Sara

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Las luces eran muy molestosas. Sara buscó enfocar en donde estaba. Tenía un gran dolor en la cabeza. Sus ojos estaban demasiados pesados. Poco a poco intento abrirlos, hasta que lo hizo completamente. Estaba en una habitación junto a su esposo, quien la miraba ensimismado.
Sara mojó su garganta. La sentía seca, más de lo debido.
-Alex- Murmuró bajo.
Este corrió a su lado.
-Mi amor despertaste!- Exclamó él con fascinación.
Sara sonrió.
-Eso creo. Tengo sed- Le dijo.
Alex fue hacia la neverita que estaba en la habitación y le llevó un rebosante vaso de agua que a Sara le supo a gloria.
-Como te sientes?- Preguntó Alex.
-Me duele mucha la cabeza pero estoy bien. Donde está Ilay?- Preguntó Sara.
-En casa de tu padre. Lleva casi toda la semana allá- Le dijo Alex.
-Cuanto tiempo llevo dormida?- Preguntó con curiosidad. Por su mente pasaban imagines difusas de lo que había ocurrido antes de quedar inconsciente. Solo tenía claro, dolor y más dolor, sobre todo en su vientre.... Su hijo!
Se tocó la barriga con instinto de protección.
Alex al ver aquella acción empezó a preocuparse y preguntarse como diablos le diría.
-Mi hijo esta bien verdad?- Le pregunto mientras se acariciaba el vientre.
-Nena.. tengo algo que decirte- Le dijo él mientras se tocaba la nariz.
-Que pasó con mi bebé?- Preguntó temiéndose lo peor.
-Sara..el bebe...lo perdiste.. Lo siento. Hace unos días te practicaron un legrado- Le dijo atenta a los gestos de su esposa.
Ella miró al techo, entonces un dolor extraño se posó en la boca de su estómago, impidiendo gritar o maldecir. Las lágrimas estaban negadas a salir.
-Nena lo siento mucho de veras, se que no me porte bien y dije cosas horribles de las cuales me arrepiento..-Dijo él tratando de que ella lo acogiera, para juntos mitigar el dolor.
-Vete- Dijo cuando al fin habló. Sus lágrimas bajaron por las mejillas como dos fuentes de aguas. Los híspido se hicieron más fuerte. Sara agarraba las sábanas con fuerza. Sentía rabia y desilusión, no lo supo proteger.
Alex no quería alejarse ni tampoco lo haría. Necesitaba estar ahí para ella. Sabía que la estaba pasando mal y él también, era su hijo. Quizás un varoncito igual que él.
Se maldijo por aquel pensamiento. Como había sido tan bruto. Se acercó a su mujer y le tomó de las manos. Ella quería rehuir pero no tenía fuerzas.
-Hey hermosa, ya esta bien. Todo lo estará, ahora el bebé es un pequeño ángel que mora en el cielo, es él más guapo, se parece a su padre- Quiso bromear pero Sara no hacía caso, solo ella como madre comprendía aquel dolor.
-Sara ya por favor. Piensa en Ilay ella te necesita.. Yo también cariño. Te amo- Le dijo él dándole un beso en la frente.
-Vete- Murmuró por segunda vez.
Alex estaba empezando a irritarse.
-Fui estúpido una vez con respecto a nuestro hijo, pero no lo seré dos veces. Así que de aquí no me alejó- Le dijo agarrándole las manos más fuerte.
Sara lloró más intensamente. Ella debía dejarlo pasar , pero era su bebé y lo amaba tanto como a su pequeña hija a Ilay.
-Nena si quieres y te apetece podemos intentar tener otro- Le dijo con dulzura.
Para Sara fue como si le tiraran puñales a su espaldas.
-Estas loco. Un hijo no se reemplaza y no no quiero más hijos. Es más llama al doctor ahora- Exclamó ella fuera de sí.
-Para qué?- Pregunto Alex.
-Quiero que hagan lo necesario para no tener más bebés- le dijo ella con seguridad.
- No estoy de acuerdo- Le espetó él.
-Me importa una condenada mierda. Cuando estaba embarazada y dudabas de tu paternidad, lo llamabas problema y bastardo, cariño. Quien me asegura que no lo volverás hacer?-Le dijo ella con ganas de lastimar.
Alex asintió. Se merecía todas aquellas palabras dolorosas. Se las había ganado con creces, pero no iba a consentir aquella locura.
-Nena.. Piensa Ilay quiere hermanitos-Le dijo con dulzura.
-ohhh, y ella amaba este tanto como yo-Le dijo herida.
-Se que no te puedo pedir que lo superes ahora, eso ya lo hará el tiempo, yo te voy ayudar, pero piensa no tomes decisiones de las cuales más tarde te puedas arrepentir y ya no haya vuelta atrás- Le dijo él acariciando aquellas finas manos.
Sara pensó internamente que él tenía razón, pero la muerte de su hijo le había afectado tanto.
-Buenos días- Saludo el doctor.
-Que tal Dr?- Pregunto Alex dándole espacio para que se acercará a su mujer.
-Bien y mejor al ver que la paciente más bonita que tenemos haya despertado. Como se siente guapa?- Pregunto el Dr. Transmitía una calidez que sorprendió a Sara.
Ella sonrió.
-Me siento adolorida, de cuerpo y alma- Susurró.
El Dr sonrió comprensivo.
-No quisiera hablar de esto ahora, pero es mi deber.- Dijo mirándolos.
Aquel tono de voz, aquellas palabras no le gustaron para nada a Alex y mucho menos a Sara.
-Que pasa?- Preguntó Alex.
-Su mujer le será difícil tener hijos, no es imposible pero si difícil, debido al desgarre que tuvo por los golpes, tiene muy lastimada la matriz provocando que le sea difícil mantener un feto- Murmuró el hombre.
Alex quedó sin palabras y Sara tragó fuerte.
-Me pueden extirpar la matriz?-Preguntó Sara provocando que su marido casi se desmayara.
-Señora es difícil no imposible tener un hijo, solo hay que darle tiempo a que la matriz se recuperé, solo evite embarazos por dos o tres años y bajo un tratamiento será madre de nuevo- Le dijo el Dr para infundirle tranquilidad.
-No quiero ser madre- Dijo Sara sin aliento.
-Callate Sara- Le dijo Alex con voz seca.
-Lo siento señora, pero es muy joven como para extirparle el útero, Ese procedimiento se lo hacemos a mujeres de 37 años en adelante y por supuestos a casos especiales-_ Dijo el hombre.
Sara asintió y calló.
-Por cierto. Ya le daremos de alta. Solo tiene que seguir las instrucciones que le dejaré en las recetas- Dijo el hombre.
Alex miró en silencio a Sara
-Dame una razón por la que no quieres volver a ser madre?!- Le pidió Alex tranquilo.
-Te parece poco que haya perdido a mi bebé!- Le dijo Sara sorprendida de su descaro.
-Nena perdiste al bebé por culpa de Eliot. Yo te pude decir todo lo que saliera de mi boca, estaba enojado... Dios ! Comprenderme. Me sales embarazada cuando solo habíamos tenido sexo esa misma mañana, luego encuentro aquellas flores e Ilay dice que la recibes continuamente. Me volví loco de enfado, no quise comprender.. Dios! No soy un monstruo para pedirte que abortarás o algo así. Lo hubiera amado y lo sabes- Le dijo Alex mientras le rodaba una lágrima.
-Alex..-
-No Sara. Sabes hoy me siento fatal, desilusionado de mi mismo.. No pude cuidarlos y lo pagó el bebé, pero te juró que si hubiera sido aunque sea uno menos, no hubiera permitido que ni siquiera te tocasen.. Te amo a ti y a mi dos hijos. Un bebé no se reemplaza nunca, pero otro ayuda a recordarlo con cariño. Solo te pido que no te hundas o me hundiría contigo amor, nuestra hija nos necesita- Le dijo Alex mientras limpiaba aquellas impotentes lágrimas. Sara lloraba desconsoladamente.
-Abrazame- Le pidió Sara.
Alex sonrió. Al fin había logrado que ella lo dejará entrar.
Alex de sentó en la cama junto a ella. La abrazo por detrás cruzando sus manos sobre el vientre de ella, lo acarició como si hubiera algo allí dentro mientras se arrepentía por no haberlo hecho antes.
Sara se sintió embriagada por el apoyo que Alex le ofrecía. Se sentía feliz entre sus brazos, a pesar de todo ella sabia que en el fondo Alex hubiera aceptado a su hijo con mucho amor. Alex adoraba a los niños.
Alex sintió que la respiración de su mujer se tranquilizaba. Se había quedado dormida. La acomodó mejor y fue a ver lo que hacia falta para la de alta.
Cuando llego después de haber pagado el hospital. Se encontró con la habitación llena de gente.
-Que tal Alex?- Le saludó Alexis.
- Aquí ya ves- Le dijo mientras se acercaba a su esposa que en ese momento estaba hablando con Rose de su negocio.
Sara parecía haber asimilado bien la noticia y se alegro por ello.
Afuera estaba su suegro con su esposa e Ilay, quien corrió rápido abrazarlo.
En unas cuantas horas ya Sara estaba de regreso en su casa. En reposo como dijo el Dr.
Ya a solas Alex por fin respiro.
-Estas cansada?- Le pregunto Alex mientras comenzaba a masajearle los pies.
-Un poquito. A sido un día muy intenso- Dijo ella entre algunos gemidos.
-Entiendo. Sabes tenemos que declarar la semana que viene al juzgado- Le informó Alex.
Sara lo miró con el ceño fruncido.
-Aun no le han cantado sentencia?! Tienen pruebas suficientes para encerrarlo de por vida.- Le dijo Sara.
-Así es, pero es solo rutina. El fiscal lo quiere acusar de intento de asesinato, aunque con los cargos que tiene le esperan unos 50 años aproximadamente- Le informó Alex masajeando ahora sus tobillos.
-No quiero pisar ese lugar, y mucho menos le quiero ver la cara, por él murió mi bebé- Dijo con tristeza.
Alex soltó sus tobillos para subirse a la cama y acostarse con sumo cuidado en sus piernas.
-Lo sé nena. Yo mismo quise matarlo pero sabes, Dios sabe muy bien el porque de las cosas. El tiempo de Dios es perfecto, quizás aún no estábamos preparados para esta bendición-Le dijo Alex mientras acariciaba su mano.
-Tal vez tengas razón, pero eso no le quita lo hijo de perra a Eliot. Pobre Rose no sabia con que bestia se había casado- Murmuró Sara acariciándole los cabellos a su esposo.
-Lo sé. Hablé con ella en el hospital, estaba bastante herida por todo lo que Eliot le había ocultado y nos había hecho. Dice que después de la inauguración de tu negocio piensa irse de viaje-
- No me lo ha dicho. Supongo que no le ha dado tiempo, pero quizás es lo mejor. Rose lo amaba de verdad, merece olvidarlo y encontrar algo mejor- Respondió Sara dando un bostezo.
-Tienes mucho sueño!- Señalo Alex al ver como se le aguaban los ojos luego del bostezo.
Sara movió la cabeza en señal de afirmación.
-Quieres darte un baño antes de dormir- le preguntó Alex.
-Si, pero me siento un poco adolorida-Le dijo ella.

En el silencio de 4 paredes!Where stories live. Discover now