23. Los amiguitos

36.9K 5.7K 905
                                    




Los amiguitos

Clover


Mi mirada está en Kevin que mantiene los labios apretados mientras mira a Oscar conversando con un chico muy atractivo que es amistoso con sus manos. No necesito preguntar para saber que está celoso e irritable, sobre todo porque cuando Oscar le dijo que sentarse en el césped no le haría bien a su pierna, más insistió en hacerlo e intuyo que le dolió.

Actualmente espera a que Oscar vuelva a nosotros con el hielo que buscó debido a que la pierna de Kevin se encuentra hinchada mientras la mantiene estirada sobre las mochilas agrupadas.

Estoy acostumbrada a ver todo tipo de cosas en el cuerpo humano, pero ver ese metal clavado en la carne de mi amigo sabiendo que le duele, me hace sentir mal y me revuelve el estómago.

—Tal vez algún día finalmente llegue con el hielo —bromeo.

—O quizá ya se derritió —asegura irritado y apretando los labios cuando hace un leve movimiento que parece dolerle.

Me duele mucho que Kevin haya salido herido y con algo tan duradero, pasa mucho tiempo con dolor, sobre todo ante el frío o cuando apoya sin querer el pie o hace movimientos bruscos, las rehabilitaciones son dolorosas, lo sé porque lo acompañé a dos de ellas cuando Oscar no pudo hacerlo y le fastidia y abruma depender de otros porque desde muy temprana edad le tocó ser independiente, además, Oscar es quien ha asumido mucho de su cuidado lo que lo tiene aún más tenso.

Le retiro el cabello castaño de la frente que comienza a humedecérsele con sudor por su evidente malestar físico y sus ojos verdes muy claros se enfocan en mí, no son capaces de ocultar cuánto le duele.

—¿Quieres que te ayude a volver al apartamento?

—Olvídalo, dolerá más si me pongo en movimiento ahora antes de desinflamar y me niego a tomar un jodido calmante, no me haré adicto a esa mierda. Puedo con esto.

»Tengo la impresión de que no podré volver a competir en natación —dice intentando restarle importancia— y mi papá está cabreado. No le molesta que me gusten las pollas, pero sí que rompa con la racha de deportistas en la familia, pero se le pasará.

—Estoy segura de que así será.

Porque el padre de Kevin es un divertidísimo señor super fuerte, que habla muy rápido, quiere que todos ejerciten y dueño de un canal televisivo, pero aunque presiona a su decendencia a ser deportista, también entenderá que esto escapa de las manos de su hijo menor.

Miro con fijeza a mi amigo y me da el intento de una sonrisa. Me es inevitable no fijarme en sus profundas ojeras y en que su rostro se ve más delgado y pálido.

—Estoy bien, canela pasión oriental. Sobreviví a una balacera puedo con esto. Sé que me veo como una mierda y aunque es peor de cómo luce, saldré de esto.

Le creo en tanto asiento y le tomo de la mano cuando se encorva y entrecierra los ojos antes el dolor, llevando su otra mano temblorosa hasta su muslo como si por un momento pensará que eso aliviará el dolor.

—Kevin, una píldora del calmante no te hará un adicto, es claro que te duele muchísimo.

—Ya he tomado una y media hace dos horas —responde apretando los dientes mientras el cabello se le pega a la frente sudada—. Debo aguantar, simplemente distraerme, hablemos de algo.

—¿Cómo vas con todo esto de Oscar cuidándote?

—¿De verdad, Clover?

—Fue lo primero que me vino a la mente, pero puedo cambiar de...

Clover (Parte I y Parte II)Where stories live. Discover now