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Esperaba en el sillón de su pequeña sala, sobaba su vientre con extremo cuidado, hacía círculos tratando de ignorar los movimientos de su bebé en su barriga.

Sentía sus ojos pesados, pero no podía dormir.
Eran las 10:45 de la noche...

Y el todavía no llegaba.

Sería normal si hoy fuera al restaurante, pero no era así, le estaban dando unos días más para su total recuperación.
Estaba cansada de cuidar a niños y de limpiar su casa, era pequeña, pero estaba deslumbrante.

Sus manos estaban secas, y una pequeña herida abierta en su dedo meñique le dolía por el detergente que había estado usando.

Se tocó con cuidado su cara, la sentía apunto de romperse, a pesar de que era físicamente imposible.
Sus ojeras eran grandes, y su garganta estaba adolorida, también se había acabado el agua.

Naruto ya había gastado suficiente dinero al llevarla a su revisión semanal, meramente para llevar un seguimiento de su embarazo.

Había descubierto que su bebé era niña...

Estaba feliz, pero hubiera deseado que el hombre a su lado fuera su pareja y no su mejor amigo.

¿Cuál seria su nombre?

La pregunta se quedó en su mente al ver al azabache llegar por la entrada, ya no portaba su venda en la cabeza, ya habían pasado dos semanas más.

– Hey

Le saludo sin mucho ánimo, llevando las bolsas a la mesa del comedor, ella se levantó para ver lo que había comprado.
El Uchiha le dió una distancia prudente, sacando las cosas y guardando las bolsas.

– Toma – le extendió un envase pequeño.

Ella lo olió curiosa, era crema para manos...
Su corazón dió un vuelco, aparto la mirada.

– ¿Tienes fiebre? – toco rápidamente su frente, ella nego no pudiendo evitar disfrutar el toque de sus manos. Hasta que se aparto con rapidez.
– El agua se terminó, ¿cierto?

Ella asintió ligeramente, abriendo el pequeño envase, se puso un poco en sus manos, sintió frescura de inmediato.

– Compré dos botellas, mañana iré por más. – luego se fue sin decirle nada, lo vio entrar en el baño para luego escuchar el caer del agua unos segundos después.

Sabía que el lo hacía por responsabilidad, simplemente por eso, porque el Uchiha no era un mal hombre, solo que ahora parecía más su hermano que su "esposo".

Frunció el ceño al saber que aún no hablaban de ello, tenían suerte de no haber levantado sospechas en la corte.

Por el trabajo del Uchiha no se veían mucho, por lo que los pequeños momentos en los que salían se tomaban de las manos.
Y solo eso.

No la había besado o abrazado desde entonces.

Sin embargo tampoco sentía el derecho de reclamar algo, sentía que sería inútil.
Volvió a su lugar en el sillón ahora con un vaso de agua, suspiro sintiendo su garganta refrescarse.

El había comprado todo eso, vivían en un departamento mejor y ahora tenían electricidad decente, pero ahora existía una barrera entre ellos.

El Uchiha había cerrado su corazón, dónde antes ella era la única que podía entrar y salir sin problemas.

El jefe de Sasuke estaba preocupado por el, la llamaba cada que podía para preguntar por el, y ella nunca tenía mucho para decir, tampoco hablaban tanto, no como antes.

La vida no es tan mierda cuando estás aquí   (SasuSaku) Där berättelser lever. Upptäck nu