Capítulo 47: Praying

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Well, you almost had me fooled, told me that I was nothing without you...oh, but after everything you've done, I can thank you for how strong I have become. 'Cause you brought the flames and you put me through hell, I had to learn how to fight for myself, and we both know all the truth I could tell. I'll just say this is "I wish you farewell".

I hope you're somewhere prayin', I hope your soul is changing, I hope you find your peace, falling on your knees...prayin'.  [...] Sometimes, I pray for you at night...someday, maybe you'll see the light...some say, in life, you're gonna get what you give...

But some things...only God can forgive.


"Dos semanas y estaré en casa"

Dos semanas.

Ese era el acuerdo que habían hecho Harry y Louis, entre las cláusulas de su nueva dinámica como pareja conformada por solistas en diferentes fases de sus carreras. Obviamente preferían viajar juntos a todas partes, pero era irreal el solo imaginar sus agendas coincidiendo, así que optaron por seguir ese pacto de palabra, consistido en que no podían estar separados por más de dos semanas, ese era su límite, y cuando estuviera por vencerse, debían desafiar barreras con tal de volver a verse, así fuera por poco tiempo. Al decirlo, sonó sencillo, sin embargo, ahora que Harry había viajado a Nueva York, en compañía de Anne, Robin, Gemma, Mitch, Sarah y Jeffrey, y él había tenido que quedarse en Londres, Louis se arrepentía de no haber puesto como límite dos días.

O dos horas..., tal vez minutos.

No llevaba ni una jodida semana sin él y ya se sentía como una eternidad extrañándolo. Sabían arreglárselas para aligerar la espera, las videollamadas diarias nunca faltaban y los mensajes estaban presentes durante todo el día, incluso intercambios de algunas fotos íntimas en los momentos menos adecuados (Louis tuvo que huir al baño cuando a Harry se le ocurrió la magnífica idea de enviarle una provocativa foto usando únicamente bragas rojas, con uno de sus collares de sumiso..., cuando el ojiazul estaba en plena junta con los concursantes de The X Factor); pero no era lo mismo.

Parecían haber vuelto a los tiempos de adolescencia en los que vivían en diferentes ciudades y dependían completamente de la economía y disponibilidad de sus padres para verse. No eran, para nada, malos recuerdos, debía admitir.

Harry le había enviado una foto con la cámara frontal en la que hacía un adorable puchero caprichoso y varios rizos le caían desordenadamente sobre la frente, poniendo como descripción un "Hazz quiere besos, ven a besar a Hazz", Louis había puesto la foto de fondo de pantalla en su celular, y aprovechaba cualquier excusa para volver a mirarla y brindarle embobadas sonrisas. 

Le servía de combustible para seguir mínimamente cuerdo en uno de los eventos posteriores a una presentación en The X Factor, en la que Little Mix subió al escenario e hizo un número fenomenal que aportó color a una noche agobiante. Louis, mentalmente, estaba en casa, componiendo en el estudio, con Clifford acurrucado al lado de sus pies, pero físicamente y muy para su desgracia, estaba todavía en el jodido edificio, escuchando un millón de conversaciones en las que no le apetecía formar parte.

—¿No saludas?—preguntó una alegre voz femenina, aunada a dos toquecitos en su hombro.

Louis giró hacia ella y una sonrisa genuina surgió en sus labios al ver a Perrie, con su clásico semblante animado y ojos azules llenos de vida.

—Hey, ¿cómo estás, bandida?—la abrazó con cariñosa fuerza, levantando sus pies del suelo durante unos segundos en los que la chica rio.

—Feliz de verte, se siente como si hubiera pasado un siglo desde la última vez, he extrañado tu hermosa e irritante carita, aunque no lo creas—pellizcó sus mejillas, jugueteando con ellas.

When green and blue collideOù les histoires vivent. Découvrez maintenant