El bien mayor es una gran mentira (Terminada)

Capítulo 26 parte 2

Severus tardó varios minutos en recuperar el aliento por lo que acababa de experimentar. Nunca en su vida había tenido un orgasmo de esa magnitud antes. Él supo en ese momento cuando su vínculo fue completo que no había otra explicación para lo que pasó entre ellos, lo que todos habían presenciado, lo que había sentido al llenarla, ella era su otra mitad. Su alma gemela.

Tomando a Hermione con él mientras se paraba sobre piernas temblorosas, su longitud se deslizó fuera de su calor. Sintió el roce de la tela contra sus hombros, sus ojos seguían fijos en Hermione mientras estaban de pie en un abrazo suelto. Cuando notó que ambos se habían puesto sus túnicas una vez más, le dio un beso en la frente antes de sacarla del círculo para saludar a los demás.

De pie detrás de ella, la mano de Severus se deslizó bajo la tela de su bata, su pulgar hizo círculos perezosos mientras los invitados se alineaban para felicitarlos. Apoyando la barbilla en su hombro, volvió la cabeza para besarla en la sien. “Cuando los invitados vengan a felicitarnos, no te alarmes cuando alguno intente… besarte”.

Hermione se puso rígida en su agarre, girando la cabeza ligeramente para mirarlo. “¿Como un beso en la mejilla?”

Sus labios tiraron de las comisuras. "No, moja láska, no es un simple beso en la mejilla", soltó un pequeño resoplido, no complacido con la idea de que alguien tocara lo que era suyo, pero todo esto era parte de la artimaña para convencer a Albus de que la tenía bajo control.

El control era una tradición con la vinculación anticuada que Albus había estado tan interesado en que Severus usara. “Parte del vínculo que Albus quería que usáramos era que yo... te compartiera de alguna manera. Para exigir su cumplimiento, que escucharas mis órdenes. A mi tampoco me gusta, eres mía, y solo mía. No comparto fácilmente, pero las necesidades deben y toda esa podredumbre".

Hermione frunció los labios mirando a los invitados que intentaban formar una fila, algunos empujando a otros fuera del camino, ansiosos por ser los primeros. "No me gusta esto", se volvió hacia Severus, "¿Te besarán a ti también?"

Severus negó con la cabeza, “No. Te estoy presentando a los demás, técnicamente la ceremonia que íbamos a usar, serías de mi propiedad como sabes. Todo esto es parte del acto. Estoy justo aquí, y no te tocarán como yo lo hago, solo te darán un beso”.

El estómago de Hermione se revolvió ligeramente al ver a Greyback dándole una sonrisa con colmillos. "No sé si puedo hacer esto", dijo en voz baja, su cuerpo temblando en su agarre.

Severus apretó su agarre, su mano deslizándose hasta su pecho acunándolo. —Te distraeré —gruñó mordiéndole la oreja.

Tomando aire para tranquilizarse, acomodó su espalda contra la de él, esperando lo inevitable. Si necesitaban convencer a Dumbledore de que ella estaba realmente bajo el control de Severus, tendría que continuar con este pequeño juego. La determinación la llenó cuando el primer invitado se paró frente a ella.

Rufus Scrimgeour le dirigió una pequeña sonrisa. “Felicitaciones por su unión”, dijo. Inclinándose hacia adelante, sus labios rozaron los de ella con el más ligero de los toques, su mano aterrizó en su hombro. Él apretó su hombro ligeramente tirando hacia atrás. “Necesito volver al Ministerio”, hizo una pausa hablando en una cadencia más baja. "Si necesitas algo, Hermione... no dudes en hacérmelo saber".

Ella se mordió el labio inferior viéndolo irse. Si así los felicitaban el resto de los invitados, ella podría salir adelante. La presencia tranquilizadora de Severus a su espalda, con la distracción adicional de él rodando su pezón entre sus dedos de vez en cuando, era suficiente para que ella realmente olvidara dónde estaban y qué estaba pasando. También ayudó que su longitud se frotara contra ella, no quería nada más que apretarlo, pero eso tendría que esperar hasta más tarde.