Capítulo 41: Walking In The Wind

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We had some good times, didn't we? We wore out hearts out on our sleeve. 

Goodbyes are bittersweet, but it's not the end. I'll see your face again.

And you will find me, yeah you will find me in places that we've never been, for reasons we don't understand. Walking in the wind, walking in the wind.

And I know we'll be alright, child...just close your eyes and see. And I'll be by your side anytime you're needing me.


Los techos se volvían más hermosos cuando los miraba con ella. 

Era tan sencillo crear su propio universo, apoderarse de él y reinarlo con tan solo desearlo. Alguien—quizás una galleta china—le dijo alguna vez que la clave para alcanzar la felicidad no se necesita alcanzar un futuro inexistente plagado de perfección y alegría, basta con imaginarlo hasta darte cuenta de que lo tienes justo frente a ti. Lauren lo comprendió todas las noches en las que compartió una cama individual con una chica de ojos jade y risa contagiosa, una que la hacía contar estrellas imaginarias en el techo, una que le contaba cientos de veces la misma historia de cómo descubrió Radiohead, siempre añadiendo y restando detalles distintos, pero manteniendo la afirmación de que había sido el mejor día de su vida. 

Lauren sólo la observaba hablar. Podría hacerlo por horas y percibiría el tiempo en segundos. Porque Olivia era un estallido tan duradero que parecía esplendorosamente fugaz, porque atestiguar el brillo en sus ojos cuando llegaba a su parte preferida de la historia significaba ver el titilar de una estrella como si la tuviera entre manos. Ella era un manto refrescante en pleno desierto, un abrigo en una nevada, y una sombrilla en tormenta; el mundo podría estarse consumiendo en un incendio, pero si Olivia seguía relatando, Lauren no lo notaría, ambas morirían así pero, ¿qué tendría de malo? Sería la forma más dulce de abandonar la vida.

La única luz encendida era una lámpara sobre el buró de la habitación de hotel. No necesitaban más, así se constituía su pequeño Edén. A veces podrían aparentar menor edad a chicas de veintiuno y veinte, jugando a crear formas de animales con sus manos y reflejadas en las sombras, riendo cuando alguna fracasaba en el intento de uno casi imposible, pero ese instante en particular no era el caso.

Esa noche sólo se dedicó a enamorarse de ella, como cada segundo desde que la vio por primera vez.

—Algún día estaré en la lista de los grandes—prometió Olivia, con la vista fija en el techo y las manos reposadas sobre el vientre—. ¿Te lo imaginas? Porque yo ya puedo ver mi primer sold out. Lo siento cerca.

Seguramente ella esperaba risas como respuesta, pero no fue así. 

—Lo lograrás—aseguró Lauren, también con la mirada al frente.

Olivia emitió una risita, mofándose de sí misma.

—¿Crees que Jonny Greenwood me pida un autógrafo?

—Rogará por él, y en cuanto lo tenga se lo tatuará sobre la frente.

—¡No necesitaba tu sarcasmo!—chilló, riendo más alto y contagiándole la risa.

—¡Lo digo en serio!—defendió Lauren—. Sé que sucederá. Tengo absoluta certeza, lo vi en un sueño.

—¿Ah, sí?—esbozó una pícara sonrisa y giró su cuerpo completo hacia ella—. ¿Qué más viste?

When green and blue collideWhere stories live. Discover now