Capítulo 11-III

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De vuelta con Lupe y la banda, Lore todavía estaba sentada en su silla, bajando sus revoluciones con una respiración lenta, sin embargo, no tendría mucho tiempo para hacerlo, porque estaba a punto de recibir sus quince minutos de fama. Muchos de los jugadores formaron un círculo alrededor de la chica para alabarla, felicitarla, preguntarle nimiedades como cuánto tiempo llevaba jugando y así, no obstante, la rubia no era la clase de persona que puede ponerse a responder a muchas personas a la vez; Ella brillaba en variedad de ámbitos, mas no en relaciones públicas. Cuando la palabrería que le lanzaban la tenía acorralada, interfirieron sus representantes:

-¡Despéjense, gente! ¡La campeona necesita descansar! ¡Vayan a joder a otro lado! -Irrumpió Lupe, extendiendo sus brazos a su máxima longitud para hacer retroceder a la muchedumbre.

-Así es, gente, nada que ver aquí. Muévanse o los muevo -Amenazó Ale con solo su presencia, y entre las dos, lograron vaciar el lugar.

-Gracias, chicas. Ya estaba empezando a sentirme un poco ofuscada -Expresó la extranjera, algo cansada.

-¡De nada! Y ahora que estamos solas -Lupe se estiró justo en frente de ella y dijo- ¡Cuéntanos como le hiciste para jugar así! -Pidió con fervor.

-Entonces, solo alejaste a los demás porque querías que respondiera a tus preguntas primero -Señaló Ale cínicamente. Lupe la chitó y continuó solicitando el chisme, así que Lore no tuvo más opción que responder:

-Tengo que ser sincera con ustedes, porque la verdad es que ni yo puedo explicar con exactitud cómo pude jugar así -Contestó, con la cabeza baja, y prosiguió, mientras sostenía la mano sobre su frente- No sé, todo se siente...nebuloso dentro de mi mente, casi como si estuviera viendo la memoria del alguien más. Lo que más recuerdo es que en un cierto punto, solo escuché algo dentro de mí que me dijo "No te dejes vencer por él" y después, la pelea se volvió más sencilla, y sentí como si mis dedos se hicieran uno con el control -Y paró por un momento, luego levantó su cara, con un notable rubor plasmado sobre ella y preguntó:

-¿C-creen que soné como una demente al decir eso?

-Mientras no hables en lenguas, no creo que haya que preocuparnos por llamar a un exorcista -Comentó Ale.

-¡No jodas, Ale! -Reclamó la fleco de tubo- No le hagas caso, Lore. A mí también me pasa lo mismo cuando estoy muy concentrada en algo, como en el fútbol, o gimnasia.

-O basketball, o karate, o en el club de teatro -Recordó la peliceleste.

-¡Sí es cierto! Se me había olvidado lo de teatro -Dijo riéndose.

-Recuerdo que pasaste en personaje por una semana entera -Mencionó Lore.

-Era para acostumbrarme a actuar en público. ¿A quién debía interpretar? Ya se me olvidó.

-L-la verdad, yo tampoco recuerdo muy bien -Confesó, desviando la mira.

-Era a Julieta -Indicó Ale.

-¡Claro! -Respondió la exactriz con un chasquido de los dedos- También les había pedido que hicieran de Romeo para practicar ¿Verdad?

-N-n-no tengo memorias al respecto ¿Podríamos volver a hablar del videojuego? -Suplicó la muchacha caucásica con el rostro brillando como un rotulo de neón.

-En fin, cuando eso me pasa, es porque en verdad quiero hacer algo muy pero que muy bien -Compartió Lupe, con su dedo enredado en su tubo cabelludo.

-Hacer algo muy bien...Tal vez sea eso -Dijo, pero su vista desvariaba.

Loretta era del tipo analítico, y no iba a aceptar una proposición sin primero meditarla. En este caso, había algo que desentonaba en ella sobre esto: ¿Ese estado en que se puso realmente surgió del deseo de "hacer las cosas bien"? Pero hasta ahora le había pasado algo así, lo que implicaría que ella jamás ha querido ser buena en algo; He ahí la contradicción por resolver.

Amor entre perdedoresWhere stories live. Discover now