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Llevaron a Steve a curar, su herida no era mortal, así que pudieron salvarle la vida

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Llevaron a Steve a curar, su herida no era mortal, así que pudieron salvarle la vida. Los líderes se reunieron a hablar, a los Sully les alivio que los Mormetet no reaccionara agresivos contra ellos por su apariencia.

Neteyam veía desde lejos como trataban la herida de Steve hasta que escucho a alguien detrás de él.

—Lo que hiciste fue estúpido—Neteyam a esas alturas ya reconocía la voz de T'xiva.

—Funcionó—dice volteando a verla. Una sonrisa se puso en su cara mientras que la seriedad de la chica permanecía en su mirada.

—Mi padre pudo matarte—le dice frunciendo el ceño. —... Tu intervención le dio permiso al clan entero de apuñalarte.

—No creo que hubieses dejado que eso pasara, ¿o si?—le pregunto.

—Yo habría sido la primera en sacar la daga para apuñalarte—le dice y después con su dedo apunta a su pecho. —Te daría justo aquí...

—Mientes—le dice tomando su mano. T'xiva solo lo ve, como si su misma presencia fuera un enigma, o un espejismo en el desierto.

—¡Amigos míos!—escuchas al final del pasillo y esto hace que T'xiva se suelte de la mano de Neteyam y se aleje un paso. Era Xakin que tenía las cantimploras en sus manos y caminaba a ellos. —¿Se les olvido que pactamos que el último en llegar iría por el agua?

Neteyam y T'xiva la vieron confundidos y está sonrió.

—Ustedes fueron los últimos en bajar de las lianas—dice extendiendo a ellos las cantimploras. —Les toca ir por el agua...

—No voy a...

—Es un hecho, T'xiva. Fueron los últimos, ahora cumplan con la tarea—le dice interrumpiendola. Xakin le pone tres cantimploras a ella y tres a Neteyam en sus respectivas manos.

Cuando Xakin se iba se dieron cuenta que los demás estaban al final del pasillo saludando burlones, incluso Tuk y Yí'am.

—Son malignos—dice T'xiva. —Vamos, en donde conseguimos agua está algo lejos y si no nos apuramos la comida se acabará.

T'xiva lo guió bajando la cueva. Pasaron por un pasillo gigante sin techo, se veían perfectamente las estrellas y cuando cruzaron por un arco de roca estaba una diminuta cascada de agua. Caía en una grieta de piedra de la cual era difícil saber la profundidad.

T'xiva se agacha y voltea a ver a Neteyam.

—¿Es todo la agua que tienen?—pregunta Neteyam y T'xiva frunce el ceño.

—No—responde. —Hay un río más al sur, pero está custodiado y nadie puede acceder a él...

—¿Custodiado por quien?—pregunta Neteyam poniéndose en su lado viéndola llenar la cantimplora.

—Llena tus cantimploras, Neteyam—le dice viéndolo.

Neteyam hace un movimiento metiendo la punta de la cantimplora y sacándola al aire haciendo que T'xiva casi soltara una pequeña risa que ahogo con su mano. Cubrió su boca evitando sonreír.

CORAZÓN DE ARENA | NeteyamWhere stories live. Discover now