-Todos somos diferentes, si fuéramos iguales seria aburrido.
. Donde Neteyam sobrevive para luchar. Los hombres del cielo son peligrosos, pero logra escapar, sin embargo... Esta muy lejos de casa.
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La reserva de los humanos en el desierto ya no sería secreta, una vez que Jake, Itsin y Spider iban a regresar con sus dos rehenes, que eran Greta y Steve. Itsin en todo el camino estaba con la guardia en alto, no se fiaba de los avatares rojos.
—¿Que es eso?—pregunta Spider apuntando hacia arriba.
—No mires hacia arriba—le pide Jake.
—Algo hizo—dice Itsin.
Pasaron y era un hombre sin piel empañado sin cabeza. El aire movía sus exteridades, ya no sangraba, llevaba horas ahí arriba.
—¿Donde esta la cabeza?—pregunta Jake.
—Generalmente empalamos la cabeza también, pero si le hacen daño a la familia del líder... Se la dan de comer a su Karzsa—contesta Itsin viendo a los avatares que no dejaban de ver al cadáver empalado.
Jake se dio cuenta que los rojos habían sido demasiado amables con ellos, de no ser por T'xiva ese abría sido el destino de Neteyam y de toda su familia.
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Los jóvenes entrenaban en la arena, llevaban un par de horas tratando de llegar a Yxiast. Este bostezaba esperando a que alguno se acercara.
—Escuchen los pasos de los otros, niños azules—Grito Yí'am. —, sabemos el camino porque el Alto Padre nos guía...
Todos escucharon lo que la niñita había dicho, se detuvieron y escucharon la arena moverse con el viento, tenían que concertrarse.
El sentido auditivo y el tacto de los rojos estaba muy desarrollado, no dependían de la vista para poder moverse.
—Ser veloz no es la prueba, llegar lo es—escucha Neteyam a T'xiva, está se escuchaba tan cerca que parecía esta a su lado.
La primera en moverse fue Tuk, que gateaba lento en linea recta, después le siguieron Lo'ak y Kiri... Neteyam en cambio no se movió. Se quedó estático en la arena escuchando como sus hermanos movían la arena.
Lento, dio un paso repitiendo lo que Yí'am había dicho, escuchar, sentir... Y después, cuando estaba seguro a donde ir, gateo deprisa, tanto que arrevaso a sus hermanos.
Llegó primero con Yxiast que todos. Levanto la mirada mirando al chico rojo y este dio un aplauso que indicaba una llegada.
Los debas se apresuraron, Tuk fue la segunda y de ahí llegaron Kiri y Lo'ak. Era una victoria, le primera de muchas, ya que esa solo era un pequeño reto a comparación de todas las pruebas que tiene el desierto.
—Hay más secretos aquí, y yo se los contaré todos—les dice T'xiva mientras iba a donde estaban ellos. Xakin llevaba agua que les dio a los azules.
