¿Willy Wonka?

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Jake's POV

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Jake's POV

Al pasar media hora empecé a preocuparme, no puede tardar tanto en cambiarse una camisa, ¿verdad?.

No pude esperar, así que llamé al timbre dos veces, pasaban los minutos y nadie atendía la puerta.

—¡Becka!.
Grité intentando llamar la atención de la chica.

Y otra vez, no tuve contestación. Caminé con rapidez hasta la puerta trasera, aquella que daba justo a la cocina.

La puerta estaba abierta de par en par, parecía haber sido forzada. Había ropa tirada junto a la lavadora y al lado, la pistola y placa de Becka. La casa estaba completamente vacía, no había absolutamente nadie.

Mierda.

Bajo la desesperación, solo puede hacer una llamada.

—Rosa, necesito tu ayuda.

Becka's POV

—¡Cabrón!.
Intenté llegar hasta aquel hombre pero mis intentos se quedaron en intento por culpa de las cadenas que me sujetaban a un coche.

Estábamos en medio de la nada. Había dos hombres, uno de ellos era el de los zapatos andrajosos. Seguía sin poder verles la cara, pero si que podía ver donde estábamos.

En medio del desierto. Van a matarme.

Uno de ellos iba armado y el otro tenía una pala en sus manos. Se acercaron a mi, todavía con la cara tapada y de pronto me di cuenta de donde había visto esos zapatos antes.

—!Pinkman!.
Los obres parecieron sorprenderse y se miraron entre ellos.
—Procura acercarte con la pala que te la meto por el culo.

Jesse se quitó la capucha que tapaba su cara.

—Suéltame, hijo de puta.
Escupí cuando Pinkman se acercaba a mi.

—Cállate, Becka. No lo compliques.

—Supongo que tú serás ese tal Heisemberg.
Hablé directamente con el tío que había junto a Jesse.
—Adelante, mátame. Pero tendrás que saber que la 99 no parará hasta encontrarte, ellos te meterán en la cárcel, son tu menor problema. Preocúpate por los Gallagher que terminaran con peor condena que la tuya si te encuentran.

—Estoy temblando de miedo.
Ironizó el hombre.

—Déjame ver quién será mi asesino. Quiero mirarte a los ojos cuando vayas a matarme.
Hablé con mucha seriedad.

Pinkman y Heisemberg se dieron la vuelta para poder hablar con un poco de privacidad. Aproveché la oportunidad para activar el GPS de mi móvil, a ver si alguien me encontraba. Cogí la llavero afilado de mis llaves para intentar soltar las cadenas.

Me temblaban las manos pero aún así conseguí soltar las cadenas. Los hijos de puta seguían hablando, así que usé mi móvil y envié un mensaje a Jake.

Life Warriors • Jake Peralta Where stories live. Discover now