Rastros ocultos

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Un grupo de cincuenta personas acompañaron a Ava al sepelio de su madre. Amigos de la escuela, de su familia y creo que hasta un par de excompañeras de su madre. Los Callaghan, encabezado por Jones, estaban a su alrededor, la pequeña lloraba desconsolada y entendía su dolor.

Jones Callaghan, fue el encargado de recoger el cadáver y hacerle cristiana sepultura. En su haber, existía un poder, dejado por Jimmy Cohen, sobre sus bienes, nieta y lo que heredaría. Aquello me puso a pensar en lo que hubiera sucedido, de irnos a juicio jamás lograría ganarle sobre desconectar o no.

En cuanto a quedarse con Ava, era algo que nunca lo sabría y no me interesaba saber, sentía que ella me defraudó al acusarme de esa manera. Es posible que no lo recuerde, pero le advertí nunca mentirme, si algo odiaba en esta vida era eso. Por el momento me basta saber que no está a mi lado y ha encontrado alguien que la proteja.

Contaba con tiempo para cuidar de Lissa y conocer más a mi hijo, debería ser suficiente para mí. No obstante, seguía imperando el sentimiento de aprensión sobre su comportamiento. Según Nikolái, había que agradecer, nos quitaran esa carga de encima, ya que me dejaba tiempo libre.

Si bien, estaba en lo correcto, era fue el modo en que lo hicieron, lo que me generaba indignación. Lo peor, es que lo hizo la personita que menos creí capaz de un acto así, quien le demostré cariño y respeto. Aún estaba siendo investigado, eran constantes la presencia de algún oficial en casa para sacar los videos o verificar algo. Esas visitas me han hecho conocer a un grupo de vecinos, la gran mayoría preocupados.

A nadie le gustaría tener cercano a un posible depredador sexual, sobre todo si la posible víctima es menor y tienes hijos. Todo aquello me ha hecho navegar rodeado de emociones tóxicas y peligrosas, sobre mi futuro y de los míos, la mayoría de ellas.

—¡Esto es un circo! —explota Nikolái —hasta Vryzas, está incómodo —se mofa señalando al griego.

Angelo y Anker también asistieron, ellos si se integraron al grupo, Nikolái y yo nos mantuvimos a cierta distancia. En mi caso el sentido común me decía que no era buena idea hacerlo en Nikolái por convicción. A él no le gustaban los cementerios, sitios que consideraba innecesarios.

—Gracias por venir. —le digo apoyando la mano en sus hombros y gruñe en respuesta.

—Quería asegurarme que estuviera muerta y Anita lejos de los dos. —escupe de mal humor. —Estos sitios son estúpidos, hay muchos vivos que necesitan una casa. Por qué hacer un espacio a muertos que Acabarán siendo olvidados.

—No me reclames, no estuve allí cuando dieron esa orden —sonríe en respuesta, pero cuando sus ojos caen en un punto de los asistentes su sonrisa se esfuma.

Su teoría era que deberíamos ser incinerados al morir o plantar un árbol, como lo hacían los Doyle con los traidores.

—Te espero afuera —comenta cuando el sacerdote a cargo de la ceremonia empieza a hablar.

—No pensé que fueras ateo. —hablo mirándolo por encima del hombro.

—No es la religión lo que me hace ir y lo sabes —manifiesta deteniéndose y señalando al grupo que asiste —es el esfuerzo que hacen cuando es tarde y no hay nada que hacer, los muertos no lo verán. El funeral es el acto más hipócrita que se han inventado los seres humanos.

—Supongo que los motiva el sentimiento de culpa. De todas maneras, te agradezco la compañía. Sé que te importaba tres quintos Zafiro...

—No me interesó en vida menos, lo hará muerta —finaliza con vehemencia. —me largo.

Giro un instante para observar su figura en traje negro, marcar los pasos con seguridad hacia la salida. Su compañía en el cementerio me demostró lo importante que era para él.

Akim (Saga Angeles  y Demonios #4)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ