=Capítulo 12=

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Salí a disculparme con los que había golpeado

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Salí a disculparme con los que había golpeado. Me dijeron que estaban pescando en el lado este del arrecife. Me dirigía en esa dirección cuando en la distancia vi cuatro ilus saliendo del arrecife. Tres jinetes celestes y uno oscuro. El mar abierto era más rudo que el arrecife. Sin embargo, mantuve mis ojos en el grupo. En un momento todos se hundieron. Sólo tres volvieron a subir. Cuando me vieron, aminoraron un poco la velocidad. Aonung, Rotxo y uno de los chicos a los que golpeé estaban allí.

"Sylwanin, ¿qué estás haciendo aquí?" Aonung preguntó luciendo como un ciervo atrapado en los faros.

"Os vi salir del arrecife con mi hermano. ¿Dónde está?" Pregunté instantáneamente a la defensiva.

"Es solo una broma, conoce el camino a casa. Solo queríamos asustarlo", dijo Rotxo mirando hacia otro lado cuando mi mirada cayó sobre él.

"Cabrones", siseé pasando junto a ellos, Aonung estaba a punto de seguirme cuando su amigo lo detuvo.

"Estarán bien", dijo. Entonces, en contra del buen juicio de Aonung, se fueron.

A medida que me acercaba lejos del arrecife, Lo'ak emergió gritando por los demás y solo se detuvo cuando me vio.

"¿Nin?" preguntó en estado de shock.

"Skxawng," siseé lanzando un trozo de alga a su cabeza. "Debo haber tomado todo el cerebro en el útero de mamá, esa es la única explicación de lo tonto que eres", siseé mientras me acercaba a su lado.

"Bueno, entonces es tu culpa por todos los problemas en los que me meto", dijo. Estaba a punto de replicar cuando mi Ilu se sacudió hacia adelante. Entonces mi mundo se puso patas arriba mientras volaba por el aire. Entonces lo vi, dos grandes fauces de una bestia cerrándose de golpe.

Tanto Lo'ak como yo caímos al agua tratando de recuperar la orientación. Ambos ojos se clavaron en la gran bestia que gritaba después de que uno de los Ilu lograra morder un fragmento de su aleta. Se alejó un poco persiguiendo al Ilu antes de darse cuenta de que no lo alcanzaría. Volvió su atención hacia nosotros. Me había enfrentado a la muerte antes, pero esta muerte tenía una cara fea.

Instantáneamente, Lo'ak y yo nadamos hacia la protección del coral mientras la bestia nos perseguía. La mandíbula de la bestia se abrió lista para partirnos por la mitad con un solo mordisco. Por suerte para nosotros, el coral lo bloqueó.

Atravesó la primera capa de coral y nos obligó a nadar más adentro del laberinto. Saliendo por el otro lado miramos a nuestro alrededor. Apareció desde un lado, Lo'ak tira de mí hacia abajo cuando nos perdió por poco una vez más. Mi corazón latía rápidamente cuando hicimos una pausa por un breve momento de paz. Un momento que fue destruido cuando la bestia atacó de nuevo.

Se abrió camino a través del coral, Lo'ak y yo nos abrimos paso a través de espacios reducidos y nuestros cuerpos se cortaron hasta llegar al coral afilado. Un grito salió de mis labios cuando mi brazo quedó atrapado en la mandíbula de la bestia. Por suerte para mí, su mandíbula no pudo cerrarse correctamente debido al coral alojado entre su boca. Desafortunadamente para mí, los dientes estaban afilados y se abrieron limpiamente a través de mi bíceps inferior.

Cuando la bestia abrió sus fauces de nuevo saqué mi brazo de su diente. Lo'ak me agarró tirando de nosotros a través del último agujero. La bestia no pudo pasar por mucho que lo intentó y se rindió. Lo'ak se volvió hacia mí, palideciendo ante la nube de sangre que brotaba de mi brazo. Mi rostro se contrajo de dolor mientras él se agarraba a él tratando de detener el sangrado.

Alcanzando mi mochila, saqué un vendaje. Tomándolo de mi mano, rápidamente y con fuerza lo ató en mi brazo. Cuando terminó, me abrazó mientras esperábamos. Sin embargo, no teníamos tiempo. Nuestros corazones latían más rápido, no teníamos tanto aire. Los ojos de Lo'ak se cerraron, mis pulmones se llenaron de aire. Ambos compartimos una mirada, teníamos que tomar aire, pero había una bestia furiosa en el medio.

No podíamos esperar más. Nos dimos un asentimiento antes de empujarnos hacia arriba y dirigirnos a la superficie. Sin embargo, no tuvimos suerte. La bestia había estado esperando, nadó hacia nosotros. Lo'ak me empujó detrás de él y sacó su cuchillo.

Luego, de la nada, un tulkun gigante se estrelló contra él empujándolo contra el coral y aplastándolo. El estallido de las aletas del tulkun nos hizo girar incontrolablemente en el agua. Durante el cual perdí de vista a Lo'ak. Cuando lo volví a ver, flotaba inconsciente en el agua. Antes de que pudiera alcanzarlo, el tulkun lo levantó a la superficie. Rompí la superficie levantando mi cuerpo sobre las rocas jadeando con avidez por respirar. Tomé una respiración profunda arrastrando el resto de mi cuerpo fuera del agua sosteniendo mi dolorido brazo contra mi pecho.

"¡LO'AK!" Grité dándome la vuelta. El alivio me llenó cuando lo vi despierto y seguro en la espalda del tulkun.

"¡NIN! ¿Estás bien?" preguntó.

"Estoy bien, ¿y tú?" Yo pregunté.

"Bien. Creo que hice un nuevo amigo", dijo. Riendo con incredulidad, me dejé caer sobre mi espalda. Eso fue sin duda una aventura y media. Miré con incredulidad como mi hermano nadaba con el Tulkun.

"Nin, conoce a mi nuevo amigo", afirmó con orgullo mientras se paraba en su aleta mientras nadaba hacia mí. Mirando a los ojos de la bestia, sonreí brillantemente.

"Gracias por salvarnos," dije. Un sonido cariñoso salió de él. No sé por qué nos salvó, pero estoy agradecida de que lo haya hecho.

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Camino del agua ➪AonungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora