Capítulo 24: ¿Austin siente cosas por mí?

Start from the beginning
                                    

―Te vengo a visitar porque te extrañé durante todo el fin de semana... ¡Rescatando a mi mascota! ¿Qué más podría estar haciendo? ―Bufo―. ¿Piensas que vendría a visitarte?

Me río ante esa idea.

―¿Dónde está ella? ―Me pregunta de manera seria.

Tiene el tupé de ponerse serio, encima.

―Claro, seguro que te lo diré. Bueno, creo que se me hace tarde, así que nos vemos mañana, por desgracia ―Intento salir, pero él me detiene de nuevo.

―No, no, no, hay algo que no entendiste, niñita. No te irás de aquí hasta que me digas dónde está la cerdita ―explica. Él enarca una ceja y tengo ganas de darle una buena patada en la espinilla, pero es su casa, estoy en su cuarto y por ende no me conviene.

―Gritaré y déjame decirte que mi voz es muy potente cuando grito ―Cruzo mis brazos.

―¿No querrás decir chillona? ―Se burla―. Grano de Hobitt, te lo preguntaré por última vez: ¿Dónde está Lili?

―Está sana y salva de tus malévolas y engreídas garras ―Le señalo.

―¿Malévolas garras? En solo un día la he cuidado más que tú, puedo decirte que soy el mejor dueño del mundo.

Eso realmente me hizo reír, así que no me contengo. Vi cómo se enojó cuando lo hice.

―Lástima que no eres el dueño de mi Lili. Bueno, ahora si déjame pasar que mis amigos me esperan ―exijo.

―No.

―¿No, qué?

―No te dejaré salir.

―¡Austin! ―Chillo.

―Entraste a mi casa, eso es un hecho delictivo y puedo llamar a la policía o dejarte con los guardias... que por cierto no están haciendo un buen trabajo, ahora que lo pienso.

―Hay uno que solo como rosquillas...

―Sí, lo he visto, le gustan las de chocolate con... ¡No me distraigas! ―espeta.

Vuelvo a reír y él se queja.

―Solo déjame ir para encontrarme con mi mascota, ahora.

―Hablando de mascota, podemos llegar a un acuerdo... ―dice algo incómodo.

―Aquí no hay ningún tipo de acuerdo cuando se trata de Lili. No estoy pidiendo nada del otro mundo, de hecho, no debería estar aquí porque pensé que habíamos terminado con todo esto ―expongo.

―No te irás ―Se encogió de hombros despreocupadamente.

―No seas tonto, por favor, no puedes retenerme aquí todo el tiempo. Abre la puerta ―exigí.

―No.

―¡Clarkson!

―No.

―¿Qué quieres? ―pregunté con exasperación mientras me apoyaba en la pared.

―Una custodia compartida, eso es lo que quiero ―confiesa.

¿Una qué? ¡Inaudito!

―¡Pero si Lili es mía! ―exclamé.

―Pero me encariñé con ella y mis hermanitos también ―Se queja en un puchero.

―¿Eso debería importarme? Es que, Austin, analiza la situación: me estás pidiendo compartir a mi mascota, la cual robaste, sólo porque te encariñaste. Mira tu casa, puedes comprar todos los cerditos del mundo. ¿No puedes simplemente dejarme en paz y hacer de cuenta que nunca hablamos?

Fuera de WattpadWhere stories live. Discover now