35

899 58 4
                                    

Ellery Guzmán y Marcos Castro


Eʟʟᴇʀʏ Gᴜᴢᴍᴀ́ɴ

No sé cuánto tiempo pase inconsciente, pero cuando desperté, sentía un terrible dolor en mi espalda baja, a tal punto de no poder ni hablar y hacerme llorar. De un momento a otro se abrió la puerta de la habitación donde me encontraba y veo entrar a una enfermera, al ver su semblante puedo darme cuenta de que se encontraba feliz por haber despertado.

—Ellery, ya despertaste. —habló con una sonrisa.

Yo comienzo a hacer señas, pero no logra entenderme, por lo que hago mi mayor esfuerzo para poder articular algo y ella se acerca a mí con preocupación.

—Me duele. —digo a duras penas, veo como toma una de mis manos y con la otra libre me toma con suavidad la espalda alta.

—¿Me podrías explicar un poco de tu dolor?.

Yo niego de inmediato con lágrimas corriendo por mis mejillas.

Sentía cómo me ardía y golpearan constantemente, dejándome sin hablar ¿Cómo le explicaría tremendo dolor?

—Sólo póngame algo, siento que el aire se me va por culpa del dolor. —respondí con voz dolida.

Ella parece darse cuenta de mi sufrimiento y presiona un botón, creo yo, llamando a más enfermeros o al doctor, a los minutos ingresaron más personas, comenzaron a decir cosas que no lograba a entender o más bien, no prestaba atención alguna, las pulsaciones y piquetes comenzaban a ser más constantes.

—¿Ellery estás segura que quieres que te inyectemos?, Hay personas afuera…

—Sólo háganlo de una vez —le interrumpí.

[…][…]

Nuevamente, noción del tiempo perdida, después de que me inyectaron comenzó a inundarme el sueño, cayendo dormida por completo, recuerdo que a lo lejos logro escuchar la mención de inducir un coma que fue autorizado por mi familia. Que estaban enterados de mi procedimiento y complicaciones que no he tenido. De verdad que estoy agradecida con Dios por eso. Es por eso que no puedo abrir los ojos o hacer algún movimiento.

No sé dónde me encontraba pero escuchó la puerta de la habitación abrirse y un par de voces, conozco una de ellas, pero las otras son totalmente desconocidas para mí, tal vez son los médicos que me atienden.

Escucho pasos acercarse a mí y luego la presencia de una persona en cada lado.

—¿Nos puede escuchar? —preguntó una de ellas. Una mujer.

—Se parece bastante a Emilia —una tercera voz habla y toma una de mis manos. Después de que menciona a mi madre siento algo en el pecho, mis hermanos y papá no son tanto de mencionar su nombre— Si Iván, Ovidio y Alfredo nos lo permiten, queremos conocerte —la escuché murmurar.

—Iván tenía planeado presentarla ésta semana —respondió Ovidio—, pero pasó esto y pues no se pudo.

¿Serán Griselda y Giselle?

De sólo pensarlo me da cierta emoción, y más por las palabras de mi hermano, Iván ya tenía planeado presentarme, pero sucedió ésto y todo se fue al carajo.

Ratón comenzó a platicar un poco de la convivencia que habíamos tenido todos estos años, de Édgar, que sabía de mi existencia, también hablaron de Tata, quien estaba enterado del plan de Iván, había planeado una fiesta para presentarme ante todos ¿Y  dónde estoy? En una jodida camilla de hospital por unos pendejos que quisieron acabar con mi vida, sin que les hiciera algo, mencionaron a Frida, la hija de Édgar, sabía de su existencia pero nunca convivimos y para sus palabras, ella ya es una adolescente.

Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ғᴜᴛᴜʀᴏ ᴊᴜɴᴛᴏs... 𝑀𝑇Where stories live. Discover now