10

532 80 0
                                    

"No está tan mal" Pensó Rosé al probar el chocolate "De
hecho... Sabe bien".

Rosé sacudió su cabeza y quitó ese pensamiento de su mente. Poco a poco estaba cayendo en los encantos de la Navidad... Y era por culpa de Lalisa.

— No sé qué me estás haciendo, Lisa.

Confesó Rosé de repente, con la mirada aún fija en su taza de chocolate.

— Y-yo..¿A q-qué te refieres unnie?— Lisa entró en pắnico con esa confesión repentina.

— El chocolate... Sabe bien— Explicó Rosé horrorizada.

Lisa se calmó y no pudo evitar reír.

— Obviamente sabe bien, lo preparé con todo el amor del mundo— Dijo sonriendo.

— Si me termina gustando la Navidad será por tu culpa— Rosé iba a tomar otro sorbo del delicioso chocolate pero mejor lo dejó sobre la mesa y se cruzó de brazos.

Roseanne estaba decidida a odiar la Navidad para siempre. Nada iba a cambiar eso. No iba a caer en los trucos de Lisa.

— El día que te guste la Navidad sera el día más feliz de mi vida— Lisa rio con ternura al ver a su vecina cruzado de brazos mientras pretendía estar enojada.

— Ese día nunca llegará— Afirmó Binnie.— Mientras me mantenga alejado de las velitas y del chocolate nunca podrá gustarme la Navidad.

De repente sonó un "ding", anunciando que las galletas estaban listas. Lisa corrió a la cocina alegremente y sacó las galletitas navideñas del horno. Luego volvió a la sala con un plato lleno de galletas.

—  Está bien, Rosie, deja el chocolate si quieres... Pero prueba una de mis galletas— Propuso Lisa dejando el plato sobre la mesita de centro.

— No quiero. Ya tuve suficiente navidad por hoy— Se quejó aún
cruzada de brazos.

— Desde que vives aquí te he preparado galletas unas 3 veces pero nunca has comido ni una— Le reprochó Lisa, sentándose en el sofá a su lado.

— Odio la Navidad ¿Recuerdas?

— Pero no odias mis galletas— Afirmó Lisa.

— Claro que sí, Lis. Son galletas navideñas.

— No puedes odiarlas si nunca las has probado— Tuvo una idea tierna... Tomó una galleta del plato y la acercó a la boca de
Rosé. Ella iba a negarse... Pero no pudo. Simplemente comió un mordisco de la galleta y Lisa sonrió. Lisa terminó de darle la
galleta a Roseanne en la boca y la mayor dejó de cruzar los brazos.— ¿ Y bien?— Preguntó Lisa aún sonriendo.

— Mientras me mantenga alejada de las velitas, del chocolate y de tus galletas nunca podrá gustarme la Navidad.

Lisa estalló en risas. Al parecer a Rosé le había gustado la
galleta.




¡Gracias por leer!

La nieve ☃❆ Chaelisa Where stories live. Discover now