Clover (Parte I y Parte II)

19. Somos cuatro... ¡Cuéntalos!

Somos cuatro... ¡Cuéntalos!

Clover

—¿Es verdad? —Me pregunta Kevin dándome la sacudida de mi vida con sus manos sobre mis hombros.

No hay saludos, abrazos o rodeos. Mi amigo simplemente me sacude con tanta fuerza como puede antes de liberarme, moverse hacia Callum, quien se encuentra a mi lado sonriéndole a una de las tantas personas que conoce. A Kevin no le importa interrumpirlo para tomarle la mano para evaluar el anillo.

—¡Dios mío! Es verdad —Se ríe— y este es un anillo caro, es oro de al menos...

Carraspeo mi garganta y debido a que posiblemente no lo escucha por encima de la música, lo pellizco deteniendo su indiscreción.

Es cierto que es un anillo caro, es la primera vez que le doy a un novio un regalo tan costoso: seis mil quinientas libras esterlinas. Y fue con la tarjeta de papá, esa que me dice que es para uso de emergencia, para mí darle un anillo caro a mi hermoso novio, era una emergencia.

Estoy preparando mentalmente mi discurso y expresión de víctima cuando papá vea el registro de compras y luego sepa que de hecho fue un anillo que no era para mí y que además, es de compromiso.

Pero volviendo al punto, es un anillo caro que le queda precioso y que ahora lo declara mío oficialmente. Nunca fui una mujer posesiva, celosa o territorial, pero Callum me ha hecho descubrir muchas cosas de mí misma y debido a que está más loco que yo, me queda claro que ese tipo de cosas lo encienden.

—No toques mi anillo si tienes la mano sucia con tu bebida —Le aleja la mano Callum y Kevin arquea una ceja.

—Delicado —Sonríe— ¡Felicidades! No puedo creer que realmente se comprometieron, que son los primeros del grupo en hacerlo.

—Sí —dice Stephan llegando y pasándole un brazo por los hombros a Kevin—, todos pensamos que esos serían Oscar y tú.

Kevin frunce el ceño de manera inmediata, pero también me doy cuenta de su expresión de dolor antes de que ruede los ojos y sacuda la cabeza en negación.

—Oscar ni siquiera piensa en casarse, piensa que todas las celebraciones son un malgasto de dinero.

—Eso es lo que piensa la gente pobre —dice Stephan y Callum tose para ocultar su risa.

—Oscar no es pobre —Defiende Kevin—, tiene más dinero que tú.

—Oh, ahora eres clasista —Lo fastidia Stephan.

—Tú empezaste.

—Hablaba de Oscar, no de ti.

—Y te digo que no es pobre.

—Pero no tiene tanto dinero como tú —sigue Stephan.

—Sin embargo, tiene más que tú.

—¿Lo ves? —Se burla Stephan— Clasista.

—Ni siquiera discutiré contigo el punto y cómo hiciste todo este problema, Stephan.

—El punto es que se supone que Oscar y tú serían los primeros —retoma el mencionado su punto de vista.

—Y hablando del chico sexi —dice Callum antes de gritar el nombre de mi amigo.

Todos volteamos y miramos a Oscar conversando con una guapa mujer que claramente está interesada, no sé si él lo está, pero parecía entretenido.

—Típico, nunca está solo —dice Kevin.

Oscar nos da una mínima sonrisa antes de inclinarse para decirle algo a la mujer y acercarse a nosotros a un paso algo lento y saludando a unas cuantas personas en su camino.