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— ¿Pero por qué hiciste eso?— Preguntó Lisa molesta.

¿Crees que la voy a perdonar porque me dijo un par de palabras bonitas?— Se defendió Rosé.

— No digo que la perdones... Solo digo que no debiste colgarle el teléfono en la cara— Explicó.

— Alice no es mi hermana. Ella y yo no somos nada ¡Nunca lo hemos sido! Además han pasado años... ni siquiera la conozco. Alice no puede aparecerse de repente en mi vida y pretender que somos familia.

— Entonces no la trates como familia— Dijo Lisa con simpleza.— No la trates como tu hermana. Trátala como una desconocida que acaba de mudarse al vecindario.

— ¿A qué te refieres?

— Cuando alguien desconocido se muda cerca no sabes nada de la persona. Quizás sea una asesina serial o quizás sea un simple jardinero amable... Pero no puedes saberlo hasta hablar con esa persona— Explicó Lisa.

— ¿Quieres que vaya a su casa con una caja de galletas como hiciste conmigo cuando me mudé a la casa de al lado? No haré eso, Lis.

— No le des una caja de galletas, no se la merece— Aclaró Lisa.— Pero si deberías hablar con ella. Podrías invitarla a almorzar aquí este fin de semana, le prepararé algo sencillo.

— ¿Y si Alice de verdad resulta ser una asesina serial?— Argumento.

— Entonces juntas la podemos sacar a patadas de la casa— Propuso sonriendo.

— Me encanta la idea— Devolvió la sonrisa.

— Ok, ahora llama a Alice para invitarla— Dijo señalando el
celular.

Rosé marcó el número de su hermana y Alice respondió al
instante.

— ¡Gracias por devolverme la llamada!

— Alice— Rosé hizo una pausa para suspirar con frustración. Lisa la miró sonriendo y le hizo dos pulgares arriba.— ¿Tienes tiempo este sábado?

Fue una llamada rápida. Alice obviamente aceptó la invitación para almorzar el sábado.

— ¿Ya podemos seguir en lo que estábamos?— Preguntó Rosé justo despuéés de colgar.

— Claro que sí— Lisa río y volvió a besar a su novia.

Los besos bajo el muérdago se sentían especiales. Como si la luz que entraba por la ventana fuera lo mágica y convirtiera el frío del invierno en un cálido sentimiento hermoso. Roseanne jugaba con el cabello de Lisa mientras ella no podia evitar sonreir una y otra vez entre el beso.

La magia del muérdago es infalible si dos enamoradas se paran debajo.




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La nieve ☃❆ Chaelisa Where stories live. Discover now