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Los padres de Lisa y Jisoo volvieron a la habitación con chocolates calientes y pan de frutillas para todas. Lisa y Rosé tuvieron que salir y sentarse en la sala de espera, pero por fortuna dieron a Jisoo de alta solo una hora después.

Toda la familia subió al auto del señor Manoban y se dirigieron a su casa. Lisa durmió en la sala con su papá y su novia, y Jisoo durmió en la habitación del segundo piso con su mamá.

Daban casi las 4 de la mañana cuando llegaron a la casa y además todos venían exhaustos por el estrés del hospital, así que terminaron durmiendo hasta más del mediodía. Al despertar el señor Manoban salió a comprar tamales y la señora Manoban preparó chocolate caliente. Los demás chicos se sentaron en el comedor y comenzaron a admirar la decoración navideña en la casa.

— En serio extrañaba venir aquí en Navidad— Expreso Jisoo mirando alrededor con una sonrisa.― Lo que más me dolía de vivir en Malasia era no poder pasar las fiestas de fin de año en esta casa.

— Jisoo Unnie consiguió un buen trabajo en Malasia así que vivía ahí desde hace unos 5 años— Le explicó Lisa a su novia.

— Pero hace un par de meses básicamente me dijeron "Gracias por todo. Hasta nunca", así que tuve que tomar todas mis cosas y devolverme a Corea— Terminó de contar Jisoo con un suspiro.

La señora Manoban volvió a la mesa llevando una bandeja con tazas de chocolate.

— Mamá ¿Dónde compraste el árbol de Navidad?— Preguntó Jisoo señalando el árbol blanco en la sala.

— Emm...— Dejó la bandeja sobre la mesa y lo pensó por un momento.— Fue cuando aún vivíamos en Tailandia. Creo que lo compré con tu papá en Target.

— Ah, que lástima— Jisoo hizo un puchero con desilusión.— Es precioso... Me gustaría comprar uno así para mi apartamento.

— Espera ¿No tienes árbol de Navidad en tu casa? ¿Acaso eso te enseñé?— Bromeó su madre, pero en el fondo sí estaba algo ofendida.

— Es que... No sé— Jisoo no sabía cómo excusarse.— Dejé todas mis decoraciones navideñas en Malasia y cuando me mudé aquí ya no le vi el sentido a comprar decoraciones navideñas. Ya no sentía el espíritu navideño. Pero volver a esta casa me está trayendo muchos recuerdos lindos de la Navidad... Quizás este es mi momento para reconciliarme con esta festividad.

— Habla con Rosie. Ella es experta en reconciliarse con la Navidad— Dijo Lisa. Rosé rio y negó con la cabeza.— Lo digo en serio insistió. A principio de diciembre Rosie detestaba cada cosa que fuera mínimamente navideña... y ahora mira, ella fue la que me convenció de la importancia de la Navidad anoche.

— ¿Qué ocurrió anoche?— Preguntó Jisoo.

El señor Manoban volvió a la casa con 5 tamales y una bolsa de hoppang, que eran bolitas de harina rellenas de patsu. Mientras todos desayunaban en el comedor Lisa y Rosé les contaron los detalles sobre el milagro navideño que había salvado a Jisoo y la importancia de la esperanza navideña como cura ante cualquier adversidad.

— En conclusión: la Navidad es un invento comercial inventado por el capitalismo... pero lo que pocos saben es que también es un festividad muy importante que puede incluso llegar a ser mágica si crees en ella— Resumió Jisoo.

— Así es— Asintió Rosé.

— Es como una época de sanación espiritual— Siguió explicando Lisa.— La Navidad es una simple excusa para ser feliz y tener esperanza... pero si te dejas llevar por esa excusa puede funcionar completamente de maravilla.

— A lo que queríamos llegar es a que la Navidad no solo es una festividad vacía sino que en realidad puede ser muy útil si la asumes con profundidad— Terminó Rosé.

— Pues... Feliz Navidad, mis angelitos— Dijo la señora Manoban levantando su taza de chocolate.— Mi cosa favorita de la Navidad no son las decoraciones ni los villancicos... Mi cosa favorita es poder verlas a ustedes. Bueno... y quizás la comida también— Agregó riendo.

— Feliz Navidad, chicas— Repitió el señor Manoban con su taza en la mano.— Le agradezco infinitamente a la Navidad por darnos una excusa cada año para pasar tiempo en familia.

— Feliz Navidad— Repitieron las demás chocando sus tazas a modo de brindis, para luego tomar un gran sorbo de chocolate.

— Waaah ¿Se han dado cuenta de que el chocolate es uno de los mejores inventos jamás creados?— Jisoo tomó otro sorbo más. Me alegra estar aquí físicamente. Los años pasados cuando hacíamos videollamadas para Navidad nunca podía probar este chocolate.

— ¿Quieres otra taza de chocolate?— Preguntó su madre al notar que ya iba terminando.

— ¡Claro que sí!— Respondió con emoción.

— A mí también me gustaría otra taza...— Pidió Rosé.

— A mí también— Repitió Lisa.

La señora Manoban rio ligeramente. Fue a la cocina para traer la olla del chocolate y al volver a la mesa sirvió chocolate para todos. Esa deliciosa bebida siempre era la encargada de unir los momentos navideños.




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La nieve ☃❆ Chaelisa Where stories live. Discover now