El cuco....!

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Los labios de Alex seducían descaradamente a los de su mujer, a seguir con la dulce danza que realizaban. Sara se sentía en otro mundo, esta vez no era miedo ni siquiera recordaba lo de aquella vez, sus pensamientos estaban siendo objeto de una esclavitud , de esas que nunca quisieras terminar. Sara se dejaba llevar mas de lo debido, al punto que sus frágiles brazos rodeaban el cuello fuerte de su esposo, este no perdió tiempo, la cargo entre sus brazos mientras retiraba la boca de sus labios para hacer un dulce sendero en el cuello de Sara. Se impresionó al ver la reacción de su esposa, toda la piel de ella estaba en alerta pareciese como si tuviera frío, el vello de su piel estaba literalmente parado, ella en verdad estaba sintiendo esos pequeños besos.
Alex caminaba hacia la escalera. Quería hacer el amor con su mujer, pero lo que no sabia era porque. Sara no era una mujer bonita en excesividad, si era bonita pero no alucinante como él acostumbraba. Sara mas bien era una pequeña rosa, a la cual le daba miedo acariciar por temor a romperla como aquella vez, pero entonces porque la deseaba como loco???
Sara estaba embrujada bajo los efectos que le provocaba su esposo. Era esa sensación de deseo que no la dejaba hecharse hacia atrás. Todos esos años de vacío sexual los tenia astascado todos justo debajo de su ombligo.
Quería hablar , pero no podía , temía dañar el momento. Solo quería que pasará lo que tenía que pasar.
A Alex se le hizo eterno el pasillo. Quería correr hacia la habitación pero no podía, no quería parecer desesperado, aunque sin duda eso era poco para la ansiedad que tenia.
Unos gritos fuertes se escuchan. Era Ilay.
Alex se apresura a soltar a Sara, quien de casualidad no tocó el suelo.
Entraron apresuradamente a la habitación.
-Que pasa princesa?-Le pregunta su mama al ver que la niña lloraba de forma histérica.
-Cuco mamita cuco!- Grita mientras apunta a la ventana.
Alex le parece sospechoso. Ya antes su hija se había despertado por lo mismo. Minuciosamente se acerca a la ventana y mira por fuera. No hay nadie. Pero lo mas raro es que ni siquiera había viento para haber asustado a su hija.
Sara la tranquiliza mientras la carga. Alex solo piensa una y otra vez en que estará pasando.
-Te iras a vivir a mi casa!- Dice Alex en forma de ultimátum. Sara lo lira como si el estuviese loco.
-Estas loco? - le pregunta Sara.
-No, es solo precaución!- afirma Alex.
Sara lo mira de arriba abajo.
-Por Dios Alex! Quien nos va a querer hacer daño?-Pregunta Sara inocentemente.
A Alex le llega un nombre de inmediato pero decide guardarcelo para él.
-No se discute, nos vamos hoy mismo para la casa de la ciudad .- Dice Alex.
Sara se siente enojada, aún no entiende que diablos pasa?! Porque esa reacción solo porque su hija se haya asustado.
-Toma tu celular!- Le entrega uno nuevo. Sara lo mira desconfiada y lo coge.
Alex sale preocupado de la habitación. No siente miedo, pero si le preocupa que no este cuando su hija lo necesite.
-Papito espera!-Llama la niña mientras corre a su lado.
Alex la carga y la llena de besos. Ilay se limita a sonreír.
-Que quiere esta hermosa princesa para su cumpleaños ?-Le pregunta su papa mientras salen de la habitación.
Sara cierra la ventana con la que la pequeña se había asustado.
Sigue para abajo para hacer algo de almorzar.
Alex y la niña están en el sofá viendo caricaturas. Sara comienza a preparar algo de almorzar.
Un pollo con arroz y algo de ensalada es mas que suficiente.
-Venga a comer- Le insta.
Alex se lleva a la pequeña para que se lave las manos.
Al regresar se sientan en la mesa a comer.
-Esta rico princesa?-Le pregunta Sara al ver a su hija comer con tanto entusiasmo.
-Si mamita, rico rico!-Dice la pequeña.
Alex miraba a su esposa con deseo mientras se llevaba cada bocado a la boca, parecía un ofrecimiento a convertirse en aquel bocado que el se llevaba a la boca con tanto deseo.
Sara se reprendió por pensar tonterías.
-Y bien que haremos en la tarde?-Pregunta Alex.
Sara lo mira raro. Alex se estaba comportando de manera extraña, pareciese como si no quisiera despegarse de su familia ni un rato y con eso de mudarse para su casa en la ciudad esta muy pasado.
-Nada!-Respondió Sara.
-Claro que si! Vamos a preparar su equipaje, Haydeen Ilay ya tiene su cuarto y tu bien puedes dormir conmigo- Insto Alex con algo de sorna.
-Ni lo sueñes!-Dijo Sara de inmediato.
-Como quieras, me da igual que lleves ropa o no!- Dijo.
-Mamita quiero un yogur!-Dice la pequeña cuando termina de comer.
-Ve por el- Dice Sara.
Ilay sale disparada a la nevera en busca del alimento.
-Con respecto a lo que paso ..- Habla Alex.
-Sabes , solo olvidalo, fue un momento que no se repetirá!-Dijo un poco alto Sara, no sabe bien si para darse mas lugar o para convencerse a ella misma.
Ilay regreso con el yogur y se sentó a comérselo con enorme entusiasmo.
- Alex enserio nos podemos irnos de aquí, la guardería de Ilay, mis proyectos, mis vecinos..-Comienza Sara a argumentar.
-No le importa nada de eso. Todo eso se puede arreglar.Lo que no se arregla es una casa vacía y silenciosa, como la mía en los días de semana, quiero a Ilay en casa todos los días! Entiendes eso Sara?-Pregunta Alex muy serio.
-Se que no es fácil Alex, tampoco te juego que vengas a ver a tu hija, pero un cambio de casa es algo muy fuerte y mas hacerlo solo porque te dio la gana- Argumenta Sara.
-Solo confía en mi! Solo esta vez Sara- Pide Alex.
-No puedo! No eres un hombre en el cual se pueda confiar. Solo tomas lo que se te antoja y lo otro lo deshecha aún lado como sino valiera nada.... Porque?! Porque ahora te acuerdas de que tienes una familia ?- Grita Sara algo alterada.
-Amor que tal si vas en busca de Peppa!- Insta Alex a la niña. Esta fue corriendo a las escaleras.
-Sara , que te crees que es fácil? No tengo una jodida intimidad, soy un modelo , la prensa siempre esta encima de mí, crees que quiero exponer a mi hija a eso? No soy tan mal padre, sabes?! Mi hija me duele como para exponerla de esa forma- grito Alex.
Sara reflexionó aquellas palabras.
-Y yo? Que pinto aquí?-pregunto Sara.
-Eres la madre de mi hija- Respondió él.
- Que más?-Pregunto ella con algo de miedo.
-Sara te mentiría si te dijera que te amo, sabes bien que no, mes das absolutamente igual, estoy contigo por una estúpida borrachera, pero lo que no te niego es que te deseo como mujer- Respondió él.
Sara contuvo las lágrimas. Tragandolas una a una.
-Desear? ...muy bien ! El deseo es algo pasajero, algo que se acaba, si quieres mi cuerpo ok Alex! Me puedes obligar como aquella vez, eres un ser muy despreciable que no sabe como ganarse las cosas, solo las exiges como si fueras dueño de todo, pero te digo algo.....yo tengo algo muy fuerte... Que se llama dignidad y no estoy dispuesta a perderla contigo, así que nunca , nunca te amaría ni siquiera me enamoraría de ti- Le dijo Sara con asco.
-Bien! Me alegro que todo este aclarado. U si es esa la forma en que le ofreces tu cuerpo no lo acepto, cometí el error de forzarte una vez, dos veces seria abuso- Comento Alex antes de salir por la puerta.
Sara soltó todo el aire que hasta entonces tenia retenido. Una lágrima solitaria salio por su mejilla.
Porque diablos? Le pasaba todo eso? Porque se sentía tan mal? Acaso le importaba su marido?
-Mamita, mamita, mira a Peppa!-Le dijo su pequeña. Sara la carga y le dio un tierno beso.
-Y papito?-Pregunta la niña.
-Se ha marchado.-Dijo Sara.
-Porque?-Pregunta Ilay.
-Porque tenia que hacer algo del trabajo!-Le explica Sara.
La niña se escurre de ella para ir a ver la tv, por donde estaban pasando la serie de Peppa.
Sara la mira a distancia.
Ilay era lo mas lindo que le había pasado en su vida. Ella nunca deseo estar embarazada, sin embargo había llegado y había cambiado su mundo entero, pero ella no había cambiado, se había quedado en la misma muchacha inexperta, amante de la moda pero no la llevaba. Porque, porque se había quedado allí? Porque tenia que esperar que terceras personas quisieran ayudarla? Porque si ella tenia una percepción muy clara de lo que quería?
Sin mas Sara , sacó el celular que Alex le había entregado. Tenia todo, minutos e internet. Ella solamente busco locales en renta. Apunto en un papel varios quenle llamaron la atención.
Sonrió. Pronto iba a cambiar y tenia como meta enamorar a su marido, para después despreciarlo como se merecía pero también ella iba a cambiar, seria la Sara que nunca sacó a relucir, aquella que exige atención por todos los poros de su cuerpo, aquella que todas mirarían con envidia y aquellos con deseo.
Sara sonrió para sí.
La noche se apresuro a venir. Sara había hecho el equipaje para cuando su esposo viniera a buscarla.
-Veo que estas lista- Dijo sorprendiéndose Alex al ver las maletas que su esposa había preparado.
-Claro, nos vamos!-Insto Sara saliendo por la puerta con la pequeña Ilay de la mano, por supuesto que le dejo nas maletas a su marido.
Alex arrugo el ceño. Sara estaba rara.
Alex agarro las tres maletas que había y las monto en el exelero como pudo.
Sara estaba sentada de copiloto, Ilay en el asiento trasero.
Alex manejo en silencio. Pronto llegaron. Sara nunca había visto aquel departamento pero era justo como se lo imagino.
Una torre lujosa, rodeada por lindos jardines, seguridad extrema. Alex dejo las maletas en el auto y se apresuro a subirlas a su piso.
Era un departamento muy lujoso, y frío. Había algunos dibujos de Ilay en cuadro y colgados a la pared. Ilay corrió a su habitación, para ella este cambio era de lo mas normal. Sara se paro en la gran sala observando todo. Muebles de cuero negro, mesa de cristal, cuadros abstractos y caros, luces blanca, cocina amplia, terminada en acero inoxidable, no había flores , tres puertas. Sara supuso que era una del pasillo de las habitaciones una del baño y otro habitación de servicio.
-Te gusta?-Preguntó Alex.
-No esta mal-Respondio con actitud.
-Estas rara, paso algo en lo que me fui?-Pregunto él.
-No, muestrame mi habitación-Exigió Sara.
Alex la miro seductoramente, pero Sara siguió con actitud infalible.
-Sigueme- le sugirió él.
Sara lo hizo en silencio. Llegaron a la puerta por la cual Ilay había cruzado momentos antes, al abrirla había tres puertas más. La de la derecha era de Ilay, Sara lo confirmó al ver un bonito cartel rosa que decía "Haydeen Ilay". Alex abrió la del centro.
Sara no se sorprendió. No era para nada rara. Cama king size en el medio, con sabanas de algodón blanca, dos mesitas de noche negras al igual que la cama, un baño, toda una habitación de soltero en potencia, aunque el retrato de Ilay que estaba justo en frente de la cama de Alex era divino.
Sara se cercioró por enecima vez, que Ilay era el amor de la vida de Alex.
-Esta sera mi habitación?- pregunto Sara recorriéndola con la vista.
-Así es- murmuró Alex buscando el lado romántico de la historia.
-Genial! Ya puedes salirte- Le dijo Sara mientras se sentaba en la cama sin nada de delicadeza.
-Me temo que no Sara, esta también es mi habitación- Dijo Alwx sentándose a su lado.
-Y la otra habitación la de la izquierda?- Pregunto Sara.
Alex le sonrió con malicia con ganas de hacerla enojar.
- Es donde practico el sexo con diferentes amigas- dijo Alex sin ninguna modestia o algo de vergüenza.
Sara ardía de la humillación, pero para nada se lo daría a demostrar.
Ella había cambiado hace unos momentos y ya no era momento para arrepentirse o hacerse la débil.
-Muy bien, me voy a ir a dormir ahí, no le interesa esta habitación ni su dueño- Dijo Sara mientras abandonaba la habitación- Ahhh.... Y dile a tus "amiguitas" que el cuarto esta ocupado, que si pueden, que suban de categoría y te pidan un hotel- Dijo Sara sonriendo mientras cruzaba la puerta, dejando totalmente descolocado a Alex.
Que diablos le pasaba a su mujer?
Que se creía, parte del elenco de mujeres asesina?
Por Dios parecía que nada le afectaba!
Esa no era la Sara con la que se había casado , sera que la cambió alguien?!..... Claro el maldito Alexis.
Alex sacó su celular y le marco a Tomás.
-Amigo cuanto tiempo!-Saluda aquella voz ronca característica del genero masculino.
-Amigo mio.....te llamo porque necesito un gran favor- Dice Alex yendo al grano.
-Usted dirá- dice aquella voz poniéndose de inmediato en disposición de ayudar.
-Necesito que intervengan el celular de mi esposa,especialmente cuando hable con un tal Alexis, necesito que me digas todo, entiendes?- pregunta Alex, algo frustrado.
-Claro que si! Hagame llegar el número de celular- pidió el hombre.
-Te lo enviare por mensaje de texto al lado de algunas cosas mas que necesito que averigues por mi-Le responde Alex.
El hombre confirma y se despide.
Sara entra a la habitación. Una cama grande , muebles de madera fina , dos mesitas de noche, un armario con las puertas corredizas hecha de espejos.
Sara no dudo en tirarse a la cama , estaba muy cansada y mañana tenia mucho que hacer. Se relajo un poco antes de ir a ver a Ilay.
La habitación de la niña, era todo de rosa y violeta, además de una bonita Peppa pig pintada en el centro de la habitación. Había cámaras de vigilancia, típico de su esposo. La niña estaba jugando en una gran alfombra en forma de flor era amarillo y rosa.
-Mamita ven a ver- Le dice la niña, mientras abría una de las mesitas de noche para sacar un álbum de fotos, de ella y de la niña.....y la Linda!
Jesús! Sera que aquella Linda le quería quitar a su hija.
-Nena es hora de bañarte, ya es tarde para que estés despierta - le dice Sara.
-Claro mamita - Responde la niña.
Ilay toma a Sara de las manos y la lleva al baño que hay en su cuarto.
Sara sonríe y con paciencia la desviste. La baña delicadamente y al terminar le pone un lindo enterizo rosa.
-Me vas a contar un cuentesito mamita?-Pregunta la niña.
-Claro que si mi amor-Le dice.
Se acomodan las dos en la cama redonda.
-Había una vez una niña muy hermosa, tenia el cabello marrón y sedoso como la miel, la piel tan blanca como la nieve, los ojos tan bonitos como un arcoiris....-
-Mamita, la niña del cuento se parece a mi-Le dice la niña en medio de una carcajada.
-Así es cariño. Bueno....la niña era la mas bonita del pueblo, era inteligente y especial....- Sara siguió el cuento hasta que los tiernos ojos de su pequeña se cerraron con dulce inocencia.
Sara la arropó y le dio un beso en la coronilla. Cerró bien la única ventana que había en el cuarto.
Sara salió de esa habitación para la suya. Al entrar Alex la esperaba sentado en la cama.
-Que quieres?-Le pregunto Sara sin nada de educación.
-Vine a ver si te encontrabas cómoda aquí-Le dijo su esposo.
-Estuviera mejor si no te viera aquí!-le dijo Sara mientras se acomodaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados a la altura de sus pechos.
-Te pongo nerviosa?-Le pregunto Alex con voz sensual.
-Jajajjaja! Ni en tus mas dulces sueños - respondió Sara con bastante sorna.
-Tienes razón. Eres mas fría que una piedra, pero en fin solo vine a decirte que me voy a México mañana a primera hora- Le avisa mientras se para de la cama.
-Y que quieres que haga?-Le pregunto Sara restándole importancia a lo que él le acababa de decir.
-Que mañana, vendrá Gregorio y te enseñara el nuevo colegio de Ilay, es cerca y muy seguro- Dijo .
-Me imagino-Dijo Sara. Imaginándose una bonita guardería con miles de barrotes por todas las esquinas.
- No, no te lo imaginas. Ahora te deje tengo que despertarme temprano. Despideme de Haydeen Ilay- Dice saliendo por la puerta.
Sara lo único que ve interesante , es el culo de su esposo.
Cuando Alex sale. Sara se da un pequeño baño y al terminar comienza a clasificar sus diseños. Mañana alquilaría un local en una plaza importante y comenzaría hacer realidad sus sueños.
Tenia seis preciosos diseños. Tenia que contratar modistas y gente que la ayudaran con la elaboración de aquellos atuendos. Ella sabia hacerlos , daba cortes y terminaciones como nadie, pero no podía todo ella sola.
Sara se quedo dormida con los diseños en las manos.

Alex se despertó a la 5:00 am, justo a tiempo. Todo en la casa estaba silencioso. Aun pensaba en la casa donde vivían Sara y su hija, aquel famoso cuco, eso le intrigaba en cantidad. No podía dejar desprotegidas a su mujer e hija, contrataria algunos guardaespaldas para que las protegieran.
Él ya tenia su maleta de viaje preparada. Fue a ver a su esposa. Ella estaba dormida.con unos papeles en las manos. El se los quito para verlos.
Eran diseños, vestidos de mujeres muy sensuales pero elegantes, en verdad si que tenía talentos, cuando regresará la ayudaría a exponerlos al mundo.
Sara estaba sentada en la cama con los ojos cerrados y la boca entreabierta. Alex no lo dudo, ni siquiera lo pensó. Solo rozó sus labios con los de su mujer, en un gesto dulce. Siempre era cautivador besarla, apenas había descubierto esos labios tan suaves hace dos días.
Salio de la habitación y fue a ver a su princesa. Ella dormía rendida entre grandes peluches, le dio un beso en la frente y enseguida salio de la casa con maletín en mano y su maleta por supuesto.
Tenia varios asuntos que arreglar en México.

Multimedia esta Ilay, imaginensela mas pequeña y es ideal.
Besos y abrazos.
Voten y comenten.

En el silencio de 4 paredes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora