-Todos somos diferentes, si fuéramos iguales seria aburrido.
. Donde Neteyam sobrevive para luchar. Los hombres del cielo son peligrosos, pero logra escapar, sin embargo... Esta muy lejos de casa.
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—¿Te puedo contar un chiste?
—Tus chistes valen madre, Lilis. Mejor cállate—le dice Pot limpiando su arma.
—¡No, no! Este es bueno lo juro—le dice Lilis moviendo las manos.
—No te voy a escuchar...
—Deja la contar su puto chiste, Pot—lo regaña López que estaba detrás de ellos... —Escuchala.
Llevaban media semana sin hacer nada por órdenes de la base. Estaban comenzando a odiarse entre sí.
Pot vio con el ceño fruncido a Lilis que sonreía esperando a que la dejaran contar su chiste. Sus chistes eran muy malos, pero no podían hacer otra cosa que escucharlos, ¡todo el día!
—¡Ya dilo me desesperas!—le grita Pot.
—Hay un borracho que le llaman "genio" ¿sabes porque?—Lilis sonrió esperando, pero Pot lo único que hacía era verla. —Tienes que preguntar o si no, no tiene chiste
—¿Porqué, Lilis? ¿Porqué lo llaman "genio"?—pregunta Pot en un suspiro.
—Porqué aparece cada vez que destapan una botella—responde y López que estaba tomando té en una taza casi se atraganta, pero logra soltar una carcajada haciendo feliz a Lilis.
—¿Porqué te ríes? Estuvo horrible—pregunto Pot confundido.
—Debieron verme en la preparatoria, yo era el genio de mi generación—responde López viéndolos haciendo reír a Lilis, aunque a ella todo la hace reír. —Yo tengo otro...
—A ver, cuenta—le pide Lilis.
—Ya va a empezar...
—Un chico le pregunta al otro: "Ey, ¿donde estabas?" y le contesta: "En una clínica donde te quitan las ganas de fumar" pero el otro dice: "pero, ¡Estas fumando!" y responde: "Si, pero sin ganas"—haciendo que Lilis soltara una carcajada.
—Nunca entenderé como es que la haces reír tan fácil—dice Pot mientras Lilis se va de la habitación repitiendo el chiste que López le había contado. —No entiendo su sentido del humor...
—Somos un equipo, Pot. Ríe de sus chistes, aunque sean malos—le dice López viéndolo. —Has que sea feliz, al menos un rato... No te cuesta nada—dice para irse.
Jonathan López era el único que le ponía atención a los chistes de Lilis, la mayoría sólo finje escucharla, pensaba en eso mientras López se iba... Estaba cansado de no hacer nada.
Cerró los ojos y dejó su arma a un lado para ver el sol ponerse, ahí, en frente de él estaba Wilson viendo lo mismo que él. Tenían la mala costumbre de despertar un par de horas antes de que amaneciera.
El radio comenzó a sonar... Por ahí se comunicaban los del laboratorio para no tener que salir. Pot va y presiona el botón para escuchar el mensaje.
