Capítulo 3

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Cuando llegó a su casa que tenía junto con Anna, el olor a fresas lo recibió, como todas las noches.

Su omega salió de la cocina, luciendo unos shorts de mezclilla y una camisa azul marino, que era suya, por cierto.

—Llegaste más temprano —. Le sonrió y se acercó a su rostro para plantarle un beso en los labios. Labios que ya le eran familiares para Louis.

—Si. Ya conseguí asistente, así que tendré menos trabajo —. Se encogió de hombros.

—Uh, eso me alegra, amor.

La omega se deshizo del saco color negro del alfa, para dejarlo en el perchero que se encontraba junto a la puerta, le siguió la corbata y finalmente le desabotono unos cuantos botones de la camisa.

—Vamos, hice la cena.

Después de cenar, se fueron directamente a la cama. Anna durmió rápido, como acostumbraba a hacerlo, por lo regular, Louis también lo había, pero no hoy.

Su mente no dejaba de vagar en aquel omega. Frunció el ceño porque no estaba seguro de si conocía a Harry. Tenía la sensación de haberlo visto antes, esa sensación en la que sientes el rostro de la persona familiar, sin embargo, no podía recordar una sola vez que lo haya visto.

Primero pensó que pudo haber sido en algún evento, pero de inmediato cayó en cuenta de que Harry estaba a nada de terminar la universidad, así que era imposible haberlo visto en alguna situación así

¿Quizás había ido con él en la escuela? Imposible. Al menos en el mismo salón no. Louis era dos años más grande que él.

Cerró los ojos y suspiro, llevó su mirada hasta Anna, quien se encontraba acurrucada a su costado. Observó el cabello rubio de la omega, las tupidas pestañas que tenía y lo delicado que eran sus rasgos. Tenía unas que otras pecas esparcidas por la nariz y sus mejillas, haciéndola lucir aún más linda.

Anna y él se conocían desde la secundaria, desde los dieciséis. Primero habían sido mejores amigos, después a los dieciocho, en el baile de graduación. Anna lo besó y le confesó todo lo que sentía por él, así que Louis le correspondió. Eran mejores amigos, antes que pareja, se conocían como a la palma de su mano. Le tenía cariño, si tenía que pasar el resto de su vida con ella, lo haría, con ella siempre había sido fácil.

Pero

Pero ¡Claro que hay un pero!

Que con Anna jamás sintió lo que con Harry. Aún no entendía la razón por la que su alfa se había vuelto loco, comenzando a aullar cuando el aroma de ese omega lo inundó por completo, de la cabeza a los pies.

Tal vez era el hecho de que Harry tenía un aroma bastante atrayente. Podría tener a cualquiera a sus pies, incluso a algún omega.

Pero amaba a Anna, pronto se enlazaria con ella, y no habría vuelta atrás. Y estaba bien con eso.

Cerró sus ojos, dispuesto a olvidar todo.

Lastima, que sus sueños le jugaron chueco, pues terminó soñando con un par de preciosos ojos verdes.

[...]

Anoche no había podido dormir muy bien, sabía que su celo estaba cerca, podía sentirlo, pero aún tenía uno o dos días, como mucho.

Camino hasta su oficina y con dificultad logró abrir la puerta. Estaba sola, pero sabía que Louis ya había llegado pues en su escritorio estaba su común termo y habían papeles esparcidos encima.

Tomó asiento detrás de su escritorio. No sabía que tenía que hacer hoy, Louis no le había dado una lista con sus actividades, así que pacientemente esperó a que el alfa llegará. ¿Podrían creer que hoy cumple una semana trabajando? No creyó soportar tanto.

Like The First Time || LS › OmegaverseWhere stories live. Discover now