Capítulo 7: "Ojos azules"

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Ha pasado un poco más de una semana desde el último torneo y ahora estamos de vuelta en el colegio. El día era gris, nublado, el medio día no se veía distinto de la tarde, y también era frío. Las tres amigas estaban en recreo, sentadas alrededor de un trípode de concreto. Lupe y Lore estaban tertuliando, mientras Ale veía su celular con bastante concentración.

-¿Qué es lo que estás viendo en tu cel, chica? Llevas un buen rato sin parpadear -Preguntó Lupe con interés.

-¡Parpadear es para el débil, Lupe! -Contestó Ale sin remordimiento- ¡Necesito que esta imagen que grabada en mi retina! ¡aunque sea la última cosa que vea!

-¿Acaso viste una nueva colección de moda?

-¡No "una"! ¡LA nueva colección de Growing pains que fue exhibida en Tokio! -Respondió con indignación en la voz- ¡Tiene un estilo completamente DIVINO! Es un pastiche exquisito entre la ropa de las mujeres trabajadoras de los años cuarenta, modas militares del siglo veinte y un tinte de sadomasoquismo con el uso del látex, además... -Alejandra daba toda esta poética y detallada descripción acerca de las prendas, pero ni Lupe ni Lore podían comprender exactamente lo que quería decir. La fanática permaneció con una mano frente a su cara, sosteniendo el celular y la otra, anotando y dibujando todo aquello que considerara útil para su trabajo.

-Parece que va a estar en esas por un buen rato -Notó Lupe, dejando salir un suspiro. Luego, dejó reposar su cabeza sobre la mesa con desánimo y dijo- En un rato se la va a pasar.

-¿Qué te pasa, Lupe? -Preguntó la rubia, inclinando su cabeza para verla directamente- Desde la mañana has estado desganada.

-Es que ya ha pasado una semana y no ha habido ningún progreso con Gabriel -Expresó la joven, insatisfecha- Es tan raro: En los torneos, más de una vez uno quisiera que se callara el hocico, pero aquí, pasa tan silencioso, tan desapercibido. Nunca sé a dónde se va durante el almuerzo y los recreos, y nunca está dispuesto a hablar en la clase. No entiendo cuál será la razón de que sea tan calmado aquí y tan desgraciado allá -Comentó, mientras se masajeaba las sienes tratando de exprimirse una respuesta.

-Conque es eso, huh -Dijo Lore, a la vez que tomaba un poco de un jugo de cajita que tenía a su diestra- Aun así, imagino que no te vas a dar por vencida justo ahora ¿no? -Le preguntó.

-¡No, claro que no! -Se levantó con fuerzas reivindicadas- Debo darle tiempo y esperar que se aparezcan más oportunidades para hablar con él...Pero esperar me aburre -Expresó Lupe con sinceridad, volviendo a reposar la cara sobre la mesa.

Lore solo se rio suavemente y contestó:

-Supongo que esperar a que el cambio se manifieste eventualmente no va contigo -La joven dejó salir un soplo, y mientras usaba el dorso de su mano para sostener su rostro, habló- Siempre eres tan impredecible ¿por qué te empeñarías tanto en ayudar a alguien que hasta hace poco era un desconocido?

-No creo que sea tan raro, solo lo hago porque me gusta. Además, él me recuerda mucho a cuando te conocí -Recordó la morena de repente, provocando un suspiro de sorpresa de la extranjera.

-¿E-en qué sentido? -Inquirió con una sonrisa nerviosa.

-Bueno, ambos siempre los veía solos, y como con miedo de hablarle a otra gente -Respondió con seguridad.

-Hmmm...haces un buen punto -Aceptó la muchacha, dirigiendo una mirada melancólica hacia los densos nubarrones.

Lupe exhaló, levantó su cabeza y la sostuvo con ambas palmas, mientras acompañaba a su amiga en mirar al cielo. Después de un poco de silencio, Lupe dijo:

-Has cambiado mucho en estos seis años que te llevo conociendo, Lore.

-Sí, tienes razón...Ver el cielo así me genera nostalgia ¿sabes? Cuando llegué aquí, eso era lo que más extrañaba...

Amor entre perdedoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora