Todos comenzaron a murmurar. Ni siquiera sabia por que murmuraban y no lo hablaban como normalmente los hacían.

Pero de pronto la puerta se abrió rápidamente de una patada, los trozos de madera saltaron por todas partes. Todos gritamos corriendo hacia atrás del salón. Dos hombres con armas y todos vestidos de negro y con la cara encapuchada y tapada con un pañuelo del mismo color entraron por ella.

-¡cállense!-grito con la voz gruesa uno e hizo que todos nos calláramos.

No entendía nada, todo pasaba muy rápido, mire a mi izquierda y Clara me agarraba fuertemente del brazo. ¿que estaba pasando? ¿era esto una pesadilla? ¿o una simple broma? Joder, esto es jodida mente raro. Joder de los joderes.

-¡necesito que dejen de gritar histericamente tías!-grito el otro-me importa una mierda que sean niñas y todo el rollo, les llevo el arma a la cabeza y se acabo-grito nuevamente levantando el arma que tenia entre las manos.

Mi garganta se seco, esto no estaba pasando. Tenia unas incontrolables ganas de salir corriendo hacia la puerta, pero la mirada del tío de la izquierda, el ultimo que había hablado, de veras me intimidaba.

Todo el salón quedo sumido en un completo silencio. Nadie ejecutaba ningún sonido.

Uno de los hombres se acerco a la ventana, y levantaba discretamente la persiana de vez en cuando para ver hacia la calle. El otro nos apuntaba con su arma en señal de que no intentáramos nada.

Otro tipo entro por la puerta hecha trizas y le susurro algo en e oído a quien nos apuntaba con el arma, este asintió serio sin dejar de vernos.

-¿que nos hará?-pregunto una alumna.

El tipo solo rió sarcástico y la ignoro. Nos hizo sentarnos a todos en el suelo, luego se acercaron unos tíos mas con su rostro cubierto, estos se acercaron a nosotros y comenzaron a atarles las manos a los demás en la espalda. Me asuste cuando vi al tío que nos había apuntado con el arma acercarse a mi. Llego al frente de mi, y me miro frió.

-date vuelta-me ordeno sin tono en su voz. Ni siquiera me negué, y rápidamente lo hice. Agarro bruscamente mis muñecas, las levanto un poco y comenzó a atarlas con una cuerda vieja.

Debo admitir que me dolió cuando acomodo mis muñecas atrás, digo, ¿que se piensa? ¿que soy la mujer elástica o que? Tome fuerzas de lo mas profundo de mi y logre susurrar.

-¿que...que pasa?-el me ignoro completamente y siguió con su trabajo, tome de nuevo fuerzas y logre volver a susurrar minimamente- por favor... dime ¿que esta pasando?

El me miro fijamente, tanto que tuve que correr mi rostro pare no seguir sintiéndome incomoda con su mirada. Hasta que hablo.

-solo cállate si no quieres meterte en problemas niña-aseguro duramente. Y termino de atar mis manos, mire a mis costados, los demás también tenían las manos atadas-párate-me ordeno ahora.

Intente, y como pude me puse en pie. El hombre se poso a tras mio y se acerco mas a mi. Mi corazón latía a mil, joder, joder, ¿que estaba pasando? Lo sentía cada vez mas cerca.

Pero cuando creí que era algo completamente diferente y malo, comenzó a revisarme los bolsillos, sacando mi celular, relojes, todo. Mire a mis costados distraída mientras el tipo hacia su trabajo, había mas hombres asiendo el mismo procedimiento en mis todo el salón quedo sumido en un completo silencio. Nadie ejecutaba ningún sonido.

El hombre saco sus manso de mis bolsillos habiendo terminado su revisión. Pero en seguida sentí su aliento en mi oreja, lo que hizo recorrer un escalos frio por todo mi cuerpo.

Tenia miedo. Por primera vez tenia miedo, yo, Carolina Young tenia miedo."tienes miedo de un hombre, me decepcionas Carolina" dijo mi conciencia.

-lindo trasero, niña bonita-susurro sobre mi oreja.

Y fue el punto culminante que hizo que el miedo recorriera todo mi cuerpo. Esto no podía estar pasando, no no no podía.

Al decir esa frase se fue junto a otro tipo con armas, y así terminaron en todos mis compañeros, y nos hicieron volver a sentar en el suelo.

-escuchen, las cosas ahora son así-hablo ese mismo tío-nosotros estamos a cargo, y las reglas son las siguientes: si salen del salón sin autorización, se las verán conmigo, si intentan escapar de la escuela, lo cual es imposible, se las verán conmigo, si me desafían, se las verán conmigo, y si hablan cuando no lo pedimos-santo dios.

-nos las veremos contigo, entendimos-dije yo de mala gana. Gran error, pensé segundos después.

Ese tío me miro fijamente por unos segundos, y sonrió levemente de lado, me señalo con el arma, pero no en modo de amenaza, sino para señalarme.

-cuidado niña bonita-dijo arrogante-no me temblara la mano cuando tenga que matarte

Stockholm syndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora