Achuu!

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La gripe dominaba el estado de ánimo de Sara. El domingo en la noche había sido terrible, la tos y los estornudos eran más fuertes, ni un té de chinola y otro de hojas la había ayudado. Sara se estaba planteando ir el lunes al médico. Estaba loca por irse a dormir pero aún, Ilay no había llegado.
En eso tocaron el timbre. Sara estaba en pijama, unos pantalones largos de conejitos y una blusa de tiros sin sujetador. Su cara era un desastre al igual que su cabello.
Sara sabia muy bien quien era, abrió sin más.
-Entra-Le dijo a Alex que traía a Ilay dormida entre sus brazos.
Sara no podía dejar de estornudar, mientras guiaba a Alex a la habitación de la pequeña.
-No pensé que estuvieras tan mal- Alex rompió el silencio.
Sara no contesto. No podía ni tenia ganas.
Al bajar por la escalera,Alex delante y Sara detrás. Sara sin poder evitarlo pisó en falso, y cayó en la gran espalda de Alex , quien en un segundo se volteó para sostenerla mejor.
Sus ojos se encontraron. Nunca había estado tan cerca a diferencia de aquella noche.
Los ojos azules de Alex frente a los miel de Sara, hicieron conexión de inmediato.
Se corto todo tipo de tos, no había comentarios. Solo el perfume embriagador de Alex llenaba la estancia. Sara sentía como cada fibra de su cuerpo se ponía en alerta, el rose de sus dedos contra el pecho de Alex era insoportable y sensual, darse el lujo de tener la mirada de su marido una vez en tanto tiempo, era demasiado, pero al recordar aquella noche y los siguientes años volvieron los síntomas de la gripe.
-Lo ...siento- Sara mientras se alejaba de su esposo.
Alex la miro relajado.
-No te preocupes, pero ten mas cuidado, no me agrada sostenerte- le dijo con voz seca.
Sara se enojo. Sabia bien que Alex buscaba por todos los miedos como hacerla enojar.
-Claro, a mi tampoco me agrada que me sostengas- Le dijo con la poca dignididad que le sobraba.
Al bajar de los escalones , Alex se sentó en el sofá de la sala para sorpresa de Sara.
-No te vas?-Le pregunto ella mientras estaba en la cocina preparándose un té.
-Aún no, necesito hablar contigo-Le dice mientras mira la casa que le había comprado a su mujer.
- Debo asustarme?-Le pregunta Sara con sorna mientras se sacude la nariz.
-Creo que no. Es solo una cena-Le dice Alex algo incómodo. A él no le gustaba sentirse tan cerca de Sara. Se sentía asustado por cierta afabilidad que sentía por ella, además de esa tensión de lujuria cuando estaba cerca de ella.
-Cena? Que cena?-Le pregunta Sara.
Dios! Ella y Alex llevan tres años de casados y nunca, NUNCA habían cenado juntos en casa y mucho menos fuera de ella.
-El jefe de la agencia de modelos para la que trabajo, me ha invitado a su casa para la cena de compromiso que tendrá junto a su esposa y me ha exigido que vaya con mi " esposa"- Lo dijo de forma tan patética que a Sara le causó asco.
-Y que quieres que haga yo?-Le pregunto.
-No se nota. Se supone que eres mi esposa tu deber es acompañarme- Dijo fatigado , quería abandonar lo mas pronto posible esa casa. Estar cerca de Sara siempre le había provocado cosas desconocidas.
-No iré!- Grito Sara.
-No te lo estoy pregutando Sara!-Dijo muy calmado Alex.
-No importa porque esa es mi decisión final. Fácilmente puedes conseguir a alguien que se haga pasar por tu esposa- Dijo Sara pensando muy bien en la despampanante rubia.
-No voy con las mentiras- Argumento Alex mientras cruzaba los pies .
-Entonces a que llamas a nuestro matrimonio?-Preguntó ella con sorna.
-Que te parece obligación moral?-Pregunto el con una sonrisa de lado.
Ese gesto no le pareció ternura a Sara mas bien fue un signo claro de burla.
-Es un término bastante adecuado, pero ya que estamos teniendo esta conversación, cuando nos podemos divorciar?-Le pregunta interesada.
-Unnnnnn... En unos....-Calla al oír a la pequeña llorar.
Corrieron hacia los escalones para llegar a la habitación de la pequeña. Ilay lloraba en su cuna.
-Hey mi reina que pasoo?-Le pregunta Sara mientras la calma.
La niña entre hipidos señala a la ventana que esta cerca de su cuna.
Alex se aproxima a la ventana en busca de algo raro.
-Que había ahí hermosa?-Pregunta Sara.
-Monstruo mamita-Dice aun llorando.
Sara sostiene la cabeza y la acurruca mas a ella.
-Ya paso linda!!-Le dice. Aun la pequeña no se había dado cuenta que su padre estaba en la habitación.
- Llama a papito, quiero irme. Para su casita , aquí hay monstruos-Dice la pequeña. Sara se molesto. No permitiría por nada del mundo que Alex se llevara a la pequeña.
-Aquí estoy princesa-Le dice Alex a la niña mientras extiende los brazos para que ella vuele a sus brazos.
-Papito!! Tengo miedito-Dice la niña.
Alex la abraza fuerte.
Sara se acercó a la ventana. A la niña nunca le había pasado algo igual. Afuera las ramas se movían con fuerza, la lluvia estaba por venir o mejor dicho había llegado cuando fuertes gotas de agua se estallaban en el cristal de la ventana. Seguro el viento la había asustado.
-No te preocupes princesa, no te pasará nada mientras yo respire- Le dice acariciando el cabello oscuro de la niña.
Ilay se aparta y pasa su pequeño dedo índice por debajo de la nariz de su padre.
-Estas respirando, no me va a pasar nadita-Dice la niña encantada.
Sara esta en una esquina de la habitación. Ella no quiere interrumpir el momento de padre e hija, simplemente no estaba incluida ahí.
-Mamita puedo dormir contigo?-Le pregunto la niña. Sara le mostró una sonrisa y asintió.
-Claro mi reina- Le dijo.
Ilay no soltaba a su padre del cuello, con él, ella se sentia más segura.
-Tu vas a dormir con mamita verdad papito?- pregunta la niña muy inocente.
- No Haydeen Ilay, tengo que irme a mi casa-Le explica a la niña algo seco.
-Pero si yo vivo aquí, esta debe ser tu casita papito-Le dice la niña arrugando el ceño tan idéntico como lo hacia Sara, al menos eso le pareció a Alex.
-Es que trabajo en otro lugar y es mas fácil dormir en mi otra casa, llego mas rápido-Le explica Alex a la niña.
Ilay hace un pequeño gesto de entender.
-Entiendo papito, pero te puedes ir cuando ya yo este dormida- Le pregunto la niña.
Alex asintió.
-Al cuarto de mamitaaaa!!-grito Ilay.
Sara salio primero para guiarlos hasta la habitación siguiente. Alex no sabia donde estaba , nunca había entrado pero debía suponer que estaba cerca del cuarto de la niña.
Sara abrió la puerta en silencio. Observo atentamente la reacción del rostro de Alex. Sara le gustaba diseñar y su habitación era una muestra de ello. Esa era la única parte de la casa que había modificado desde que Alex le entrego las llaves.
Era una habitación en tonalidades de rojo y negro. A Sara le había parecido sensual y erótico sobre todo cuando era ella sola la que dormía en la habitación.
El espaldar de la cama era negro con algo de blanco, mientras que la cama tenia colchas rojas, las cuales Ilay amaba profundamente por lo suave que eran.
Los ojos de Alex examinaba todo a conciencia mientras llevaba a su pequeña en los brazos. Sara permanecía en silencio.
- Cualquiera diría que no duermes sola- Dijo el mirándola de arriba a bajo.
Esa inspección que Alex le realizaba , la ponía verdaderamente nerviosa. Se sentía insegura, flacucha e insignificante.
Dentro de su ser, Sara busco las palabras adecuadas para responder a tan doloroso comentario.
- Quizás no duerma sola-Dijo Sara sosteniéndole la mirada de curiosidad y advertencia que en ese momento Alex le propinaba.
-Acuestate papito-Le dijo la niña. Alex obedeció. Se quedó sorprendido de la suavidad de la cama. Del olor de la sábanas y la sensación que esa cama le daba, era algo.....especial?!
Ilay se acurrucó en el pecho de su padre dándole increíbles celos a su madre, quien salio de la puerta sintiéndose rechazada.
Quizás Ilay si quería mas a su papá que a ella.
Sara camino hasta el bar improvisado que había en la cocina. Tenia algunos licores para cuando la visitaba su padre , que eran muy poquitas.
Tomo un vaso con algo de vino. Era un vino dulce que le encantaba y mas frío. Tomó dos cubitos de hielo de la nevera y se lo hecho al vaso. Enseguida ese vino tinto tocó sus labios. Ese trago de dulzura y alcohol relajo su celebro de inmediato. Unos tragos mas y olvidaría la horrible sensación de tener a su esposo cerca. La sala era muy amplia, el hermoso juego de sala que había traído la casa , era algo antiguo pero bastante cómodo.
Sin ninguna vergüenza o recato, subió los pies encima de la mesa de caoba que ocupaba el centro de la sala mientras buscaba la mejor posición de descanso en el sofá.
-No me agrada que bebas!-Hablo esa voz varonil y sensual que Sara tanto odiaba.
Ella se quedo callada. Tenia ganas de quedarse sola, sin nadie a su alrededor.
-Es mal ejemplo para Haydeen Ilay- Prosiguió Alex mientras ocupaba uno de los sillones del mueble. Demasiado cerca para los instintos asesinos de Sara.
-No hables de malos ejemplos, ya que si ha eso vamos eres el mejor en ello- Replicó Sara con una voz tan suave que la sorprendió.
Se sintió feliz así que se hecho un trago mas largo.
-Puedes dejar de tomar- Le instó Alex de forma autoritaria.
-Porque usted lo dice?-Le pregunto Sara. El alcohol le daba fuerza para enfrentarse al temible señor Levinson. Fuerza que ella nunca había tenido, aunque si había bebido en otros momentos pero nunca estando cerca de él.
-Si me parece bastante razón-Murmura con la autoridad que le caracteriza.
Sara sigue tomando sin hacerle caso. Alex coje el asiento donde esta sentado y lo pone frente a frente a Sara. Quedan cara a cara desafiando se con los ojos, azules vs Mieles.
El auroa se torno muy cargada. Sara estaba inducida por el alcohol, se sentía mas libre y capaz de llevarle la contraria hasta al mismísimo diablo, y Alex no le llevaba mucho.
-E Ilay?-Pregunta Sara sosteniéndole aquella mirada han intensa.
Alex era un hombre guapo en cantidad, pero lo que mas cautivibaba y a la vez odiaba Sara, era su carácter. Era una mezcla de autoridad, control, arrogancia, egoísmo, y mandón en excesividad.
-Se quedo dormida. Con respecto a lo de no dormir sola, no te creo. Te tengo vigilada las 24 horas al dia- Añadió Alex con bastante arrogancia.
Sara no se inmuto.
Bendito Alcohol!! Celebro Sara.
El liquido del vaso se había agotado. Se paró a servirse más, pero algo la detuvo.
Alex le quito el vaso y sin querer sus manos se rozaron. La mirada de Sara viajaba de los ojos azules Alex a la boca del mismo, mientras que él no podía quitarle los ojos de los labios carmín de Sara, aquellos que solo había tenido el placer de besar conscientemente una sola vez. El día en que se casaron, fue un beso rápido muy fugaz, pero un beso que a Alex le había llegado hasta el alma cosa que supo ocultar muy bien es su momento.
-Dame el vaso!-Le exigió Sara.
Alex ni siquiera la escucho. Se limito a volverla a sentar en el asiento donde estaba.
-La cena es el miércoles, a las 7. Vendré a buscarte a la 6:30 en punto, te quiero lista a esa hora. Te mandare algo para ponerte-Le decía mientras la miraba de arriba abajo, el suéter azul, y los jeans gastados, además de su cabello enmarallado como algo insignificante.- No bebas, espero que te comportes.-Dijo mirándola arrogante.
- No he aceptado- Murmuró Sara.
-No hace falta ya yo lo he hecho por ti- Dice parándose de camino a la puerta.
Sara enojada cogió el vaso que antes Alex le había quitado.
-Eres un idiota-Le dijo tirándole el vaso de cristal. No le dio. Se estalló contra la puerta justo al lado de la cabeza de Alex quien ni se inmuto. Sonrió de medio lado.
-Tienes que practicar más, esposa mia-Le dijo burlonamente mientras abandonaba la casa.
Sara enojada busco la escoba y el recogedor de basura, para quitar los vidrios.
Al terminar subió a su cuarto. Ilay dormía profundamente. Sara se baño y luego se acostó con su hija, pensando una buena manera de hacérsela pagar a Alex.

En el multimedia, la guapísima Linda Ducopray.
Aceptara Sara ir a la cena?
Que hará Sara para vengarse de Alex?
La pequeña Ilay es adorable!
Gracias por seguir Apoyándome.
Les mando un beso bien grande.
Voten y comenten.


En el silencio de 4 paredes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora