Capítulo 18: "Batalla al rojo vivo"

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Hay ruidos, ruidos de botones y palancas plásticas siendo manipuladas a altas velocidades y con brusquedad, de la estática que se desprende de la pantalla, y sonidos del juego emitidos por los parlantes, todos combinados en una cacofonía electrónica que bota y rebota en los paredones de hormigón de la sala. Todos son opacados después de que la puerta se abre con fuerza.

-¡Buenos días! -Saluda Lupe, jovial.

-¡Hola, Lupe! -Devolvieron la cortesía Alicia y Mateo brevemente, para no distraerse mucho del duelo que estaban disputando. La fleco de tubo sonrió ante el gesto, pero notó una voz ausente entre esos saludos. Levantó la vista para ver a Gabriel, reclinado en una silla de oficina, con el puño enterrado en el pómulo, con el rostro contrariado y bajos murmuros escapando de las comisuras de su boca. La chica lo saludó varias veces para ver si respondía, pero no dio aval; estaba demasiado ensimismado. Entonces, con un poquito de malicia, Lupe se escabulló hacia su costado, llenó sus pulmones, y como globo viejo, explotó sin previo aviso:

-¡Hola, Gabriel!

-¡ARGH! -Saltó de su silla- ¡¿Pero qué demonios?! ¡¿Lupe?! ¡¿Cuándo entraste aquí?!

-Si no, andas en la luna, Gabo -Opinó entre risas- ¿Qué andarás pensando para estar tan metido entre las nubes, huh? -Inquirió con una pícara mirada. Gabriel dio media vuelta, lejos de los ojos de Lupe y contesto:

-N-nada importante.

-Conque nada importante, ya... -Expresó su incredulidad- Y si es así ¿Por qué estás sudando tanto? -Observó, a la vez que le daba vuelta a la silla.

-E-está haciendo calor, obviamente -Contestó rápido, y volvió a voltearse.

-¿Y por qué la cara roja? -Giró con fuerza la silla.

-A-ayer me expuse al sol más de la cuenta ¡Deja el interrogatorio! -Respondió molesto, y rotó la silla una vez más.

-¡Ay, no seas así, Gabo! ¡Tenme tantito de confianza! -Dijo con ahínco, a la vez que lo volteaba una última vez hacia ella- Si no me crees, mírame a los ojos-¡Ay! ¡Estás verde! -Gritó sorprendida, al ver el resultado de darle tantas vueltas a alguien.

Después de resistir el súbito impulso de vomitar, Gabriel se recompuso y vio directamente a Lupe, pero todo fue muy distinto. Recordó aquella vez que la muchacha le había roto la nariz, donde la confundió con una figura angelical, producto de una contusión, seguramente, pero no en este caso. Estaba claro que el reflejo en sus pupilas era Lupe, esa Lupe, la del peinado anticuado, la de los Brackets prominentes, la de los brillantes ojos café y sonrisa perenne, pero no, no era la misma ya que, a sus ojos, brillaba con la diáfana iridiscencia de una gema preciosa. Entonces, sus ojos empezaron a irritarse, producto de la falta de parpadeo, dando a entender lo clavado que se había quedado sobre ella, así que lanzó su mirada lejos de Lupe.

-D-disculpa, me he quedado más aturdido de lo que pensé -Escupió con vergüenza.

-¡C-claro, claro! -Contestó risueña- Qué raro se me ha quedado mirando Gabriel ¿Me habrá visto algo en el pelo? -Pensó mientras peinaba su fleco con las yemas de sus dedos.

-En serio, no es nada, Lupe, no le des mucha importancia.

-Ta bueno... -Lupe solo se limitó a hacer pucheros, aceptando la derrota, pero entonces, tocó el turno de Alicia de tomar la palabra:

-Gabriel, quería preguntar si ya lograste conseguir un equipo para Burning down the hou-.

-¡Alicia, cállate! -Vociferó hacia ella Gabriel con ojos exaltados y nerviosos.

-¡¿Qué dijiste, Alice?! -Preguntó Lupe, emocionada.

-Burning down the house.

-¿Y qué es eso?

Amor entre perdedoresWhere stories live. Discover now