05

1.5K 51 4
                                    

Ellery Guzmán y Marco Castro


Marco Castro —Barrancos, Sinaloa.

Dos semanas habían pasado desde que el influencer había comenzado a seguir a Ellery y una desde que ella había dejado las cajas de medicamento en el hospital.

Marco entró a su Instagram como le era costumbre, y la primera historia que aparecía era de esa castaña que le quitaba el sueño desde ya hace un par de días.

Lo que Ellery ponía en sus historias, eran fotografías o vídeos de ella junto a su mascota, vídeos de donde se encontraba o vídeos donde molestaba a sus escoltas, y está vez no fue la excepción.

Lo que Ellery ponía en sus historias, eran fotografías o vídeos de ella junto a su mascota, vídeos de donde se encontraba o vídeos donde molestaba a sus escoltas, y está vez no fue la excepción

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Marco sonrió al ver la foto, bloqueó su teléfono para después salir de la casa.

Pasó por Chiquete a la suya y durante el día, ambos grabaron para el canal de Markitos, al caer la noche los dos se dirgieron al Ranch Roll para comer algo, después de un largo día y justo cuando estaban por entrar al estacionamiento, un Audi R8 en color gris y dos Cadillac del mismo color del auto salieron de ahí.

—¿Serán de la maña? —le pregunta Marco a su amigo y él lo miró incrédulo.

—No se verga, si quieres alcanzalos y les preguntamos —contestó sarcástico.

—¡Solo fue una pregunta! —exclamó mientras se estacionaba.

—Pues pinches preguntas pendejas que haces Marco —respondió su amigo y salió de la camioneta.

El nombrado sólo rió e imitó la acción de su amigo para después ingresar al restaurante, ambos saludaron al personal de trabajo y entraron a la oficina de Kevin.

—Güey, ahorita vimos salir un pinche carrazo y detrás dos camionetas bien mamalonas ¿Sabes quiénes eran? —pregunta Enrique y el mayor de los Castro ríe.

—Primero que nada: buenas noches —contesta Kevin sarcástico.

—Sí, buenas noches a la verga ¿Sabes o no sabes? —insiste Chiquete tomando asiento frente a él.

—No verga, no sé. Sólo supe que era una morra como con diez escoltas, eso es todo.

—Sabes más y no nos quieres decir perro.

Marco se encontraba sentado en un sofá, él sólo se disponía a reír de la plática entre su hermano y amigo.

—¡Es todo lo que sé! Tal vez eran de la maña o yo que sé, mientras consuman y no molesten al personal, todo bien.

—Pinche vato, si vas a pasar el chisme que sea bien.

—Es que no hay un pinche chisme que contar.

—Siempre hay un chisme que contar a la verga

Qᴜɪᴇʀᴏ ᴜɴ ғᴜᴛᴜʀᴏ ᴊᴜɴᴛᴏs... 𝑀𝑇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora