Capítulo 7

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Estaba saliendo de bañarse cuando escuchó dos toques en su puerta. Tomó su bata roja y se tapó con ella. Abrió la puerta, encontrándose con un Louis tratando de mantener dos charolas de comida a salvó.

—¿Un poco de ayuda? ¿Tal vez?

Louis lo miro. Tenía el cabello mojado y unas gotas de agua aún caían sobre la bata, y algunas otras resbalaban sobre su cuello y la clavícula. Pasó su lengua por sus labios.

Harry asintió y tomó una bandeja, para caminar dentro de la habitación y dejarla sobre la cama con cuidado.

—Gracias, estaba muriendo de hambre —. Harry le sonrió, con hoyuelos mostrándose en sus mejillas.

—No es nada. Pedí un poco de todo —. Se encogió de hombros.

—Está bien, todo se ve delicioso —Harry miró a Louis, quien ya estaba vestido. Con un pantalón de vestir gris oscuro y una camisa blanca, con las mangas arremangadas—. Bien, solo iré a vestirme ¿Bien?

Louis asintió. Harry abrió su maleta y sacó un cambio, para luego meterse en el baño. Louis había quedado con su mirada clavada en la puerta, que solo unos segundos después fue abierta.

—Olvide...mis...

Se agachó otra vez a su maleta, rebuscando en los costados. Hallo lo que buscaba y lo tomó en puño con su mano, pero cuando se puso de pie, de alguna manera la prenda se safo de su mano, cayendo al suelo. Louis vio la prenda color naranja fosforescente caer al suelo. Harry se agachó rápidamente a recogerla. Sonriendo hacía Louis con las mejillas rojas, se dió la vuelta y entró al baño cerrando la puerta rápido tras de sí.

Louis soltó una carcajada porque le fue imposible no hacerlo. Se dejó caer en la cama con cuidado, mientras daba un golpe en las sábanas blancas.

—¡Oh, por la luna! ¡Louis, cállate! —se escuchó el grito de Harry desde el interior del baño.

Louis seguía riéndose, mientras tomaba una almohada para sofocar su risa.

—¡Si no te callas, saldré y te daré en las bolas! ¡Lo juro, Tomlinson!

Louis suspiro, llevando sus manos a su estómago que dolía a causa de la risa. Se limpió sus ojos, luego de que llorara por la misma razón.

En ese momento Harry salió del baño. Con las mejillas aún rojas, pero con una sonrisa divertida en su rostro.

—¡Calla! ¡Tú no viste nada! —Harry se acercó a la charola y tomó una uva, para arrojarla hacía Louis, está lo golpeó en la frente.

—Si planeas seducir a alguien en París, créeme que con ropa interior de ese color no será —. Negó mientras se llevaba la uva a su boca.

—No pretendía hacer eso ¡No pretendía que alguien las viera! —Tomó un tenedor y se llevó un pesado de hotcake a la boca.

—Bien. No ví nada —. Asintió, mientras Louis por su parte tomó un plato con huevo y algo más.

Estuvieron en silencio unos minutos. Mientras comían tranquilamente. Cómodos. Con solo el sonido de los cubiertos chocando contra el frágil vidrio de los platos. Harry se inclinó un poco para tomar un vaso y servirse algo de jugo de naranja.

El collar sobresaliendo por la camisa de Harry, nuevamente captura toda la atención de Louis.

—¿Siempre has vivido en Londres? —preguntó el alfa, llevando su mirada hasta el omega.

—Básicamente sí. Viví en Holmes Chapel hasta que cumplí dos, pero no recuerdo nada así que, no cuenta —se encogió de hombros— ¿Tu?

—Soy de Doncaster. Pero nos mudamos cuando tenía ocho, porque a mi madre le habían dado una oferta de trabajo en Londres.

Harry asintió. Tenía una duda en su cabeza desde las ocho de la mañana que despertó.

—Eh, Louis...

—¿Si?

—Sobre lo de ayer —sintió el ambiente cambiar, pudo sentir el aroma a roble más fuerte. Suspiro—. ¿Qué va a pasar con eso?

—No se firmara nada —. Respondió sin dudar.

—¿Qué? ¿Por qué? —lo miró con ojos bien abiertos.

—¿Enserio, Harry? No soy capaz de firmar con la compañía que tiene como trabajador a ese imbécil —. Soltó Louis con un tono amargo.

Harry se quedó callado. No sabía que decir ¿Lo siento? Se sentía mal. Por su culpa ahora Louis perdería un contrato por el cual había estado bastante emocionado.

—Perdón, no quería causar eso... —pensaba seguir, pero Louis negó con la cabeza, y Harry paró de hablar.

—No fue tu culpa ¿Entiendes? Abran más oportunidades, deja de preocuparte por eso, si yo no lo estoy, menos debes estarlo tú.

Harry asintió— ¿Y ahora qué?

—¿Qué de qué? —lo miro con una ceja alzada.

—¿Qué haremos ahora?

Habían venido a París solo por eso. Louis había dicho que una semana, porque planeaban verse con la compañía francesa algunas veces antes de finalmente firmar papeles. Pero ahora, que ya no se firmaría nada, no había razones para quedarse en París.

Harry internamente estaba decepcionado. Le había agradado desde un principio estar una semana entera en París. Planeaba salir a turistear cuántas veces fuera posible.

—¿Te apetecen unas vacaciones? —preguntó Louis, mientras se acaba su vaso de jugo de naranja.

—¿Vacaciones? Todavía no tengo el tiempo suficiente trabajando como para pedir vacaciones.

—Soy el jefe —. Dijo Louis. Con el ceño fruncido y encogiéndose de hombros.

—Hasta los jefes tienen reglas que acatar.

—Yo decido pasarme las reglas por el culo la mayor parte del tiempo, de todas formas —. Lo dijo con un tono bastante despreocupado.

Harry alzó las cejas y río, porque en el tiempo que llevaba trabajando para Louis, jamás lo había escuchado hablar de esa manera. Le había oído soltar alguna maldición una que otra vez, pero nada más.

Entonces ¿Vacaciones? Les quedaban cuatro días para llegar a la fecha en que estaba planeado volver.

—¿Qué dices? ¿Nos quedamos en París?

Harry miró directo a esos ojos azules que en más de una vez habían hecho aparición en sus sueños. La propuesta sonaba tentadora, sin embargo, una vez más, su mente decidió participar recordando que solo era su jefe, hasta ahí.

¿Qué podría salir mal? Louis tenía esa mirada decidida que lo caracterizaba mientras observaba a Harry, en espera de una respuesta.

Suspiro. Ya después tendría el tiempo para arrepentirse por aceptar una propuesta como está. Que tan mal se escucha que tome unas vacaciones en París, la ciudad del amor, junto a su guapísimo jefe que tiene una omega esperándolo en casa. Cualquiera lo vería mal. Se dió golpecitos mentalmente, pero terminó asintiendo.

—¿Si? —preguntó Louis alzando una ceja.

—Está bien, pero ¿Me pagarás la semana aún así?

Louis soltó una carcajada— Se me olvida que solo te quedas porque te pago muy bien.

—¡No lo hago por eso! —en parte si, pero también lo había porque sabía perfectamente, aunque lo negara, que su omega no sobreviviría estar lejos del alfa.

—Si, Styles, te pagaré.

—Entonces acepto.

Louis le sonrió. Esa sonrisa tan sincera que tenía. Esa sonrisa que ocasionaba que unas arruguitas aparecieran al costado de sus ojos, dándole un aspecto tierno. Harry le devolvió la sonrisa.

¿Qué podría pasar?




Hola! Yo otra vez. Al fin, se viene la parte que he estado esperando. Aquí es la parte donde todo comienza a tomar más forma. Cómo me encanta llegar a esto.

Espero que el capítulo les haya gustado. Los, las y les quiero.

Blue xx.

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