54. Connor

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La llamada de Olivia me desconcierta, sobre todo cuando me dice que quiere verme. Han pasado unas semanas y estoy en paz conmigo mismo. Solo un poco pero no gano nada si sigo cuestionándome todo.

tomo mis cosas y salgo de casa, mi madre está decepcionado de mi, mi abuela también y Jaime me dejo en claro lo mala persona que fui con ella. Lo conté porque no dejaban de preguntar por Olivia y parecía un recordatorio de lo mucho que perdí. Mi madre me miro con tanta tristeza porque pensó que entonces una buena crianza no me hizo un buen hombre. Aún que ella no tiene la culpa, fue mi idiotes y mi falta de respeto ante la chica más especial de mi vida.

(...)

Ella está sentada en una silla, tomando un té, trae un abrigo color verde y una bufanda que parece ser más grande que su cara, mis piernas se debilitan cuando me mira y me sonríe por primera vez.

—¿quieres algo? —pregunta cuando tomó asiento frente a ella

—un café —hago la seña y la mesera toma mi orden

—¿cómo estás?

—bien, todo está bien

—¿tú? ¿Está todo bien?

—si, estoy mejor —su cara está llena de un rojizo que delata que nada está bien y que se la ha pasado la mayoría del tiempo llorando

—me alegro Liv, ¿para qué querías verme? —apresuró lo que sea que vaya a pasar a continuación

—quería despedirme, tener una buena despedida —suelta

—¿de que hablas?

—estoy pensando qué tal vez es tiempo de que me vaya —suelta y siento un nudo en la garganta

—deberías irte —insisto

—¿que? —me mira sorprendido, tal vez esperaba a que dijera que no, que no se marchara

—deberías irte Livi —confirmo —te lo mereces, deberías irte lo más lejos posible de aquí, si eso significa que estarás mejor

—eso creo

—entonces hazlo, creo que fuera de aquí estarás más que mejor

—esperaba que alguien como tú me dijera que no me marchara

—en otra situación tal vez lo hubiera hecho, pero no. No me gustaría que alguien me atara a un lugar donde no me siento bien

—¿donde estaba este Kit cuando lo necesitaba? —cuestiona y siento que estoy apunto de ponerme a llorar y pedirle mil disculpas más

—me pregunto lo mismo todos los días

—que ridiculo pensar que creíamos estar en una canción de Taylor Swift como Lover cuando en realidad estábamos en Cardigan

—¿crees?

—si, es esa canción que te explica lo mucho que duele amar a alguien que te hizo sentir especial, para después herirte, lo duro que es el proceso para intentar olvidarlo y con un montón de confusiones; extrañarlo, odiarlo, la nostalgia de todo lo que te hacía sentir y darte cuenta qué tal vez al final nunca te amo tanto como decía hacerlo y al final tener la certeza de que a pesar de todo lo volverías a elegir.

—creo más estar en moon song, esa que describe perfectamente el sentimiento de querer a alguien que está tan inmerso en sus propios problemas que ni siquiera te trata de la forma que mereces, pero tu complejo de Salvador es tan grande que no te permite alejarte.

Entonces me doy cuenta que me está terminando de una manera definitiva al despedirse aquí de mi, creí que en futuro podría funcionar, pero esto termina aquí, diciendo todo aquello que jamás pensamos decir, hablando de lo mal que somos el uno para el otro, que todo fue una fantasía, que era una idealización llena de mentiras lo que éramos.

Y aun que me hubiera gustado ser su Salvador, no pude, porque el amor no puede curar nada, por más que trate Liv jamás me dejó ayudarla, la quiero y espero que este bien en algún lugar y le deseo todo lo mejor y todo el amor de mundo, quisiera ser yo quien le mostrará aquello último, pero lo arruine, ojalá nada esto hubiera pasado, pero algunas veces agradezco mucho todo; porque estuve encantando de conocerla.

Enchanted; Kit Connor Where stories live. Discover now