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Atsushi estaba mirando su celular, aburrido. No recordaba cuanto tiempo llevaba ahí, pero sabía que era mucho.

No iba a molestar a Chuuya para que se fueran, solo porque el mismo Nakajima le pidió acompañarle. Pero el peliblanco no habría previsto que la reunión sería tan aburrida para él.

Las personas que se encontraban en aquel lugar eran los excompañeros de bachillerato de Chuuya. Atsushi no conocía a nadie y, por tanto, no estaba platicando ni haciendo nada. Pero cuando se enteró que su hermano saldría, quiso ir porque ya llevaba días encerrado en su casa.

Nakajima dejó el celular en la mesa y se recargó bien en el respaldo de la silla. Paseó la mirada por el salón en busca de algo que ver para entretenerse.

Tenía una sorpresa casi sólida al ver bailando a quien menos pensó en encontrarse ahí. El hombre que visualizó tomaba las manos de Chuuya y se movían al ritmo de la música que sonaba.

Se trataba de Dazai Osamu, su escritor favorito. No era muy reconocido, pero Atsushi luego de que leyó uno de sus libros, se empeñó en leer todos los demás. A palabras de Nakajima, del castaño nacía un talento inigualable, solo no tenía la fama que merecía.

No era conocido a nivel mundial, sin embargo, Osamu ya era un escritor que daba entrevistas, firmaba sus libros e incluso llegó a salir en la televisión local.

Cada texto escrito por el castaño encantó de una manera única a Atsushi, que no solo se interesaba en los cuentos y novelas, también la vida personal del autor. Había visto todas sus entrevistas y uniendo los libros con lo que Osamu contaba, logró llegar a varias conclusiones sobre el novelista. El chico de cabello blanco era fiel creyente de que sus conjeturas eran verídicas, era una misión imposible hacerlo cambiar su parecer. Nadie lo intentó nunca, pero en caso de que hubiera ocurrido, Atsushi habría soltado un monólogo explicando que relación tenía Dazai con cada cosa que pasaba en la novela.

Su sorpresa era descomunal. ¡El hombre que pensó que nunca conocería de pronto se presentaba en persona!; bailando con su hermano mayor.

¿Cuál era la razón por la que estaba ahí? ¿Y por qué parecía cercano al pelirrojo?

La música cesó y Atsushi, sin pensarlo dos veces fue con Chuuya a preguntarle.

—¡Ah! Era mi amigo en preparatoria —fue la contestación que obtuvo.

Nakajima no daba crédito a sus palabras.

—¿¡De verdad!? ¿¡Y por qué nunca me dijiste nada!?

—No lo vi como algo relevante de contar. Además, tenía años que no le hablaba.

—Pero... —Atsushi no sabía la manera de organizar sus palabras. Toda su familia ya estaba al tanto de que él admiraba a Osamu en grado sumo.

Tomó la decisión de acercarse a Dazai, pero no sabía que decir. Presentarse como un fan podría incomodarlo, sin embargo, si no era así, no tendría otro pretexto para acercarse a él.

Se posicionó a un lado de Chuuya, que estaba hablando con el chico de cabello café y otra persona que él no conocía. Todos tenían un vaso en la mano y conversaban de forma alegre sobre algo que cuando llegó pudo escuchar:

—No gano millones —dijo Dazai—. Aunque gracias al cielo o al infierno, ya tengo trabajo seguro.

—Pero ganas mejor que Chuuya y yo —comentó la persona desconocida.

—¡Quien diría que el que iba a reprobar tiene más dinero que todos los que estamos aquí! —intervino el pelirrojo.

—No tanto —contestó el castaño con una sonrisa—. Solo tengo lo suficiente para vivir...

BANCA, PAJARRACO Y BOMBONES [DAZATSU]Where stories live. Discover now