Life Warriors • Jake Peralta

Alibi

Este barrio no es bueno para estar borracha y sola

Alibai siempre ha sido un bar de borrachos, vagabundos y escoria. Pero gracias a un chico del barrio que llevaba negocios con el gerente, todo mejoró.

Empezaron a ir DJ's de vez en cuando y el bar lo llenaban vagabundos y borrachos, pero por lo menos, a la gente de mi edad se le hacía un buen sitio.

Rosa fue la que la primera en entrar, detrás de ella íbamos Amy y yo.

—¡Beck!. Que bien verte por aquí.
El barman me reconoció al instante, más le valía. Sonreía como un tonto con su novia, que resultaba ser mi mejor amiga.

—¡Kev!. Ronda de chupitos para tres.
Nos acercamos a la barra y ocupamos los tres taburetes que quedaban.

—¿Qué os pongo chicas?.
Kev preparó los tres vasitos de cristal ante nosotras.

—Vodka.
Rosa contestó sin pensárselo mucho.

—Ginebra para mi.
Eligió Amy.

—A mi ponme uno bien cargado de jagger.

Kevin llenó los vasos con lo que pedimos en menos de un minuto.

—¿A la de tres?.
Cogí mi chupito y lo levanté ante las chicas.

—Por la nueva. Que nos ha traído a un nuevo bar maravilloso.
Rosa levantó su chupito.

—Por una nueva mujer en la comisaría.
Amy se tragó la ginebra a la primera. Rosa y yo lo hicimos después.

A mi me encantaba el rollo de las chicas, se llevaban bien fuera del trabajo y eso no era algo que pudiera decir de sus antiguos compañeros. Me acababan de conocer, pero me sentía integrada junto a ellas.

—Chicas, os aviso de que hoy vendrá el DJ. Por si queréis quedaros más.
Kevin sonrío orgulloso. No se trataba de eso, lo que Kevin quería era más dinero y más copas que rellenar, yo lo sabía.

—Tranquilo, Kev, te voy a traer a más gente hoy.
Le pasé el vasito para que me lo volviera a llenar.
—¿Porqué no le decís al reto de la brigada que se venga?.

—Les mandé la ubicación antes de tragarnos el primer chupito.
Sonrió Rosa.

—¡Genial! Pues os pongo más.
Kevin rellenó los chupitos.

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A estas alturas ya veía doble. Rosa y Amy estaban igual que yo, solo que con menos conciencia. Hacía unas cuantas copas que Amy se había puesto a bailar como loca.

Y sinceramente, no es para hecharse flores, pero aguanto bastante bien el alcohol. Los genes, supongo.

—Terry dice que están a punto de llegar.
Rosa despegó la vista de su móvil y miró a Kevin.
—Prepara cuatro chupitos de ron que ya casi están aquí.

Kev asintió sonriente, este hombre era capaz de hacer muchas cosas por dinero.

—¡Y otros tres de lo de antes!.
Amy gritó pidiendo nuestros chupitos, lo que nos alegró a todas.

Kevin había comentado que el DJ llegaría a las nueve de la noche. Faltaba poco para las ocho y media y el resto de la brigada seguía sin llegar.

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—¡99!.
El grito de unas cinco voces se oyó desde dentro.

—¡Ya están aquí!.
Amy gritó animada, con la voz pausada y embriagada. Se levantó del taburete y fue hacía la puerta.
Cuatro agentes de la brigada no tardaron en entrar por la puerta.
Jake Peralta fue el primero, abrazó a Amy y luego a Rosa.

—Tú debes de ser la nueva.
Jake se acercó a mi con una sonrisa.

—En realidad llevo un año en el piso de abajo, pero...

—Pues qué raro que te acabe de conocer ahora.
Jake seguía sonriendo.

—Bueno, soy Becka, Beck para los amigos.
Extendí la mano sonriendo.

—Jake, Jake Peralta. Y creo que te voy a llamar Bee.
Sonreía todo el rato, sin parar.

—¡Chicos!.
El hombre al que Ginna me había presentado como Charles apareció entre Jake y yo.
—¡Hoy toca fiesta nocturna!. Me han dicho que te llamas Beck, encantado, soy Charles.
Extendió una mano y me la dio.
—Buena sacudida.
Charles sonreía.

Entendí la frase con un doble sentido pero no le di importancia, solo aguanté la risa y miré a Jake, que hacía lo mismo que yo.

—¡Kev! Chupitos por aquí, por favor.
Básicamente le rogué para que me secara de la situación y él vino encantado, quería dinero.

Jake y Charles se fueron después de tomarse el chupito, así que Terry aprovechó para presentarse. Después estuve intentando hablar con Amy durante un cuarto de hora. Hasta que sonó el reloj.

La puerta del bar se abrió de golpe. Un borracho bastante conocido entró dando voces mientras aclamaba que el DJ estaba a punto de entrar. Aquel borracho se trataba nada más y nada menos que de Franck Gallagher, mi padre. Y el hombre que más contribuye a arruinar la economía del Alibai.
Iba tan puesto de alcohol y hachís que no tenía que preocuparme por presentarle ante mis nuevos compañeros, creo que no sería capaz ni de reconocer a su madre.

El DJ tardó menos de treinta segundos en abrir la puerta tras Franck. Fue al final del bar y rápidamente colocó su mesa de mezclas.
Kev bajó las luces y el DJ empezó con su trabajo.

Sonaba HandClap de Fitz and the Tantrums. Un temón. Todos los de la comisaría se animaron a bailar.

Ginna enseñaba a todos sus increíbles pasos de baile mientras gente joven del barrio entraba al bar.

Canciones de ElctroPop no paraban de soñar mientras Franck bailaba con Terry. Imagen que me hizo tanta gracia que para aguantarme la carcajada fui a pedir otro chupito.

Las luces de disco que Kevin puso alumbraban todo el bar.

—¡Es la primera vez que hacemos una fiesta así en la brigada! ¡Gracias Beck!.
Amy gritaba mientras bailaba sin parar.

—¡Que mañana curramos!.
Rosa recordó el pequeño detalle.

—¡99!.
Jake fue el primero en gritar y todos seguimos sus gritos.

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Las doce de la noche. El DJ ya se había pirado y Kev ya había servido una copa para cada uno de nosotros.

Los siete nos sentamos en una de las mesas al fondo del local. Estábamos en grupo pero cada uno tenía sus conversaciones individuales; Jake hablaba con Charles, Terry hablaba con Ginna y yo hablaba con Rosa y Amy.

—¿Cómo has ascendido?.
Terry me preguntó y todos se callaron esperando a mi respuesta.

—El nuevo capitán quiso hacerlo.
Levanté los hombros y le di un sorbo a mi cubata.

La mejor bebida del mundo; granizado de limón con café licor todo junto se llama "mentira". Kev tuvo que encargar los ingredientes especialmente para mi, era la única persona que lo pedía.

—Pues bienvenida.
Jake levantó su cubata. Todos lo hicieron después de él.