Profesor Arc II : Headmaster Arc

Capitulo 1

Jaune Arc, de dieciocho años y ya director de Beacon Academy, bostezó en su mano y firmó un documento importante, colocándolo en la bandeja de salida para que Glynda lo recogiera más tarde. Una fuerte brisa lo atrapó en el segundo en que lo soltó y el papeleo se fue volando, volando fuera de su alcance antes de que pudiera atraparlo, deslizándose por la ventana y escapando a la libertad.

Con un gemido, Jaune se puso de pie y cruzó su oficina. La ventana estaba atascada, pero con un fuerte tirón logró cerrarla.

La pared a la que se había unido la ventana cayó hacia adentro.

Las otras paredes también temblaron un poco, la poca integridad que había cedía cuando el viento silbaba a través de los enormes agujeros. No tenía techo. Tenía un gran agujero grande donde solía estar uno, que miraba hacia el sol de la mañana que se asomaba por el horizonte. La otrora gran esfera del reloj de Ozpin se hizo añicos, aunque estaba el minutero clavado en el suelo como una lanza gigante.

Como para burlarse aún más de él, el resto del papeleo en el escritorio salió volando y salió por otro agujero en la pared, dispersándose por las cuatro esquinas de Remnant.

"La oficina ha visto días mejores", admitió Peter Port.

"Toda la escuela ha visto días mejores, Peter. Yo he visto días mejores". Jaune se hundió en el escritorio de Ozpin, al menos complacido de que la silla gigante fuera lo suficientemente pesada como para que no se la llevara el viento. Su personal, sus maestros, estaban sentados al otro lado del escritorio, todos luciendo remilgados y correctos a pesar del viento que les azotaba el cabello, o el hecho de que estaban sentados en una torre en ruinas sin paredes ni techo.

Excepto por Roman, obviamente. estaba fumando

"¡No deberías fumar en el edificio de la escuela!" Glynda siseó.

"Oye. Abrí una ventana". Roman sonrió e indicó el techo, el cual, técnicamente hablando, había estado involucrado en la destrucción. "Además, ustedes son los que querían sostener esto aquí. Podríamos haberlo hecho en una habitación más cálida".

"Es la tradición". Glynda se agarró los brazos y se estremeció un poco. "La oficina original de Jaune fue destruida, y tenemos poco espacio. Actualmente estoy viviendo en un dormitorio de estudiantes vacío. No me inscribí para eso".

"No me inscribí para el trabajo en absoluto", dijo Jaune, aunque no recibió simpatía y en cambio recibió una mirada feroz. "Está bien, está bien, lo entiendo. Tenemos que continuar con la reconstrucción".

"Preferiblemente antes de que llegue el invierno", dijo Oobleck. "Aunque los dormitorios de los estudiantes siguen en pie, los edificios administrativos están en ruinas, sin mencionar la mayoría de las aulas. La cafetería está completamente perdida. Enterrada bajo una roca desde que Glynda usó el techo como-" Oobleck interrumpió cuando Glynda tosió fuerte y amenazadoramente. "Desde que Adam Taurus estaba causando tanto alboroto allí y dañó el techo", corrigió. "Obligar a Glynda a usar dicho techo como arma de proyectil..."

"Era inevitable", logró decir Glynda con cara seria.

Jaune suspiró. "¿No podrías haber limitado el daño solo un poco?"

"No quiero escuchar eso del hombre que estrelló un acorazado contra la torre".

Jaune se sonrojó y apartó la mirada.

"Hablando de eso", dijo Roman, "recibí una carta de Atlas exigiendo que devolviéramos su propiedad. También incluyeron una carta en la que sugerían que atáramos a Jaune como regalo, seguida de una tercera que le ofrecía a Glynda un trabajo en Atlas".