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—¡Es como un cuento de hadas! —exclamó Alessandra pasada de copas sujetando el hombro de Petra.

La antigua soldada observaba a la pareja real bailar en sintonía, teniendo un momento íntimo frente a todos, dejando ver su amor y revelando sus veraderos sentimientos.

Él la había olvidado por ella, la otra mujer.

Al menos eso creía.

No podía odiarlo, su amor era mucho más grande que ese sentimiento, pero tampoco podía fingir que le encantaba ver al amor de su vida bailar con la admiración de todos junto a una mujer que jamás podría igualar.

Joven, hermosa, popular, amigable, humilde, y sobre todo, una princesa de gran poder.

Claro que todas esa características juntas pudieron arrebatárselo, ella jamás fue competencia para la Princesa y estaba segura que tampoco sabía de su existencia, no como Petra, quien se torturó leyendo cada nota de los periódicos que hablaban sobre ella y su relación con el nuevo soberano.

Incluso se odio cuando Levi demostró un lado que jamás logró enseñárselo a ella, se vio vulnerable frente a la Princesa. Detestó haber escuchado el anuncio de su compromiso viniendo directamente de él hacia su nación, las fotos de los dos juntos, la forma en la que ambos se miraban en sus respectivos puertos, hace mucho que Levi dejó de ser suyo pero se rehusaba a aceptarlo.

Aún lo recordaba en sus días de Capitán, al principio la relación era formal, únicamente de líder a subordinado hasta que las bajas en el ejército los pusieron sentimentales a los dos y su camino hacia el amor nació.

A diferencia de su actual relación, ella y el Capitán la mantuvieron en secreto pues esa clase de relaciones estaban prohibidas dentro del ejército. Los altos mandos no tenían permitido salir con soldados de su propio escuadrón, entre soldados estaba permitido.

Debido a que era un secreto muy pocos supieron de su relación, en el caso de Levi solo lo sabían sus íntimos camaradas, por parte de Petra el único en saberlo fue su padre. Ella tenía todo planeado, después de la tregua con Marley los dos abandonarían sus puestos para así poder tener una relación pública y tener paz de no tener que ocultar sus sentimientos.

Sin embargo eso jamás pasó, la tregua se perdió y todo cambió para ella. Un tal Kenny Ackerman, Duque de Stohess, apareció para avisarle a Levi que ya no tenía que ser un militar, sino alguien de la alta sociedad, su título noble fue restituido y eso lo apartó de sus actividades como Capitán por un tiempo.

Se escribieron un par de cartas, Levi le escribía que pronto se reunirían, que la vida de Duque era aburrida pero que se esforzaba para que ambos pudiesen obtener un mejor futuro en algún distrito de la muralla más exclusiva. La ilusión de Petra solamente crecía, quería casarse con él, formar una familia y alejarse del mundo militar para siempre.

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