La familia Sully ha crecido.
Esta historia sigue a la hija biológica mayor de Jake, Sylwanin, mientras acompaña a su familia a través de pruebas y tribulaciones.
Los lazos de la familia serán probados.
Y se formará un nuevo vínculo.
Cierto vínculo c...
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Unos días después, estaba con Lo'ak cuando sonaron fuertes cuernos en el pueblo. Compartiendo una mirada confundida, nos dirigimos rápidamente hacia las personas reunidas. Tan pronto como nos acercamos, sentimos la rabia en el aire. El pueblo estaba armado con lanzas, furia en cada uno de sus rostros. Ronal y Tonowari se pararon en el centro sobre una plataforma ligeramente elevada. Mi familia se paró frente a ellos.
"¡Mi hermana espiritual y su bebé han sido asesinados por la gente del cielo!" Mi corazón dio un vuelco ante las palabras de Ronal. Su rostro mostrando la angustia que sentía en su corazón. La gente estalló en un grito de furia.
"Esta guerra ha llegado a nosotros. Sabíamos de esta cacería de nuestro pueblo Tulkun. Pero estaba en el horizonte, muy lejos. ¡Ahora está aquí!" Tonowari gritó. Los Metkayina eran un pueblo poderoso. Uno temible también. Su ira y furia se mostraban a través de fuertes gruñidos y la extensión completa de su lengua fuera de la boca. Era un espectáculo de lucha para ver.
"Tenéis que entender cómo piensa la gente del cielo. ¡No les importa el gran equilibrio!" Padre intervino haciendo todo lo posible para evitar que estallara una guerra.
"¡Responderemos a la gente del cielo!" Un aldeano gritó con gritos de apoyo.
"Escucharlo", rogó Neteyam.
"La gente del cielo no va a parar, esto es solo el comienzo. Tenéis que decirle a los tulkun que se vayan. ¡Que se vayan lejos!" Exigió padre dirigiéndose a todo el pueblo.
"¿Irse?" Ronal preguntó desconcertada. "¡Vivís entre nosotros y no aprendéis nada!" Ella maldijo.
"¡Lucharemos para proteger a nuestros hermanos y hermanas!" Otro aldeano gritó golpeando su mano con fuerza contra su pecho.
"No", mi padre observó disparmente mientras la gente se irritaba más.
"¡Si peleáis, os destruirán! Destruirán todo lo que amáis", dijo padre señalando la barriga hinchada de Ronal. Los ojos de Aonung parpadearon hacia mí ante esa declaración. Los aldeanos no se estaban calmando, en todo caso, las palabras de mi padre los irritaron más. Me hundí en mí misma mientras los gritos se hacían más fuertes ahogando la voz de mi padre.
Al ver que estaba perdiendo la batalla, mi padre hizo un último intento. Sacó el rastreador de la mano de Neteyam y corrió hacia la plataforma sosteniendo el dispositivo en el aire. La gente se quedó en silencio mirando el dispositivo con miedo.
"¡Decirle a los tulkun que si son golpeados por uno de estos, están marcados para la muerte! Salvar sus vidas es lo único que importa. ¿Verdad?" Preguntó. "Salvar a vuestra familia", dijo desesperadamente. Esas palabras parecieron llegar a la gente. Ronal y Tonowari compartieron una mirada mientras ambos decidían qué hacer.
"Avisar a los tulkun," ordenó Tonowari.
"Sylwanin", llamó Aonung caminando hacia mí extendiendo su mano. Aferrándome a él, me atrajo hacia sí mismo. La gente del cielo estaba allí, trajeron peligro. Y en ese momento todo lo que necesitaba era a mí en sus brazos. Saber que estaba a salvo y a su lado. Eso es todo lo que necesitaba para calmar su corazón. Colocando su mano en la parte de atrás de mi cuello, colocó su frente en la mía respirando mi olor.
"Quédate a mi lado", me rogó. Asentí ahuecando su mejilla. Tomando mi mano, nos llevó al agua.
Advertimos a su tulkun. Y cuando volvimos vi a mis hermanos discutiendo.
"¿Lo'ak?" Tsireya llamó mientras se zambullía en el agua. Rotxo estaba con nosotros cuando saltamos a la plataforma.
"Va a advertir a Payakan. Vamos", dijo Neteyam golpeando el pecho de Aonung antes de lanzarse tras Lo'ak. Rápidamente, todos hicimos lo mismo, nos sumergimos en el agua, montamos nuestro Ilus y perseguimos a mi hermano.
En el camino, Kiri y Tuk cabalgaron hacia nosotros.
"¿Qué está pasando?" preguntó Kiri.
"Va con Payakan", dijo Neteyam antes de sumergirse bajo el agua.
"Espera", llamó Kiri antes de unirse a nosotros.
El estúpido skxawng no quiso escuchar nuestras súplicas para que volviéramos. Cuando Payakan apareció, vimos que un rastreador había sido plantado en su costado. Lo'ak se apresuró a actuar corriendo para tratar de sacarlo.
"¡Lo'ak!" Neteyam gritó saltando sobre la espalda de Payakan.
"Venir a ayudarme", llamó Lo'ak desesperadamente. El resto de nosotros nos reunimos rápidamente alrededor del rastreador tirando con todas nuestras fuerzas. Mi corazón cayó cuando vi la nave demoníaca en la distancia.
"Lo'ak, llama a papá, llámalo solo hazlo", Neteyam presionó. Lo'ak asintió seleccionando sus comunicaciones y llamando a papá mientras el resto de nosotros luchábamos con el rastreador.
"¡Se está acercando!" Tsireya gritó de miedo.
"¡Tirar!" Neteyam gritó mientras tiramos con todas nuestras fuerzas. Sin embargo, ni siquiera se movió.
Al ver que no íbamos a ninguna parte traté de pensar en algo.
"¡La cuerda, usar el ilu!" I grité. Neteyam rápidamente se zambulló acercando su Ilu y tirándonos una cuerda. Una vez que estuvo nivelado, asentí con la cabeza a Neteyam.
"¡Vamos!' Aonung llamó. Vi como los barcos eran descargados del barco y vi como se dirigían hacia nosotros.
"¡TIRAR!" Grité. Con un último tirón, todos caímos al agua y el rastreador se soltó.
"¡Salgamos de aquí!" Aonung ordenó mientras emergíamos. Me llevó a mi Ilu asegurándose de que había montado antes de pasar a la suya.
"Ir por ahí, los d"espistaré, dijo Neteyam tomando el rastreador y saliendo corriendo. Rápidamente montamos nuestro ilus y salimos corriendo. Nos detuvimos en unos grandes juncos esperando a que los barcos se despejaran de encima de nosotros.
Deberíamos haber estado a salvo. Deberíamos haber estado a salvo. Sin embargo, nunca nada sale a mi manera. La nave demoníaca lanzó submarinos de todo tipo que instantáneamente se dirigieron hacia nosotros.
