53. Bennett

227 17 1
                                    

No pido ayuda a menudo, a veces creo ser capaz de manejar mi propia curación, cuando necesitas a alguien es ahí cuando sabes que tan mal estás.

(...)

Tres semanas han pasado y no lo he superado, nada en absoluto. Mi mente está llena de pensamientos que me llevan al borde del cualquier cosa que pueda hacerme daño. Le he dicho a Tate que he superado todo con gran existo. Que casi no pienso en él, que suelo estar ocupada todo el tiempo para evitar llorar todos los días, pero es mentira. Que estoy comiendo, que no me salto ninguna cena, que estoy bien, cuando en realidad apenas puedo probar bocado. Yo creería que no podía estar más triste que antes, que cuando me llega un episodio, pero no. Estoy peor ahora, estoy tan sola emocionalmente que me aterra la idea de estar sola en mi habitación.
Entonces despierto del trance en el que me encuentro y miro a mi alrededor, una pila de pastillas que pertenecen a mi abuela, tiradas por toda la habitación. El ruido de la puerta no hace más que llenar de pánico mi ser y la voz de mi padre me rompe el corazón.

Estoy en un estado de shock, ¿las tome? ¿o solo estoy sobrepensandolo mucho?

—Liv ¿cariño? ¿qué pasa? —entra a la habitación y su cara está llena de emociones que no logro reconocer —¿tomaste alguna de esas? ¡Olivia!

—um —estoy tan inmersa que no se lo que hice

—Liv ¿estas bien? —pregunta por millonésima vez

—si, estoy bien —estoy frustrada

—Olivia —insiste mi padre

—¿que? ¡Estoy bien! —chillo y las lagrimas se desbordan por mi cara —lo siento, lo siento —pongo mis manos sobre mi rostro y me derrumbo en el piso —no estoy bien, estoy asustada, enojada y sola —sollozo y los brazos de mi padre alrededor no hacen más que hacerme sentir culpable

—no sé qué espera el mundo de mi, no sé qué hacer, no sé cómo seguir y no es solo por él, es por todo. No creo que sea feliz ahora y no creo que llegue a serlo jamás —admito

—no estoy preparado para dejarte ir, no voy a estar nunca Liv. No sé qué hacer para que te quedes

—nada, no necesitas hacer nada papá, esto es por mi

—¡Olivia basta! ¡Debes detenerte ahora! ¡No puedes seguir asiendo cosas de mierda y luego sentirte mal contigo misma! ¡Necesitas ser mejor! —está furioso, está decepcionado y está cansado de todo esto.

—necesitas ayuda, más de la que nosotros podemos darte, no solo a Tate que parece ser el único que te mantiene aquí, necesitas ayuda de verdad Olivia y no me importa que las fiestas de navidad estén cerca, prefiero pasar navidad y Año Nuevo en un centro de ayuda a pasarlo en una funeraria, así que nos vamos, no voy a dejarte sola nunca más —se levanta y me lleva con él a la sala de estar y era todo lo que esperaba, era un grito de ayuda, era lo que necesitaba desde hace meses.

(...)

— mi papá me va a llevar a un lugar donde podría mejorar —le digo a Tate mientras está sentado frente a mi

—¿ahora? ¿Cuando navidad está tan cerca? ¿No podrían esperar más? —sugiere

—no creo, me mataría ahora mismo si fuera posible —me rio no por la situación, sino porque es verdad

—pero me dijiste que estabas mejor, que todo estaba bien

—creo que si me voy de aquí, me voy a sentir mejor —hago una pausa —me odio aquí, Tate, lo siento

—no tienes porque disculparte Olivia, lo entiendo y si el irte significa que seguirás con vida, entonces lo acepto

—no sería nada sin ti, Tate. Aún que las cosas son diferentes, aveces lloro pensando en lo mucho que te quiero —me rio —te amo por cierto, tanto como soy capaz, lo cual nunca es suficiente.

Enchanted; Kit Connor Where stories live. Discover now