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Marco Castro y Ellery Guzmán


Marco Castro —Barrancos, Sinaloa.

Marco se adentró a su oficina y con cansancio se dejó caer en su silla, cerró los ojos e inclinó su cabeza hacia atrás, ganándose las miradas de las cinco personas presentes, segundos después su teléfono comenzó a sonar, lo revisó para darse cuenta que era una llamada y con fastidio la mandó al buzón directo, pero las llamadas no se detuvieron ahí de inmediato volvió a sonar en repetidas veces y con insistencia.

—¿Quién es carnal? —cuestiona Kevin— Contéstale a quien sea o no va a dejar de mamar, ya me cansó el pinche tono —agregó con un poco de molestia.

—Es Itzel, no deja de estar mamando desde ayer —se quejó.

—Bloqueala —aconsejó Victor

—Ya la bloqueé, pero me está hable y hable desde números desconocidos, también bloqueé a toda su familia a la chingada —respondió con irritación.

—Prestamelo, deja le contesto y le digo que dejaste el celular en mi casa —intervino Victor estirando su mano en dirección a su amigo.

Marco lo puso sobre esta sin pensarlo dos veces y esperaron a que sonara de nueva cuenta el celular, sólo tuvieron que esperar un par de minutos.

—¿Bueno?

—¿Quién habla? —pregunta una voz femenina

—Eso mismo quiero saber yo, desde hace un rato están a marque y marque

Soy Itzel, ¿Me equivoqué de número? Estoy buscando a Marco Castro

Y esa fue la excusa perfecta para liberarse de aquella mujer.

—No conozco a ninguna Itzel y menos a ese tal Marco, el número está equivocado, adiós —se despidió y cortó la llamada.

Marco, Gordo y Kevin se miraron unos segundos, antes de soltar una carcajada que se escuchó por toda la habitación, así contagiando a Pityn y Jaimico.

—¿Neta no conoció tu voz? —pregunta Marco con incredulidad.

—No güey, no es como que conviví mucho con ella, la morra me caía y cae de la verga. Sin ofender.

—No tendría porque ofenderme —respondió él restándole importancia alguna.

La habitación se hundió en un silencio incómodo para todos, incluso Jaimico y Pityn estaban en silencio, algo que no era muy común en ellos ya que siempre se la pasaban discutiendo o jugando.

Victor y Kevin se compartieron una mirada antes de que el último nombrado preguntara.

—¿Todavía la quieres Marco? —cuestionó refiriéndose a aquella mujer y su hermano lo miró.

—Ni un poco —respondió con decisión.

Y era cierto, a él ya no le interesaba más aquella mujer que lo hizo sufrir y caer en una depresión. Sólo jugó y estuvo en una relación con él para quitarle dinero en cuanto podía. Pero un loco enamorado jamás se daría cuenta de cuando están jugando con su corazón.

20 de Enero del 2019.

3:30 p.m.
Marco se encontraba recostado en la cama de aquel hotel situado en Sonora.

Era su cuarto aniversario de relación con Itzel y estaba ansioso por encontrarse con ella.

Llegó a Sonora sin platicarle, quería darle una sorpresa por esa fecha tan importante que tenían, días antes ambos habían conversado y le comentó que no iría a verla, porque tenía cosas que hacer pero que eso no significaba que no la quería, en cuanto terminara con sus pendientes el iría a verla.

Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ғᴜᴛᴜʀᴏ ᴊᴜɴᴛᴏs... 𝑀𝑇Where stories live. Discover now