CATORCE

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CATORCE

Lo primero que veo en el espejo es la cantidad de chupetones esparcidos por todo mi cuerpo, haciéndome suspirar. Es impresionante, tan sólo falta que mi cuerpo luzca un tatuaje gigante que diga: Propiedad de Jeon Jungkook. Aunque el anillo ya hace eso por él. Paso mis dedos con suavidad por la pequeña mordida que hay en mi cadera, no me duele en absoluto los moretones o mordidas, sólo me duele mi entrada, pero no es un dolor insoportable.

Yoongi jamás me había dejado físicamente así, con marcas, ni con tantas ganas de repetir. Debo concederle a Jungkook que sabe hacerlo, que sabe dejarme con ganas de volver a desfallecer en sus brazos. Miro mi vientre en el espejo, haciéndome suspirar nuevamente.

"Debo comprar la pasta del día después." Murmuro para mí mismo.

Hoy debo de hablar con él, sobre lo que significó acostarnos, lo que significaré para él y si quiere tener hijos. Porque ahora deseo con más intensidad ver un pequeño Jungkook corriendo por ahí, llamándome papi Tae y siendo un consentido. Cierro los ojos ante la pequeña fantasía creada por mi mente, dejándome con una sonrisa en los labios. Vuelvo a abrirlos y fijo mi vista en la bañera que estoy preparando. Está lista, por lo que cierro el grifo y me hundo en el agua llena de burbujas.

"¿Por qué me da tanto pánico hablar de temas serios con él?" me pregunto en un murmuro, limpiándome el cuerpo con calma, "¿Qué es lo que me da miedo?"

Luego de veinte minutos, salgo de la bañera para vestirme. El chupetón del cuello se puede ver aun con mi camiseta puesta, por lo que me ato un pañuelo en el cuello para disimular. Salgo del baño, y veo a Kook aún dormido sobre la cama, boca abajo, tapado hasta su cintura con la sábana blanca.

Sensual. Atractivo. Malditamente guapo. Esas son las palabras que pasan por mi mente.

"Saldré por un momento." Me acerco a decirle, pero tan solo balbucea un par de palabras dormido, haciéndome sonreír burlón. Salgo de la habitación en busca de los guardaespaldas para que me acompañen y me encuentro con los dos guardaespaldas de Kook, así que supongo que es el turno de ellos. "Hola, buenos días." Saludo.

"Buen día, señor Jeon." Responden a coro.

"Quiero ir a la farmacia más cercana, ¿podríamos ir?"

"Estamos a su servicio, señor Jeon. Lo acompañará Mingyu mientras yo cuido del lugar." Me responde uno de ellos y yo asiento, sintiéndome cohibido.

"Gracias. ¿Sabes dónde queda una? No he visto alguna por aquí cerca." Le pregunto a Mingyu una vez que salimos del hotel.

"Hay una cerca en el puerto, pero toca salir de la isla y tomar el ferri, señor Jeon." Contesta bastante formal.

"Está bien, no hay problema." Respondo en voz baja.

Nos toma alrededor de quince minutos llegar a la farmacia, donde la señora no hablaba inglés y nosotros no hablábamos maldivo. Así que tomé mi teléfono y busqué un traductor para pedirle los medicamentos. Intuyo que me cobró más caro de lo que quizá valía, pero no me importó. Tengo las dos pastas que necesitaba, para el dolor muscular y para el día después. Revisé la caja de éstas últimas, buscando la palabra levonorgestrel en ella para corroborar, cuando la encontré me la tomé tranquilamente junto con la otra pasta.

Entro a la habitación y Jungkook sale del baño con una toalla enredada en su cintura. Puedo notar algunas marcas de mis uñas en sus hombros que le habré hecho en algún momento de la noche.

"Estaba por ir a buscarte." Me dice, sacando la ropa de la maleta.

"Sólo fui a la farmacia." Respondo, sintiéndome incómodo, ¿cómo debía actuar ahora?, "No usaste condón." Balbuceé por culpa de los nervios.

CONTRATO JUVENIL | KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora