Capítulo veintitrés

167 12 28
                                    

Narrador.-

-Lo cierto es que... nunca nos hemos llevado tan bien, aunque antes era manejable, ahora simplemente no creo que podamos tener siquiera una conversación normal. - Admitió, mientras dirigía su mirada al techo, sabía que su madre no aprobaría nada de la relación actual entre ellos, pero no es como si pudiera hacer nada desde donde fuera que estuviera ahora. - ¿Antes?

-Sí, antes... - Suspiró, aun sin dirigirle la mirada, recordando con nostalgia el pasado lejano que se veía ahora casi como un sueño que comienzas a olvidar tras despertarte. -Como dije no es que alguna vez fuéramos especialmente cercanos, supongo que es porque pensamos de manera muy diferente, pero, antes de...

-... Antes de que entrara  la universidad... ¡ah, la universidad es una escuela!, es para, eh... aprender cosas especificas sobre un tema, para tener un trabajo sobre ese tema...- Geno rio un poco al ver como se desvió de su historia para explicarle algo, podía preguntar más tarde, por lo que por ahora asintió como si esa explicación hubiera sido suficiente. - Bueno, el hecho es... entre las pocas cosas que teníamos en común estaba la ciencia, todas esas cosas que para ti parecen magia tienen una explicación, y tanto a él como a mi nos encantaba descubrir esas explicaciones, supongo que por eso pensó que haría de eso mi vida, igual que él pero...

-Pero no fue así, ¿no? - Infirió el príncipe, con una sensación vagamente amarga sobre su propia vida, podía entenderlo, mejor de lo que le gustaría, esa expectativa del mundo sobre lo que harás recayendo sobre tus hombros hasta aplastarte era horriblemente familiar, y podía verlo en sus ojos. - Creo que es bastante obvio que no, me gusta la ciencia, me gusta descubrir cosas, pero cocinar me hace más feliz que eso, y no creo que él lo entienda.

-... - Geno no supo que decirle, y en su lugar, se limitó a seguir escuchándolo, porque a veces, lo mejor que podías hacer por alguien más era solo escuchar lo que tenían que decir, para que la carga que tienen sobre ellos pueda sentirse un poco más ligera. - Y si lo entiende, esta decepcionado de hacerlo, ¿por qué desperdiciar ese talento en algo que cualquiera puede hacer?

-¿Tu padre dijo...?

Reaper negó. - Pero sé que es lo que pensaba cada día cuando volvía a casa, y cuando mi madre murió, solo se volvió peor, y aunque no dijo eso, dijo lo suficiente como para que quedara claro.

El espectro no sabía si preguntar que cosas fueron las que dijo, ¿era eso un doloroso recuerdo que no debía ser desenterrado?, no tenía idea, pero no quería arriesgarse a que lo fuera. - Y yo, yo... yo respondí de la misma forma.

El azabache titubeo un poco, apretó sus puños un momento y luego miró a sus manos como si éstas tuvieran las respuestas, mientras quizá un poco de dolor se asomaba en su rostro. - Yo dije... cosas no muy amables.

El albino, apenas un principiante en esto de tratar con las emociones de otros, no tenía idea de que hacer, pero quizá eso era lo mejor, porqué haciéndole caso a su instinto, no dijo nada, y en su lugar, solo se sentó tranquilamente a su lado, sin mirarlo pero dejando que lo que sea que fuera que ambos necesitaban en ese momento se transmitiera sin una sola palabra, ambos lo sabían porque ahora eran los dos quienes descansaban sobre el frío suelo. - Bueno, por eso... por eso estamos aquí, quedarme en casa luego de eso era complicado, lo suficiente como para que ni siquiera el estar cerca de mi hermano pudiera cubrirlo, ah, mi hermano, él... él esta bien, perfectamente en realidad, quizá es ese corazón suyo que no ve lo malo, no sé si siquiera entiende porque me fui de la casa, pero tampoco quisiera que lo haga.

 Esta vez, el silencio que se formó entre ellos no volvió a terminar con más palabras, porque Reaper ya no tenía energía para decir más, no le salía nada, y sus cansados ojos además de inundarse en una sofocante nostalgia, se pintaban de un oscuro tonó de melancolía, uno que Geno no podía evitar notar, y uno que hacía que algo dentro de su pecho se presionara dolorosamente, no le gustaba, no le gustaba en lo absoluto, y sabía que ese dolor era causado por lo mucho que veía al otro sufrir, no tenía idea como, pero lo sabía, igual que sabía que lo que más quería en ese momento era que esa triste pintura abandonara el rostro del azabache, incluso si no sabía como.

Y sin saber como, y sin entender porqué, se acercó a él, y con un pequeño toqué en su hombro llamó su atención, consiguiendo que esos dudosos ojos se giraran hacía él por el suficiente tiempo como para que el simple gesto de extender sus brazos hiciera una pregunta que ninguno de los dos sería capaz de decir, pero que ambos entendían sin decir palabra, porque era un consuelo que en sus vidas siempre fue inusual, y sin embargo, allí estaban ahora, atrapados en los brazos del otro sin pensar en como era siquiera posible, porqué Geno sabía que no le podía importar si hacía que alguien que apreciaba tanto se sintiera mejor.

Porqué en ese momento entendió, que una persona haría cualquier cosa para que aquellos a quienes aprecia no tengan ese tipo de expresión en el rostro, y aunque era algo que sabía, apenas ahora podía comprenderlo.

Aun si ahora mismo no quería pensar en el hecho de que era él quien lo había hecho darse cuenta.

|||||

SOOOOO, tengo algo llamado universidad y escribir en el mientras tanto de eso es EL PUTO INFIERNO

pero bueno, el punto, ¿qué tal todo?, en realidad no estoy segura de que se entendiera todo en este arco pero espero que si porque mierda no tengo tiempo de estar revisandO

Anyway, ¿qué les pareció :D?

Bye, adieu!

Un fantasma en el cristal (Afterdeath)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora