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Rosé estaba sentada en el sofá. Había pasado un día desde el
encuentro con Alice. Llevaba todo el día mirando a la nada en silencio y con un rostro triste.

Lisa no quería forzarla a explicar nada pero comenzaba a preocuparse.

— ¿Estás bien unnie?— Preguntó Lisa sentándose a su lado.

— La verdad... No— Respondió todavía mirando a la nada.— Ver a Alice ayer me trajo recuerdos a la mente... Y es miserable recordar lo sola que he estado toda mi vida.

— Hey ¿Ya olvidaste lo que te dije?— Lisa tomó la mano de Rosé.— Yo siempre estaré aquí unnie. Ya no estás sola.

Roseanne se quedó en silencio otro rato. Lisa simplemente se quedó ahí, sosteniendo su mano sin decir nada. No era un silencio incómodo, se sentía bien. El único ruido en la casa era el del fuego en la chimenea.

Después de un rato de silencio amigable Rosé decidió que quería confiar en Lisa.

Era la única persona que se había preocupado por ella. Merecía saber la verdad.

Así que se armó de valor y comenzó a hablar.

— Odio la Navidad porque hace mi soledad mucho más difícil de soportar— Explicó rompiendo el silencio.— Todos pasan la
Navidad con sus familias, amistades, pareja... Y yo nunca he tenido nada de eso.

— ¿En serio unnie? Debe ser horrible ver a las personas felices a tu alrededor— Comprendió Lisa.

— ¡Exacto! Para todos es la época más alegre del mundo pero
para mí es la peor época del año. Cada maldita cosa en la Navidad
me recuerda lo estúpidamente sola que estoy. Detesto la Navidad por hacerme sentir tan mal.

— ¿Y qué hizo Alice?— Preguntó Lisa. Rosé se quedó en silencio y suspiró con frustración.— Perdón, perdón, perdón. No debí mencionarlo.

— No, está bien... Te contaré— Aceptó mirando hacia el piso.— Alice era la hermana mayor así que, como es usual en las familias, yo era la hija preferida de nuestros padres.

» Alice solo me llevaba 3 años pero aún así nuestros padres me veían como la niña pequeña a la que había que proteger y consentir. Por eso Alice me odiaba. Recuerdo que de pequeñas me robaba los juguetes y rompía mis crayones

» El problema es que seguimos creciendo pero Alice nunca
dejó de odiarme... Ella estaba decidida a que quería ser la única hija en la casa. Cuando yo tenía 10 años y ella tenía 13 se le ocurrió un plan horrendo... Y por desgracia le salió de maravilla.

»En resumen Alice incendió el auto de nuestro padre y luego
me echó la culpa. Yo me la pasaba haciendo desastres por
accidente así que fue fácil para mis padres creer que había sido yo y... Se enojaron. Se enojaron tanto conmigo que me echaron de la casa.

— ¡¿Pero cómo te iban a echar de la casa!?— Interrumpió Lisa
aterrada.




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La nieve ☃❆ Chaelisa Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon