=Capítulo 7=

3.1K 380 8
                                    

"Pido disculpas por mi mujer"

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

"Pido disculpas por mi mujer"

"No te disculpes por mí-"

"Ha recorrido un largo camino y está exhausta."

"Jake", resopló mi madre mientras miraba fijamente a mi padre. Con un resoplido, mi madre retrocedió elásticamente.

"Toruk Makto es un gran líder guerrero. Todo el pueblo Navi conoce su historia. Pero los Metkayina no estamos en guerra", dijo el jefe dirigiéndose a su gente. Deseaba tanto dar un paso al frente y anunciar que en efecto estaban en guerra. A los humanos no les importaban los clanes. Que solo veían a Navi como un obstáculo para llegar a su meta. En cambio, me quedé en silencio. Tuk tiró de la cola de papá para que él se diera la vuelta y la levantara.

"No dejaremos que traigas aquí tu guerra", dijo el jefe en tono de disculpa.

"No estoy en guerra. Solo quiero a mi familia a salvo", dijo. El jefe nos miró a todos, sus ojos se posaron en mi hombro atado.

"Solo queremos Uturu", dijo mi madre.

El jefe miró a su compañera mientras hablaban en silencio con sus ojos. Parecían llegar a un acuerdo cuando él se volvió hacia su gente.

"Toruk Makto y su familia se quedarán con nosotros. Tratadlos como a nuestros hermanos", anunció, el alivio inundando a mi padre.

"Ellos no conocen el mar. Así que serán como bebés que toman su primer aliento. Enseñarles nuestras costumbres para que no sufran la vergüenza de ser inútiles", señaló el jefe.

"A ver, ¿qué se dice?" preguntó padre. Diferentes agradecimientos han pasado de nuestras bocas. Kiri pone los ojos en blanco.

"Nuestro hijo Aonung y su hermana Tsireya, enseñarán a vuestros hijos", dijo el jefe. Al chico de antes parecía no gustarle nada esto.

"Padre, ¿por qué yo?" habló en protesta.

"Está decidido", lo interrumpió el jefe.

"Venid, os mostraré nuestra aldea", dijo Tsireya con una brillante sonrisa. Recogimos nuestras cosas y nos condujo a través del pueblo. La gente nos miraba con curiosidad pero con cautela. Luego llegamos a nuestra choza.

Estaba ocupada desempacando cuando fui a buscar algo, pero me estremecí cuando mi hombro se contrajo.

"Maldita sea", siseé. Instantáneamente papá estaba a mi lado. "Está bien", traté de descartarlo, pero él no tenía pensado hacerlo.

"Déjame ver", dijo jalándome. Desenvuelve mi hombro, la curación había sido buena hasta ahora. El interior había sanado. Había llegado a ser solo una costra, la etapa final de curación.

"Parece un poco infectado", dijo.

"Mi madre es una gran sanadora. Estaría encantada de examinar tu herida", dijo Tsireya.

Camino del agua ➪AonungWhere stories live. Discover now