Prólogo

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Harry corría de un lado a otro tratando de no ser alcanzado por Joe, su hermano mayor. Ese día era el cumpleaños número seis del pequeño rizado y sus padres le harían una pequeña fiesta con algunos amigos de la escuela, del vecindario y con sus familiares.

—¡No me atrapas! ¡No me atrapas! —gritaba.

—¡No eres tan rápido, Hazzy! —le gritó Joe, quien tan solo era tres años mayor que Harry.

Harry corrió por todo el largo jardín, corrió un poco más, saliendo hasta la acera, sin darse cuenta de hasta dónde iba.

—¡No te salgas, Harry! —le gritó Joe.

El pequeño rizado abrió más los ojos al escuchar a su hermano, quiso parar de correr, pero iba tan rápido que le fue imposible hacerlo, lo que ocasionó que terminara chocando con alguien que iba pasando por la banqueta.

—¡Ay! —gritó Harry cuando sus rodillas impactaron contra el duro pavimento. Habría caído de boca, seguramente, pero unos pequeños brazos lo agarraron por su pecho antes de que cayera.

—¡Harry! —se escuchó un segundo grito por parte de Joe.

—¡Cuidado! —un tercer grito se escuchó— ¿Estás bien, amigo? —una voz chillona inundó los oídos de el ojiverde.

Harry sintió que era ayudado a ponerse de pie, empezó a llorar cuando sintió el ardor en sus rodillas. Inhaló, el olor a roble y lluvia apenas le llegó a sus fosas nasales.

—Ay…—murmuró, con sus mejillas empezando a ser empapadas por las lágrimas.

Joe llegó hasta un lado de él, viendo con el ceño fruncido al niño contra quién había chocado.

—Harry, ¿Estás bien? ¿Dónde te duele? —pregunto de inmediato.

—Mis rodillas…—hizo un puchero.

—Vamos adentro para limpiarte —volteo a ver al pequeño niño—. Gracias.

—No es nada. Soy Louis —. Dijo sonriente.

Solo entonces Harry le prestó atención. Limpio sus mejillas, de repente avergonzado. Miró atentamente al niño, tenía los ojos de un azul como el mar a dónde había ido de vacaciones con su familia el verano pasado. Su cabello era castaño y estaba algo despeinado. Vestía unos pantalones cortos de mezclilla y una camiseta color negro de algunas caricaturas que Harry no conocía.

—Soy Harry…—respondió, con sus mejillas rojas.

—Harry, lindo nombre. Yo llamé a un pez así —el rizado asintió despacio— Bueno, dejare que vayas a curarte eso —. Apuntó las rodillas de Harry.

—Bien…

Se escuchó no tan lejos como gritaban “Louis”. El nombrado alzó las cejas.

—Uh, en problemas. ¡Hasta luego, Harry! —gritó mientras se daba la vuelta— ¡Adiós, otro niño que no sé su nombre!

Joe frunció el ceño, pero después soltó una risa. Ese niño era único.

—Vamos, adentro —. Dijo Joe.

Caminaron hasta dentro de la casa. Harry seguía pensando en aquel niño que olía como a lluvia. A Harry le gustaba mucho la lluvia, a decir verdad. Nunca había visto a el tal Louis por el vecindario, supuso que era un nuevo vecino.

Ese mismo día, Harry se asomó hacia la calle para ver si volvía a verlo, pero nunca lo volvió a ver. No fue hasta tres días después, que lo vio pasar en una bici color roja. Entonces, le pidió permiso a sus padres y salió a su patio, siendo supervisado por Joe, mientras él hacía sus tareas.

Like The First Time || LS › OmegaverseWhere stories live. Discover now