Despedidas Vs Confesiones

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"—Resuelto" fueron las palabras de Stan y Nikolái, al llegar a mí. Lo hicieron con la mejor de las sonrisas y sin ocultar el alivio que sentían. Alejar a un abusador de las calles y de preferencia de este mundo, siempre generaría ese tipo de sentimientos.

—¿Lissa? —pregunta Nikolái —¿Dónde está?

Su buen humor acabó cuando les dije que Lissa había tenido una recaída. Hasta el momento Mika no ha notado la ausencia de su madre. El medicamento hizo efecto y se había quedado dormido.

—¿Quién está con ella?

—Su hermana.

—¿Qué tan delicado es? —me pregunta Stan.

—Fue hace una hora, prometieron mantenerme al tanto—niego viendo a Mika dormir y a Nikolái buscar una silla para ubicarse a su lado —no me han llamado y no puedo dejarlo solo.

Me encantaría tener el poder de estar en dos sitios a la vez, pero no era posible. Cassy, decidió ser ella la que estaría a su lado y no dio lugar a objeciones. Su rostro gris y mirada vidriosa hablaba de lo preocupada que estaba.

—Tengo parte de culpa —a mi mente llega las imágenes de como la traté hace unas horas—no vi los síntomas, mareos, rostro pálidos, labios resecos —niego —encima de todo la acusé ...

—¿Qué sucedió? —niego a Nikolái sin poder hablar —¿Qué le hiciste? —insiste.

Juzgarla de manera indebida, acusarla de pensamientos o tratos de los que nunca ha habido. Sin importar mis errores, Lissa nunca me ha menospreciado de ninguna forma. No necesitaba de mi autoestima baja, de mi debilidad o demonios internos. Requería de un hombre que le diera valor y la ubicara como prioridad.

Algo que yo no he podido ser.

—Le fallé en lo más básico.

A mi memoria llegan las burlas de Lissa cuando Mika y yo armamos la carpa en el jardín. Ella desde el porche nos observaba y se mofaba de mi negativa por no usar la guía. Una noche mágica en donde descubrí su estado de salud, el miedo de ella, y el de mi hijo.

"—Tu mamá no me cree, ¿Qué debo hacer para solucionarlo?"

Me parece estar viendo su rostro lleno de temor, sostenía en su mano la cuerda de la carpa con la que jugaba distraído. Entendí que era algo importante al dar un paso al frente y lo siguiente lo dijo en un susurro, asegurando con eso que su madre no nos escuchara.

"—¿Puedes ayudarla a sanar? Ella llora cuando te vas."

Me quedé sin aliento, por la importancia de esa pregunta, el temor en sus palabras, y la certeza de mis sospechas. Llevaba días con ellas, el comportamiento de Lissa y el miedo insistente en Mika sobre la muerte y quedar solo. El mensaje recibido de Ava en ese instante me distrajo y permitió no responderle. Como todo en ese instante, puse a Ava como prioridad y deseché el pedido de mi hijo.

Tuvo que pasar nueve días y volver a repetirlo, para responderle. Le hice la promesa de no abandonarlos, ya me había prometido, pero que mi hijo no sabía. En ese instante, como ahora, no vi lo que ocurría a mi alrededor, me ganó el egoísmo y el pensamiento en terceros.

—Ella estaba sintiéndose mal y no lo dijo por no preocupar —comento a un Stan y Nikolái que han guardado silencio en todo mi relato —pensó en mí y no en ella, fui un imbécil. —finalizo.

Stan suspira largo y se cruza de brazos con la vista fija en Mika. Por fortuna, duerme como ángel, lo que es. El conflicto lo tendré mañana, cuando lo den de alta y pregunte por su madre. Mentirle no me gustaría y decirle la verdad es empezar una lucha, querrá quedarse.

Akim (Saga Angeles  y Demonios #4)Where stories live. Discover now