómo no iba a enamorarse?

El chico de cabello blanco tenía que buscar una manera de acercarse a Dazai y terminar siendo cercano para él. No podía lanzarse a tratar de ayudarle con sus problemas, eso era hasta que Osamu confiara en él y le contara algo. Tenía que idear una forma de que eso ocurriera.

Por ahora lo que más estaba a su alcance era intercambiar mensajes con él.

Las conversaciones eran bastante fluidas en temas cotidianos: como le iba a Atsushi en la preparatoria, sus pasatiempos, entre otras cosas.

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Dazai no hace nada en todo el día. Se supone que escribe, ese es su trabajo. Lo ama cuando tiene inspiración, y en ocasiones como estas, en las que se esfuerza por escribir, pero no puede si quiera pensar una palabra, se abandona a una apatía fatal.

Eran ya las siete de la noche y no había podido hacer nada. Solo limpió toda la casa, esperando que le llegara inspiración.

Habían pasado ya dos horas desde que Fyodor volvió del trabajo. Notó que Dazai estaba muy pendiente a todos los mensajes que le llegaban y se apresuraba en responderlos. Así que preguntó:

BANCA, PAJARRACO Y BOMBONES [DAZATSU]Where stories live. Discover now