¿Qué pasaría si una joven de barrio chungo decidiera entrar a policía?.
Becka buscaba trabajo y un amigo de familia le enchufó en los parquímetros de la 99. Gracias a su astucia acabó subiendo el puesto hasta llegar al piso de arriba, con los agente...
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—Muchas gracias, Rosa te debo una. Abracé a mi amiga cosa que ella aceptó con cierto reparo.
—Feliz cumple, Beck. Rosa sonrió —Oye, te echamos de menos allí.
Asentí. —Pienso volver. Mañana mismo, solo tengo que hablar con Holt.
A Rosa se le apareció una sonrisa enorme en la cara. —Hazlo ahora. Me sacó mi teléfono del bolsillo y llamó a Holt.
El capitán no tardó en responder. —Becka, ¿Vas a volver?.
Su voz parecía desesperada. Miré a Rosa, que estaba esperando mi respuesta con ansias.
—Si. Sonreí.
—Menos mal, Peralta no habría aguantado ni un día más sin ti. Nos vemos mañana, Gallagher.
Y hasta ahí la llamada. Rosa me devolvió el móvil con una sonrisa y se fue en su coche.
Me había dejado en la puerta de mi casa. Hacía frío, era mi cumpleaños, a mi hermano parecía estar dándole un episodio de bipolaridad, hacía una semana que no llamaba a nadie de la comisaría.
Solo necesito un cigarrillo, o algo más fuerte.
Prendí uno de mis cigarros de Marlboro mientras me sentaba en el porche de mi casa. Dentro de oía música y gritos, parecían estar pasándoselo bien.
—¿Qué coño haces aquí fuera?. Vero abrió la puerta para reñirme y el calor del interior me tentó por momentos.
—Entra que tengo tu regalo. Lip salió de la casa y me levantó de los escalones.
Una vez dentro, mi hermano se sacó una bolsita de plástico con cinco gramos de marihuana, mínimo.
Dudé mucho en si cogerlo o no.
—A la mierda. Gracias Lip. Cogí la bolsita y abracé a mi hermano.
—¿¡Quién quiere un porro?!. Grité mientras me sentaba en el sofá para liar a gusto.
Miré a la cocina y vi como Kev esnifaba algo desde la encimera.
—Vale, solo yo. Me di cuenta de que Vero, Kev y Fiona estaban gozándose unos granitos de coca.
No le di importancia y me centré en la maría. Partí mi cigarro por la boquilla, despedacé la droga, puse el tabaco sobre ella y lo junté todo en una de las papelas, metí la boquilla y saqué el algodón para ponerle el cartón.
Que orgullo da un porro bien liado.
Me lo llevé a los labios y lo prendí.
Primera calada: Buen sabor, todo normal. Segunda calada: "Vero, ¿bailamos?". Tercera calada: Joder, que bien sienta. Cuarta calada: "¿No tenéis sed?". Quinta calada: "¿Quién ha bajado la música?". Sexta calada: Mejor me siento.
