Especial navideño pt.3

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Narrador.-

El joven de la familia real de tez morena se sorprendió un segundo, pero inmediatamente suspiró.- Te he dicho que no hagas este tipo de acto.

Desde detrás suyo se escuchó una risa divertida.- Vamos, ¿os he salvado, no es cierto? 

Se giró a verlo, pese a que no habían terminado su discusión anterior, y aunque había tres palabras que realmente deseaba decirle, era simplemente incapaz, por lo que no lo iba a mencionar.- ¿Dónde estamos?

-El cuarto sobre el salón principal.- Dijo, y le sonrió, aunque esa pequeña acción iba llena de melancolía, y sin embargo... sus palabras se cortaron de nuevo antes de que pudiera decirlas.- Creo que puedes escuchar la música.

Era cierto, desde debajo de ellos se podía apreciar el sonido que venía de la fiesta.- ¿Por qué elegisteis este lugar?

El otro sonrió de nuevo, aunque sus ojos no lo hicieran.- Es solitario, como nosotros.

-Supongo que es cierto, aunque solo podemos esperar que nadie se acerqué.

-No lo harán, he sellado la habitación con magia.

-Parece que a veces sabéis usar esos poderes para algo bueno.- Se burló mientras ambos tomaban asiento, el rostro de su acompañante se torció.- ¿Qué queréis decir con eso? 

-¿La magia ya os quemo el cerebro?, porque afirmaré que es bastante obvio.

-Mi cerebro se encuentra en perfecto estado, gracias por vuestra preocupación. - Respondió, claramente molesto.- Me temo que quien posea dicho malestar sea su majestad.

- Me encuentro a vuestro lado, claramente padezco de alguna facultad mental.- Contestó, mientras dejaba ir un suspiró sin girarse a verlo, aunque tras unos momentos esa respuesta le sacó una risa sincera a su acompañante.- Eso será de lo más afectivo que me habéis dirigido. 

-Hmm...- Murmuró, sin responder, porque no iba a negar ni afirmar nada en esa oración, y el hecho es que ni siquiera necesitaba hacerlo, porque aquello decía lo suficiente para el otro, quien ya lo conocía tan bien que por eso no necesitaba que le dijera nada, porque para ellos acciones valían más que mil palabras, aun si sabían que había palabras que eran necesarias entre ambos, ninguno sería capaz de decirlas por más que fueran conscientes, porque había algo que simplemente no los dejaría.- Si es por eso, esperaré que entonces nunca recobréis la cordura, pues deberéis entender que sufro la misma condición. 

El joven a su lado dejó caer su cabeza sobre su hombro, y pese a su disgusto al contacto físico que le ocasionó un leve escalofrío, no hizo ni siquiera el amague de apartarlo, y aunque por un momento ambos se sintieron en paz y confort por la simple presencia del otro al lado suyo, no tardó mucho en convertirse en una feliz melancolía, una melodía que sabían no volverían a escuchar el siguiente año.-... No la recobraría aunque desaparecierais.

Pudo sentir su voz temblar un poco al final, como si los sentimientos que se creía experto en ocultar estuvieran saliendo sin su permiso, pues habían crecido tanto que ya no podía controlarlos y pudo sentir un tembloroso agarre a su brazo, que pronto se sintió firme, y ambos volvieron a quedar en silencio, de nuevo, con muchas palabras sin decir.- Si lo hiciera, seguiría sin recobrar la mía propia. 

Una calidez húmeda cayó sobre su brazo, a la vez que se acercaba al otro tanto como podía, y lo hubiera cubierto en una acción más cercana si no fuera porque se aferraba a él fuertemente.- ...Desearía deciros que todo estará bien, sin que pareciera una mentira.

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2022 ⏰

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Un fantasma en el cristal (Afterdeath)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora