13. Esa canción

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Esa canción.

Clover.


Trato de no dejar que los nervios me invadan mientras Callum me mira sacar bandejas llenas de bastante comida. El olor es francamente bueno y debido a que me salté la hora del almuerzo recaudando los ingredientes frescos para la comida y descubriendo cómo seguir la receta sin arruinarlo junto a Edna, solo alcancé a compartir una taza de cereal con mi amiga, pero eso es bueno porque mi apetito está muy abierto y deseo devorarme toda mi obra maestra.

—Eso huele bastante bien —comenta Callum que ahora que le voy quitando las tapas a las bandejas.

—Qué bueno que te lo parezca porque no ha sido nada fácil de cocinar.

Subo la mirada y trago al verlo porque nunca lo había visto sin camisa, al menos no de cerca porque varias veces lo he visto trotar sin ella. Su piel es pálida, parece satinada, sus pezones rosa pálidos se encuentran perforados con piercings en cada uno de ellos y luego hay toda una extensión firme de abdominales, no exageradamente marcados, pero sí definido con un rastro de vello rojizo que inicia desde debajo de su ombligo hasta perderse debajo del pantalón de chándal que cuelga de sus caderas dejándome ver la cinturilla de su bóxer. Le doy la suficiente atención para descubrir que de hecho también tiene un rastro de pecas dispersas desde uno de sus oblicuos, las únicas pecas que le he visto hasta ahora.

—Qué descarada eres —dice y de inmediato mis ojos vuelven a los suyos.

Su actitud es seria, pero creo ver un brillo en sus ojos que me hace difícil determinar si se encuentra muy molesto o puede darme tregua junto a una oportunidad.

— ¿Qué tal si buscas unos platos y utensilios para que podamos comer? No quiero que la comida se enfríe —Hago una pausa—. También podrías ponerte una camisa en el proceso.

—Iba a tomar una ducha.

La aclaratoria no hace nada por mejorar las cosas, porque tengo una imaginación muy vívida que parece no tener descanso y sus palabras han puesto la imagen en mi cabeza. No sé qué refleja mi rostro, pero una de sus cejas rojizas sube y se muerde el labio inferior.

—Iré a tomar una ducha veloz y luego buscaré lo necesario para servirnos la comida —Hace una pausa—. ¡Por los duendes irlandeses! Definitivamente debo tomar una ducha muy rápida porque esa comida huele cómo el cielo.

Sonrío y creo que quiere devolverme el gesto, pero en última instancia se gira y se aleja en un pequeño pasillo, dejándome sola con un profundo suspiro.

—De acuerdo, no está marchando tan mal —Me digo.

Vuelvo a tapar las bandejas de comida para que mantengan la temperatura y aunque Callum se dé una ducha bastante corta, me siento inquieta así no puedo evitar desplazarme por la sala de lo que es una bonita casa.

No hay mucho que ver, pero igual quiero explorar. Un televisor pantalla plana considerablemente grande cerca de un sofá, una amplia mesita, unos cuadros que no combinan en las paredes y un mini bar con unos pocos licores. Luego hay un pasillo que estoy suponiendo conduce a la cocina y otro pasillo por el que Callum desapareció en dónde vislumbran dos puertas que se encuentran cerradas.

Sé que mis notas podrían hacerte pensar que estaba sobre Callum averiguando de su vida, pero la verdad es que ese no es el caso. Soy honesta cuando digo que eran notas inofensivas sin ningún fin y que de hecho no esperaba este escenario, así que desconozco si Callum vive solo, pero lo más probable es que cómo otros tantos estudiantes comparta casa y hasta hoy o bueno, hasta que me envió su dirección, me entero de en dónde vive que no es más que cinco cuadras lejos de la universidad, ahora entiendo un poco más porque se moviliza en su auto.

Clover (Parte I y Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora