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Ellery Guzmán y Marco Castro


Ellery Guzmán —Badiraguato, sinaloa.

Seis Rzr's salían del rancho GF con música a un volumen alto.

Enrique, Ellery, sus cuatro escoltas personales y seis escoltas del rancho se habían puesto de acuerdo para irse a rutear de imprevisto, la joven logró convencer a los otros seis hombres de que salieran con ellos a rutear.

Total ¿Qué puede pasar?.

Antes de irse Ellery había hablado con Paolo, más bien le avisó que saldría, pero no sola, aparte de sus cuatro escoltas llevaría a seis más, él no puso resistencia alguna, pues se encontraban en Badiraguato la ciudad que contiene más gente que forma parte de la chapiza.

Paolo hizo un par de llamadas para arreglar el cuidado de la joven sin que ella estuviera enterada de eso, mencionó varias características de los seis Rzr's y de las personas que iban en estos.

En un punto de la ruta pararon donde había más personas bebiendo y conviviendo, era un río, los doce bajaron de sus vehículos después de haberlos estacionado en el agua, ellos también querían y necesitaban refrescarse un poco.

—Sigo sin creer todo el desvergue que hiciste en un rato —comenta Carlos mirando a Ellery.

—Uy, nombre loco, no has visto nada —respondió Chava— Desvergue es lo que hace junto a sus hermanos, ese pa'que veas sí es un desvergue hecho y deshecho.

—¿Por qué? ¿A poco si se arma machín? —cuestiona Gabriel.

—Con decirte que se ponen a aventarle dólares a la raza —contestó Orlando—, ya te has de imaginar cómo se alocan.

—Ellery, llévame a rutear con tus hermanos —pidió Carlos y ella soltó una carcajada.

—No la armarías con nosostros, más bien, no vas a aguantar.

—¿Ah no?

—Nop, nosotros somos de carrera larga, hay veces que empezamos desde las diez de la mañana y paramos como hasta las doce de la noche —el castaño miró a Orlando y él asintió en acuerdo.

—Neta loco, ellos en verdad hacen eso, una vez yo me regresé como a las tres de la tarde porque ya andaba más pa'allá que pa'aca —comentó.

—Así es, de hecho Iván lo mandó con uno de sus amigos porque Orlando ya ni se acordaba de cómo se llamaba o si era hombre o mujer —agregó ella y todos soltaron una carcajada por la manera tan espontánea en que lo dijo.

En el pequeño rato que estuvieron ahí, todos estaban a carcajadas por las anécdotas que contaban Ellery, Chava y Orlando, todas las que habían pasado en rutas junto a los Chapitos.

Sus hermanos y sus dos escoltas que se convirtieron en sus amigos, se llevaron bien desde el momento en que se comenzaron a emparejar más a Ellery, cada que ella venía a México, los seis se iban de ruta demasiado seguido.

El grupo se estaba divirtiendo aún más con la payasadas y argüende, que Enrique y Orlando hacían, bailando sobre los Rzr's e imitando las canciones de Jenny Rivera.

Desde lejos, un grupo de aproximadamente diecisiete personas, entre ellos también mujeres, veían como Ellery y todos sus escoltas se divertían, estaban en decidía si deberían acercarse o no, hasta que uno de ellos tomó la iniciativa de acercarse.

—Buenas noches —se acercó un hombre al grupo.

El hombre era como diez centímetros más pequeño que Enrique, de tez blanca, ojos verdes y cabellos castaño claro.

Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ғᴜᴛᴜʀᴏ ᴊᴜɴᴛᴏs... 𝑀𝑇Where stories live. Discover now