El bien mayor es una gran mentira (Terminada)

Capítulo 34

“Eres hermosa tal como eres. Eres exactamente lo que estás destinado a ser, nunca te avergüences de quién eres ni por un segundo”. Severus cerró los ojos al escuchar la voz de Hermione haciendo eco en su cabeza. Recordaba ese día tan claramente, la había estado observando con la pequeña niña-cachorro en su regazo; animando a la niña a amar quien estaba destinada a ser. Tenía que preguntarse si ella sentiría lo mismo por él una vez que supiera cuánto había cambiado. 

Sí. Estaba seguro de que ella todavía lo amaría, conocía bien a su esposa. Ella amaba y aceptaba a todos, incluso a él y no importaba que ahora fuera una criatura de la noche. Aunque todavía podía caminar a la luz del día, una de las pocas cosas que el demente irlandés Bram Stoker hizo bien. Ahora era un vampiro gracias a Sam, algo que siempre había estado destinado a ser. Sam le había dado la opción de abrazar lo que se suponía que debía ser o seguir siendo humano , había pensado largo y tendido al respecto.

Ser un vampiro ciertamente lo ayudaría en su búsqueda para salvar a su esposa, pero había más que eso. Severus nunca había sentido que pertenecía a ninguna parte, ni como un niño en la escuela o más tarde como profesor, siempre había sido un paria en los márgenes de la vida mirando hacia adentro. Era conocido como Severus Snape, exMortífago, El idiota grasiento, El murciélago de la mazmorra. Tuvo que reírse con desaprobación, ahora que era un vampiro, podía cambiar su forma; y no solo en un murciélago, sino en cualquier número de criaturas. Sus sentidos se habían intensificado aún más, habían sido agudos antes de su cambio. Pero ahora no había límite para lo que podía hacer. Frunció el ceño, su cambio solo sería otra razón por la que nadie confiaría completamente en él, aparte de Hermione y los pocos elegidos que consideraba familia. Siempre amarían y confiarían en él sin importar lo que fuera.

Sabía que a los sobrenaturales les costaba ser aceptados en el mundo mágico, pero no le importaba porque ya era un paria. ¿Por qué no abrazarlo? Sería mucho más fuerte por su esposa.

Luego, su mente volvió a su encuentro con Sam cuando llegaron al castillo en Bojnice, Eslovaquia, que había cambiado su vida de manera irrevocable. 

Severus miró a Sam que estaba sentado al final de la mesa, su corazón latía con fuerza en su pecho deseando ir a buscar a su esposa, ella estaba en peligro, simplemente lo sabía. Podía sentir su alma estirándose, buscando su calor; pero la distancia era demasiado grande. No tenía idea de por qué este vampiro lo había llevado a Salazar sabía dónde. Pero estaba decidido a irse y pronto a encontrar a Hermione. 

"¡Estamos perdiendo el tiempo sentados aquí!" Severus siseó; su voz llena de veneno y solo un poco de desesperación. “¡Hermione está en alguna parte y necesito irme para poder encontrarla!”

Sam levantó la mano para detener la diatriba de Severus luciendo tranquilo y sereno, "No la encontrarás, no hasta que esté listo", dijo Sam en voz baja mientras dejaba su copa de vino rojo sangre. “Te diré todo lo que sé, pero tienes que prometerme que me escucharás”.

Severus asintió rígidamente, moviendo su mano en dirección a Sam para que continuara. Escucharía por ahora y esperaba que la información pudiera usarse para recuperar a su amada. Ella estaba embarazada y seguro que estaba asustado. Él había jodido las cosas antes con sus acusaciones y necesitaba arreglar las cosas con ella una vez más. Su atención se volvió a centrar en Sanguini cuando el vampiro comenzó a hablar.

"Dumbledore me contactó hace varios meses, queriendo hacer un tratado con los vampiros de Inglaterra para ayudarlo con esta guerra", comenzó Sam. “Como sabes, los vampiros no se involucran con ese tipo de cosas. Preferimos mirar, mantenernos en las sombras. No es ningún secreto que las brujas y los magos desprecian a los de nuestra especie. Lo que estaba ofreciendo había intrigado al rey, por lo que se organizó una reunión y fui como embajador.