En contra de la corriente.

16.8K 816 54
                                    

El padre de Sara, Flabio, tocaba la puerta insistentemente. Sara se apresuró a bajar con el bulto de la pequeña Ilay . Al llegar a la puerta abrió respirando muy rápido.
-Que te pasa Sara, parece que hubieras corrido un maratón-Le dice el viejo político.
-Algo asi padre. Pase y sientese en la sala, bajaré con Ilay en unos momentos-Le dice a su padre mientras le pasa el bolso de la pequeña.
Corrió a las escaleras para subir a la habitación de la pequeña Ilay.
-Nena, abuelo esta abajo, debes dejarte peinar-Le dice a la niña, que esta empecinada en dejar su pelo suelto.
-No mamita! Me voy a quedar asi-Dice haciendo pucheros.
-Nena, todas las princesas se peinan-Le dice Sara.
La niña se mira en el espejo que esta al frente de su cama-cuna y niega con la cabeza.
-Ilayyy! Por Dios! Ven a peinarte-Le grita Sara pero enseguida se arrepiente cuando la niña comienza a llorar.
El padre de Sara llega en unos momentos a la habitación al oír los estruendos.
-Que tiene mi reinita?- Le pregunta a la pequeña mientras la carga.
Sara suelta en un suspiro toda su frustración. Es como si pagara con la pequeña todo lo malo que le pasaba, es que por si fuera poco, dos de sus mejores diseños se estropearon, se había chocado el dedo más pequeño del pie con el gabetero de la niña, hecho que le hizo sangrar , además de la gripe que aún no se había ido del todo, al igual que hoy en la noche era la dichosa cena, a la que Sara estaba rotundamente negada a asistir.
La niña se tranquilizó en brazos de su abuelo. Miraba a Sara muy acosadoramente.
-Sara no le vuelvas a gritar a mi nieta-Dice Flabio muy severo.
Ilay resultó ser una especie de encanto. Embrujaba a todos. A Alex lo hacía más tierno y protector, a su padre se le iba lo cascarrabias, e increíblemente a su madrastra Helena le adoraba, podría ser todo lo arpía que quisiera, pero con Ilay era la mejor de las abuelas, por eso a Sara le empezó a caer un poquito mejor.
-Nos iremos de inmediato. Helena te ha preparado tu bizcocho favorito, reinita-Le dice Flabio con cara de loco.
Ilay enseguida sonríe.
-De fambuela?-Pregunta sonriendo. El padre de Sara asiente cómplice.
Por más que Sara le había corregido el decir fambuela en vez de frambuesa, aún no había aprendido o quizás para ella así se escuchaba mejor.
-Adiós mamita-Le dice Ilay a Sara, asiéndole gestos con las manitas.
Sara le tira un gran beso y le pide disculpas en voz baja.
En pequeños minutos ya Ilay se había esfumado con su padre , con quien hablaría mas tarde, pues no era bueno que le quitara autoridad delante de la niña.
Alex había llamado a Flabio para que se quedara con Ilay esa noche, ya que según él, iban para la cena, pero Sara tenia un plan muy diferente.
Planeaba bañarse , tenderse en su cama, prender la tv con alguna película buena, comer todo el helado que le cupiera y olvidarse de todos.
Por primera vez las balerinas le apretaban a Sara. Ella se sentó en su cama y se las quitó. Tenía los pies hinchado del golpe que se había dado. Con suavidad tomó su dedo y lo masajeo con un poco de diclofenac en crema.
Sara aún no tenia celular. Solo se podían comunicar con ella mediante el teléfono de casa, el cual sonó en ese momento.
-Hola- Contestó Sara con voz cansada.
-Espero que ya hayas ido a la estética, te hayas hecho las uñas y arreglado la cosa que tienes en la cabeza. Te llegó el paquete?- Preguntó la inconfundible voz de Alex.
-N.....!- Calló al escuchar el timbre.
Fue a abrir. Debía ser el dichoso paquete, Gregorio solo dejaba pasar paquetes provenientes del señor Levinson. Con este era el segundo. El primero fue una hermosa muñeca para la pequeña cuando cumplió dos años.
-Si lo tengo a mano- Le dijo Sara a Alex.
-Abrelo!- ordenó como siempre el señor Levinson.
Sara agarró el teléfono entre su mejilla y hombro izquierdo, mientras abría la caja.
Dentro había un hermoso vestido color carne. Sin ningún tipo de escote, llegaba hasta la rodilla. Le quedaría algo ancho en la zona de los pechos ya que los de Sara no eran muy grandes que digamos.
Sara lo miró con odio, pues era muy parecido a los que usaba la modelo con quién salía su esposo. Solo había que buscar en google para darte cuenta de que todo lo que viste es Beige, negro o rosa.
Acaso lo habrá elegido ella?
-Ni lo sueñes- Pronuncia Sara molesta.
-Porque?, es exclusivo de la marca-Explica Alex.
-No me lo pondré, con que sepas eso es suficiente -le dijo Sara algo altanera.
-Te lo pondrás y punto Sara. Me estoy cansando de tus efímeros arranques de malcreadesa- Argumenta irritado.
-Y que vas hacer cuando te canses, darme el divorcio? Pues dímelo cuantos arranques faltan para que me des el jodido divorcio!- Grito Sara. Harta de vivir la falsa. Llevaba casi cuatro años, encerrada en una casa, sin amistades o trabajo, por un estúpido egocéntrico, que ni siquiera la visitaba una vez por semana.
-Sara te estas pasando!-Advirtió Alex.
-Lo que digas- Colgó Sara.
Tiró el teléfono al sofá. Miraba la caja con gran odio. El vestido elegido por la novia de mi esposo, se escucha retorcido.
Volvió a tapar el vestido y fue a la cocina. Sabia muy bien lo que quería. Alex se arrepentirá de haberla invitado. Con grandes tijeras volvió a la sala de estar. Se sentó en el sofá , sacó el vestido. Sara sonrio.
*Ahora veras*
*Toma estúpido vestido*
*Como me gustaría cortarle la ropa a Alex y dejarlo des....*
Pensamientos así, rondaban por la cabeza de Sara, mientras cortaba en muchos pedazos el vestido que su esposo le había mandado.
Cuando terminó se metió al baño y se lavó con suavidad y lentitud, sus dedos se pusieron como pasas, pero su mente no se daba cuenta ya que estaba concentrada en otros pensamientos
Ella pensaba en lo vacía que era su vida. En referente a lo personal, había estudiado una carrera a la fuerza, pero al fin y al cabo era ingeniera, sus diseños nunca han sido visto por una casa de modas, en fin ella nunca ha hecho nada bueno en su vida, exceptuando a su hija, que era el sol de toda su vida.
Sara salió del baño, no se seco el cabello, mas bien bajo a prepararse algo de comer. Se sentía rara por Ilay, era miércoles un día el cual la niña se pasa pegada a ella, menos cuando va a la guardería-colegio.
Algo de fruta y un poco de yogur fueron sustancioso para Sara. Apenas eran las 5 de la tarde.
Al terminar dejo los trastes en el fregadero, no tenia ganas de fregar.
Subió a su cuarto, prendió la tv y se abandono en el titánic que apenas comenzaba.
La película era emocionante pero triste. Lloraba siempre en la parte cuando la mujer dormía a los niños para que no se dieran cuenta que se morirían. Sara lloraba pensando en su pequeña.
Sara tenia la tv tan alta que no escucho, las 10 veces que había sonado el teléfono
-Con que aquí éstas?!-Grito Alex.
Sara se quedó sin aliento. Nunca, jamás de los jamases había visto a Alex sin traje. Lo vio desnudo claro pero nunca en una simple camisa y pantalón que sobra decir que le quedaba de muerte. En conclusión se le secó la boca.
-Estas toda desarreglada. Joder Sara! Te dije a las 6:30 y mira como estas!!-Le grito de nuevo.
Sara solo pensaba en como reaccionaria en cuanto viera el ex-vestido.
-Relajate Alex! Ve a buscar a una de las mujeres con las que sales y deja de molestarme-Le dijo Sara. Ella misma se sorprendió de tan arrebatadas palabras. Se preguntaba que le pasaba últimamente , ya no era la misma, ya no era conformista o retraída, se había convertido en una mujer exigente? Con algo de voluntad propia? No lo sabía, pero le gustaba la nueva forma que adquiría su carácter.
-Olleme Sara! Te estoy dejando pasar demasiadas-Le grito Alex, levantándola de un brazo. Sara se asustó.
-Me pegaras?-Le preguntó algo molesta.
-No me obligues a ello- Respondió Alex mirándola con ojos de fuego.
-No creo que seas capaz de eso!-Le dijo Sara mirándolo directamente a los ojos.
Sara podría asegurar que aquella mirada la quemaba más de lo debido.
-Quieres que te demuestre de que estoy hecho?-Le preguntó sosteniendole la mirada, agarrándola aún más fuerte del brazo.
Sara se quejó.
-Me lastimas, imbécil!- Gritó.
Alex la soltó. El brazo de Sara estaba muy rojo.
-ponte el vestido, ahora!-Le grito de nuevo.
Sara se quedó en la cama. Muy tranquila.
-Te estoy hablando mujer!-Grito de nuevo.
-Corte el vestido!-Le dijo Sara con algo de miedo.
-Que hiciste que??- Preguntó Alex.....muy...muy...muy...muy osea MUY enojado, lo entienden?
-Dios mio! Que diablos estoy pagando contigo Sara. Porque demonios eres así?. Porque lo haces?. Quieres amargarme mas mi existencia?. Desde que me acosté contigo solo he tenido problemas ! Diablos!! Obecedeme. Eres una maldita..... Solo ponte algo decente - Le gritó Muy fuerte.
Sara tenia la cara roja. Contenía sus lágrimas. Se sentía desechada, horrible. Ella era una simple obligación. Sara deseaba con toda su alma tener un hombre que la amara con locura, quizás un Christian Grey, un Samuel Garnett , Un Romeo......en fin que mal es desear algo con todas tus ganas y saber que nunca podrás tenerlo.
Alex su veneno y medicina.
Sara con la cabeza gacha se levantó. Aún llevaba la bata que se había puesto cuando salió del baño. Escogió su mejor jean, y un bonito suéter morado. Seco su cabello sin cepillo o peine. Lo dejo a lo natural, con bonitos rizos.
No se maquilló. A ella no le gustaba llenarse la cara de pintura.
Salió del closet. Alex no estaba en la habitación. Sara bajo en su búsqueda. Él estaba hablando por celular.
-Claro preciosa. Te amo!- Le dijo a quien quiera que sea.
Sara sintió como su corazón se paralizaba. Alex tenia otra mujer, a alguien quien amaba. Sara sintió como si le hubieran dado un puñetazo en la boca del estómago. Sus grandes ojos se mojaron.
En ese momento llego al ultimo escalón. Seco sus lágrimas. Trago fuerte y se dirigió a su esposo.
-Ya nos podemos ir!-Le avisa Sara con voz rara mientras recogía un pequeño monedero.
Alex la miro de arriba abajo. Hizo un gesto con la boca que Sara no supo interpretar.
Sara se despidió de Gregorio y fue abrir la puerta del auto de Alex pero este se le adelantó.
Sara lo miró de forma irónica , él simplemente la ignoró.
Alex conducía en silencio. Sara se limitaba a ver todo por la ventana. Era un carro exclusivo. Se lo había dado la agencia. Alex tenia dinero sii, mucho! Pero casi todo lo que tenia se lo había dado la agencia de modelaje. Su carrera de abogado no la ejercía. Eso le resultaba aburrido aunque amaba el Derecho.
El auto era un Maybach Exelero. Uno de los carros más cosotos del mundo. Era negro hermoso. Sara lo admiraba bastante, fácilmente lo acogería como su segundo hijo. Sara se preguntaba como Alex podía andar en esta belleza sin tener miedo a que se lo dañen.
En fin, un carro hermoso y elegante para alguien como el mismo estilo aunque había una diferencia, por supuesto! Alex era frío y agresivo , el carro era caliente y acogedor.
Con quien me quedo?! Pensó Sara.
En ese momento unas puertas de hierro se abrieron, dándole paso a una linda mansión. Tenia piscina y un jardín con las flores más bella.
Alex parqueo el auto en uno de los 10 parqueos que estaban al lado del jardín.
Alex le abrió la puerta y le dio la mano para ayudarla a salir. Sara lo miró y la rechazo.
Sara solo había dado dos pasos lejos de Alex, cuando este la sostuvo muy fuerte y la atajó entre él y el auto.
-Olleme bien Sara. Si me haces una, una sola escenita en la casa del jefe, te juro que me la vas a pagar y muy caro! Comportate como alguien digna de ser mi esposa. No me gusta la ridiculez en ninguna de sus formas, ya bastante tengo con tu vestuario-Le advirtió Alex.
Sara lo miraba molesta en excesividad. Que se creía ese idiota? Que no iba al baño? Que no se metía la mano para limpiarse? Dios cuanta egocentridad!.
-Me comportare como una dama , como lo que soy!-Afirmo Sara tratando de salirse de aquella posición.
-Lo estoy dudando pero vamos-Le dice cogiendo el brazo de su esposa.
Alex toca el timbre con elegancia. En el momento una pareja de esposos abre la puerta. Sara se asombra de tanta elegancia. Que iba a esperar de un dueño de una agencia famosisisma de modelaje.
El señor de unos 60 años. Tez blanca, cabello perfectamente negro, sin ni una cana. Rostro agradable y un bonito traje Armani a la media. Sara los conocía bien, a veces había osado de confeccionar uno en sus diseños.
La mujer era hermosa en su madurez. Parecía de algunos 45 años. Su cabello rubio era bastante brilloso. Tenia unos bonitos ojos verdes, pero su cara era de expresiones algo duras aunque eso no le quitaba el aire de ser una mujer agradable.
-Alex Levinson, un placer que hayas venido!- dijo el señor.
-El placer es todo mio, Jefe!-Le saluda Alex tomando su mano. El jefe de Alex lo abraza.
Parecían tenerse bastante cariño, al menos eso le pareció a Sara.
-Alex querido!-Le saludo la señora dándole un gran beso.
-Rose, un placer verla!-Exclamo Alex dándole un ligero abrazo.
-Les presento a mi esposa, Sara de Levinson, Sara mi jefe Eliot Diez, y su hermosa esposa Rose- Les presento.
Sara se sintió atemorizada, ante la mirada de registro con que era vista por parte del jefe de su esposo.
-Un placer conocerles!-Exclamo Sara un tanto nerviosa.
- Más el mio Sara-Exclamo Eliot.
Rose sonrió.
-Te esperaba algo diferente-Le dijo mientras le daba un beso en la mejilla a Sara.
Sara se hizo en su cabeza la idea de diferencia que tenia la señora Rose. Quizás una mujer alta, de proporciones exactas, rostro hermoso y con MUCHO estilo, no una mujer pequeña, de enorme orejas y sin nada de delantera. Vaya diferencia!
-Pasen pasen, ya han llegado la mayoría!-dice Eliot
Alex toma de la mano a Sara y la lleva dentro del lujoso salón.
De inmediato Alex se aleja un poco para saludar a sus conocidos mientras que Sara se sentó en una de la sillas de los muebles de caoba, a admirar los hermosos diseños que vestían las mujeres invitadas.
En su cabeza había un cúmulo de ideas, que pensaba descargar en su libreta de dibujos.
Un camarero brindaba copas de champán. Sara cogió uno. Era una fiesta íntima, al parecer solo de amigos.
Se celebraba en un salón de arquitectura moderna con toque francés. El techo del salón era extraordinario, tenia un diseño súper raro. El ingeniero fue bastante versátil, así le pareció a Sara.
Al levantar la cabeza dirigió la mirada hacia su esposo, que en ese momento andaba con una sensual rubia, que vestía de un rosa pálido. Era algo pegado al cuerpo con exageración, marcaba cada una de sus curvas, se notaba que no tenia brazier pues sus pezones se notaban debido a la temperatura del ambiente.
Sara no podía verle el rostro , ya que estaba de perfil a ella.
Alex parecía bastante entretenido. Parecía haberse olvidado de Sara. Él estaba en su aire, en sus aguas , como dicen. Sara nunca lo había visto así, en el aspecto profesional en persona. Ya que mediante a revistas solo captaban la imagen del momento. Nunca tuvo la oportunidad de ir a un desfile de modas, pues su padre Flabio jamás lo hubiera permitido.
- Eres la esposa de Alex Levinson?- Pregunta una mujer sexy de pelo rojo. Parecía agradable además Sara se sentía tan sola que quizás fueran amiga.
-Si-Le respondió con una sonrisa.
- Porque nadie te había visto antes, digo es la primera vez que lo veo acompañado de su esposa, siempre anda con Linda-Dice la mujer.
Sara se sintió humillada. Como diablos decirle que solo era un cero en la izquierda en la vida de Alex.
-El es algo reservado con nosotras- Respondio Sara.
La mujer solo sonrió perversamente.
-No lo creo, diría que muestra a su hija con orgullo, menos a ti, eres algo insignificante para él-Responde la mujer.
Sara se siente algo molesta y a la vez enojada, tenía ganas de agarrar por la greñas a la mujer, pero no podía! Porque simplemente ella tenia razón.
La mujer se paró después de sembrar veneno, pero Sara se quedó con la duda de su nombre, nunca se lo dijo ni ella se lo pregunto.
Sara volvió a dirigir la mirada a su esposo, que en ese momento seguía hablando con la rubia, Sara enfocó algo más la vista y se dio cuenta que era Linda, la novia de su esposo.
Sara se sintió fatal. Su corazón era atravesado por millones de dagas. Tan insignificante era, que su esposo la dejó sola para irse hablar con su novia.
Sara sintió aguarse los ojos. Alzó la copa y bebió lo que quedaba mientras preguntaba porque se sentía así, si al fin y al cabo ella solo era la madre de Ilay.
Sara sintió deseos de seguir bebiendo pero no lo hizo. A pesar de todo lo que menos quería era un escándalo.
Dentro de algunos minutos, hicieron pasar a todos al área del comedor. Donde había uno gigantesco. Cada quien tomó asiento.
Alex estaba al lado de su jefe y Sara a su derecha.
-Quiero darles la bienvenida formalmente. Gracias por asistir a este día tan importante para mí y mi esposa. Hoy celebramos nuestro compromiso de amarnos eternamente. Gracias a todos los presentes porque ustedes fueron los pilares de esta hermosa unión. Gracias por hacerme conocer a está maravillosa mujer.- presentó Eliot y luego le dio un beso en la boca a su mujer.
Todos aplaudieron.
Sara moría de envidia.
Alex ni siquiera le había hablado luego de que se la presentara a su jefe. La comida fue entregada, cordero con puré de papas y cebollas y algo de ensalada de pasta.
Sara sintió un hambre inmensa. Todo estaba separado. Sara miró a Linda que estaba justo frente a Alex. Ella solo comía pasta con enorme delicadeza.
Que malo es ser bella, no puedes comer lo que desees! Sara sin embargo junto todo lo que había en su plato y lo comenzó a ingerir.
Alex la miraba enojado y Linda con una sonrisa en los labios. A Sara no le importo para nada, pues no había revolteado la comida ni nada por el estilo. Que tuviera un buen apetito siempre había sido su debilidad, aunque nunca había engordado ni una libra que agradecer.
-Querido Alex, tu esposa es algo diferente-Comentó Rose mientras miraba con asombro a Sara.
-Por eso es mi esposa-Responde Alex con galantería.
Sara tuvo ganas de hecharse a reír hasta no poder más.
Dios! Alex y el cinismo eran hermanos idénticos.
-Lo imagino hijo, ella es muy diferente a las mujeres, la verdad pensaba que era alguna modelo no una mujer tan....tan sencilla. Me encontraba más perfecta para ti a una modelo- Dijo Eliot.
Sara se sintió ofendida sin embargo no dijo nada. Si hablaba puede que algunas palabras que no acostumbra a tener en su diccionario salieran a flote.
-Mi concepto de perfección tiene mucho que ver con lo genuino.Yo le encuentro belleza al estado natural de las cosas- Dijo Alex con bastante elegancia .
Rose estaba maravillada por aquellas palabras, mientras que Eliot miraba a Sara con especial atención.
-Buen concepto muchacho- Menciona Eliot sin quitarle los ojos de encima a Sara.
-Lo tienes muy enamorado Sara?- Pregunta Rose.
Alex le brinda una mirada de advertencia a Sara.
Sonrió con hipocresía y respondió.
-Lo bastante como para estar juntos un ratito más- responde Sara.
- Eso es bonito. Son una pareja joven que tienen una hermosa niña, por cierto cuando me la vas a traer Alex, siempre dices que la traeras y no lo haces- Le dijo Eliot quitando los ojos de Sara para clavarlos en Alex.
- Haydeen Ilay, es algo agotadora. No quisiera causar molestia- Respondió Alex.
-No la causa, nos alegraría bastante. Que dices Sara nos permites traernolas el viernes?- Pregunta Rose.
Sara negó rápidamente en su cabeza. Esa pareja apenas los conocía y se había escu hado muchos casos , así que tenia que proteger a su hija. El problema era como decirlo sin que se escuchará grosero.
-Es que Ilay aún es pequeña para dejarla sola con desconocidos -Dijo Sara con algo de tiento.
-Entiendo Sara, pero si tu vinieras también pasaríamos un rato muy agradable - argumenta Rose.
Sara sonrió y asintió
-Siendo así esta bien-Respondio.
La cena transcurrió sin mas preguntas incomodas. Las conversaciones siempre hablaban de moda, modelos y diseñadores. Todo iba bastante bien.
Al terminar la cena volvieron al salón. Donde cada pareja se pararon a bailar, menos Sara por su puesto . Ella estaba sentada en la mesa de Eliot y Rose.
-Alex porque no sacas a bailar a tu esposa?-Preguntó Rose con el ceño fruncido.
-A ella no le gusta bailar- Respondió Alex mirando provocativamente a Linda quien bailaba con Eliot en ese momento.
Sara se enojó pero de nuevo tragó su opinión.
-Ooo, parece lo contrario- Dijo la señora.
Alex se paró e invito a bailar a una mujer de unos 50 años, dejando a solas a Rose y Sara.
-No se llevan bien , verdad?!-Preguntó Rose afirmando a la misma vez.
Sara la miró con curiosidad. Rose era demasiado observadora. Pensó en mentirle pero luego lo descartó , ya que la señora había sido demasiado buena con ella.
-Así es, me trajo por obligación - respondió Sara por primera vez.
- Y porque aún siguen casados?-Preguntó la señora con bastante interés.
-No lo sé. Alex es muy egoísta como para dejar que la madre de su hija este libre, es algo así como una condena aunque Alex prefiere llamarle obligación moral- Respondió Sara con bastante amargura.
- Te comprendo, los hombres son demasiados egoístas, sin embargo , se amaron porque la niña es un sol!- Exclamo Rose.
-Nunca nos hemos amado. Mi hija fue concebida en una situación algo penosa- Escogió Sara.
- Entiendo. Quieres tomar un trago de vino, estoy aburrida de estar sentada aquí?-Pregunta la mujer.
Sara asiente sonriendo.
Avanzaron hasta uno de los camareros y le quitaron dos copas, luego fueron al balcón en donde habían menos personas.
-Usted es muy agradable Señora- Le dice Sara.
-Nada de señora, con Rose , esta mas que perfecto-Le dice la mujer sonriendo .
Sara sonríe y asiente.
- Usted y Eliot se quieren mucho- afirma Sara.
-No te creas. Nuestra historia fue algo difícil. Eramos enemigos a muerte- Dice la mujer sorprendiendo a Sara.
-En serio?! No juegue!-Dice Sara asombrada.
- Así es. Su familia y la mía , tenían tiendas de joyas en un pueblo donde casi no se conocía ni su ubicación. Sin embargo , a las mujeres le gustaban las joyas. Nuestras familias eran enemigas, por tanto Eliot y yo también. Siempre había peleas o acusaciones.-Cuenta la señora.
-Como pasaron de enemigos a esto?-Preguntó Sara más que interesada.
- Un día nos encontramos a solas. Eliot empezó a decir que mi tienda era una peste donde vendían cosas falcificadas y demás. Yo me altere y le dije muchísimas cosas, al final nos alteramos tanto que terminamos acusándonos uno frente al otro, demasiado cerca. Yo respiraba el perfume de Eliot y él el mío. En ese momento me di cuenta que no era tan feo y no se que me paso , solo se que me lo comí a besos, y terminamos haciendo el amor. Cuando terminamos nos arrepentimos y acordamos que eso nunca paso pero nada fue igual, empecé amarlo en secreto, nos comenzamos a encontrar por casualidad en los lugares pero ya no peleábamos. A los tres meses me di cuenta que había quedado embarazada. Mis papas me botaron por haber manchado su honor pues nunca quise decir quien era el padre de la criatura. Me fui sola a otro lugar donde nadie me conocía y trate de hechar hacia delante. Eliot me encontró cuando yo estaba de 7 meses, me pidió perdón de rodillas y juró que me amaba con toda el alma. El se quedó conmigo y formó este negocio. Yo caí en depresión tiempo después porque mi bebé nació muerto. Estuve a punto de morir de tristeza pero Eliot no me dejó. Y así al pasar el tiempo nos amamos más y más- Termino Rose.
-Wao!- Fue lo único que alcanzó a decir Sara antes que Alex y Eliot interrumpieran.
-Ya veo que se han hecho amigas-Comenta Eliot sonriente.
-Así es cariño. Sara es una mujer extraordinaria-Dice Rose.
Alex arquea las cejas en demostración de sarcasmo.
-Vamos al salón es hora de brindar- Dice Eliot tomando a su mujer del brazo.
Sara mira a Alex algo cohibida. Este le ofrece su brazo, ella lo toma. Persiguen nerviosos a la pareja estelar .
En el salón todos toman una copa de champán. Eliot eleva la suya.
-Hoy quiero brindar por el amor. Ese que se presenta en formas tan extrañas. Ese sentimiento que me inspira amar con locura a Rose. Ella ha sido la mujer que ha cambiado mi vida, se ha robado mi corazón y cuerpo. Cariño te amo en todas las formas posibles por eso hoy te reitero mi amor y compromiso hacia ti y brindo por ello- Dijo el señor dándole un tierno beso a su mujer.
Sara pensó morir de amor. Alex solo mostraba su cara inexpresivatodos brindaron y la fiesta siguió. Sara sintió ganas de llamar a su padre pero había destruido su celular.
Alex se había alejado con Linda y otros amigos , a Sara le daba vergüenza presentarse.
Miro para ambos lados, pensó en pedírselo a Rose pero ella estaba ocupada bailando con Eliot.
Sara miró a un camarero. Mordió su labio porque no sabia si haría lo correcto. Alex siempre había cuidado su imagen ante los medios, no seria muy prudente que le mandara el mensaje con el camarero además dudaba mucho que Alex le diera el celular .
Sara lo pensó una vez más y decidió ir ella.
Con pasos bien torpes pasaba entre la gente. Estaba sudando las manos. Sentía que los zapatos le apretaban.
Al llegar al grupo Alex enseguida la miró al igual que Linda y el resto.
-Buenas noches- Saludó a todos primero, pero nadie le prestó atención al saludo. -Puedes venir un momento por favor- le pidió a Alex.
Este la miró extrañado. Sara nunca se atrevería a hablarle en público tan directamente.
-Un momento-Dijo Alex al grupo y fue al lado de Sara.
-Que pasa?-Pregunto.
-Me puedes prestar tu celular ?-Le pregunta Sara.
Alex la mira algo confuso.
-El mio se rompió sin querer.-Explica Sara.
Alex hace gesto de entender.
-Para que lo deseas?-Pregunta. Como siempre Alex controla todo
-Para llamar a ver como esta Ilay- Dice Sara.
Alex saca lentamente su IPhone y se lo pasa a Sara.
-Cual es la contraseña?-Pregunta Sara.
Él la mira.
-La fecha de nacimiento de Haydeen Ilay- Le dice y luego se retira al grupo.
Sara lo desbloquea y al hacerlo se encuentra con el fondo de pantalla que la sorprendió.
Era ella e Ilay. Sara lleva ese día tatuado en la mente.
Ilay tenia dos años. Sara se había animado a visitar el parque que quedaba en la ciudad, así que le pidió a Gregorio que la acompañara. Al llegar Ilay se volvió como loca y comenzó a correr por todo el parque. Era una gordita con  dos colitas , todas las mujeres e inclusive hombres que estaban en el lugar , le decían muchos elogios a la pequeña. En un momento dado Sara e Ilay se habían cansado al mismo tiempo. Sara cargo a la niña y se la llevo a una banca para beber algo de jugo. Sara levanto la cabeza y miro a la cafetería de enfrente encontrándose con la cara de su esposo y una mujer. Sara lo ignoro por completo aunque eso le dolió en el alma mejor se concentro en la pequeña y la lleno de besos , al parecer Alex había captado aquel momento.
Sara sonrió y marco el numero de su padre.
-Alex- Saludó Flabio.
-No padre, soy Sara, llamo para saber que tal la llevan con Ilay?- Preguntó alejándose hacia el balcón.
-Mi reina esta viendo televisión al lado nuestro, esta apunto de dormir. Helena la ha bañado y esta casi casi cerrando los ojos- Responde Flabio con amor.
Sara sintió celos. Su padre nunca había sido así con ella más bien fue algo duro y recto, pero no podía culparlo Ilay era un encanto.
-Gracias por cuidarla papá, ya casi se acaba la fiesta la pasaremos a buscar- Le dice Sara.
-No te preocupes Hija, Ilay es mi princesa- responde.
Sara colgó. Buscó a Alex con la mirada para devolverle su celular pero no lo vio. Optó por entrarlo en uno de los bolsillos de sus jeans.
Sara caminó en busca de un vinito. El champán la había aturdido mientras que el dulzor del vino era bastante agradable.
-Tenemos que irnos, ya es tarde- Dice Alex apareciendo por detrás .
-Estoy de acuerdo. - Dice Sara con la copa de vino que acaba de secuestrar.
-Vamos a despedirnos- Dice mientras hala a Sara de un brazo.
-Eliot y Rose un placer acompañarlos-Dice Alex.
Rose se abalanza a abrazar a Sara quien le responde gustosa.
-Nos vemos el viernes querida-dice Rose emocionada.
-Así será Rose!- Le dice Sara.
Ya en el auto van camino a casa de Flabio que queda a unos 20 minutos de donde estaban.
-Estas cansada?-Pregunta Alex con curiosidad. Sara estaba algo relajada y eso no era muy normal en ella. Siempre que estaba al lado de él se mostraba cautelosa, tensa y nerviosa.
-No-Responde sin mirarlo.
-Porque no me preguntaste sí te daba permiso para visitar a Rose el viernes?-Pregunto Alex con la mirada al frente.
-Porque no necesito tu permiso. Sabes algo, me canse de hacerte caso- Le dice Sara.
Alex casi choc, dio un volantazo muy rápido. La respuesta de Sara lo había desconcertado. Últimamente estaba algo......rebelde?!.
-Tienes un amante?-Pregunto Alex, pues esa era la única opción que encontraba a la actitud de su mujer.
- Si- Mintió Sara.
Alex la miró un momento. La seriedad que mostraba el rostro de Sara no le permitió dudar.
-Como se llama?- Quizo saber Alex.
Sara lo miró sonriendo. Alex apretaba fuerte el volante.
-A ti que- Respondió Sara relajada.
-A ti que?- Pregunto Alex. Era un nombre algo raro.
-Si, a ti que te importa- Le dijo Sara explotando en una carcajada.
Alex aceleró tanto el carro que Sara se calló de pronto.
El corazón se le había acelerado a tal punto que creía que se le iba a salir por la boca.
-Que te pasa Alex?-Pregunto alarmada Sara.
-No me gusta que me tomen el pelo-Exclama Alex enojado.
Sara lo mira y lo atraviesa con la mirada.
-Te lo preguntare de nuevo, como se llama?-Pregunto Alex pausadamente.
Sara pensó rápido en un nombre.
-Alexis- Respondió.
"En serio Alexis. No se te pudo ocurrir algo sin Alex. Perfecto Sara! Glorioso" pensó para ella.
-Unnn Alexis que?- continuó.
-Alexis Grey- Respondió Sara.
No la culpen ama a Christian Grey.
-Desde cuando son amantes?-
-Un año exactamente-Respondió Sara.
- interesante.-Fue lo único que dijo.
Sara se enojo. Por lo menos hubiera mostrado algo de molestia.
-Una pregunta Sara- Pidió .
-Dime?-Pregunto Sara.
-Porque te buscaste un amante ?- pregunto Alex con el ceño fruncindo.
-Porque los labios estaban sufriendo por desuso -Respondió Sara antes de ella misma abrir la puerta, pues ya habían llegado.
Sara camino con algo de rapidez a la puerta de la casa de su padre. Iba a tocar el timbre cuando exactamente Alex la halo del brazo.
Sara lo miró asustada. Alex la acorraló entre la puerta y sus brazos. De pronto esa tensión sexual volvió a atacar. Sara acelero su respiración. Alex le miraba la boca tanto que provocaron que los pezones de Sara se hincharán.
Sara mojo sus labios con la lengua , ella ansiaba chocar los labios con los de él, son embargo lo único que chocó fueron sus frentes. Las respiraciones de ambos estaban algo alteradas.
Alex volteo la cabeza para rozar el oído de Sara. Ella sintió como un fuego ardía entre sus piernas. Ansiaba tocarlo pero no podia por orgullo.
-Los labios no se dañan por desuso- Afirmo Alex con voz ronca y sensual.
-si se dañan. Se te cae la piel que lo revisten-Responde Sara con la mirada fija en los labios de Alex.
-No te quiero besar- Dice el cuando besa su mejilla muy muy cerca de los labios de Sara.
-Yo tampoco quiero que lo hagas- Responde ella cuando el esta a punto de besarla pero en ese momento se detiene.
-Lo siento fue un impulso- Dice Alex antes de alejarse lo mas posible de ella.
Sara no sabia que hacer, si ir y violarlo o tirarse del puente mas cercano por bruta. Como diablos se le ocurre decir eso, no la besó solo por seguir con ese juego estúpido de odiarse.
Sara respiro hondo. Tenia que esperar a que algunas partes de su cuerpo asimilaran lo pasado. Cansada hecho la cabeza hacia atrás y sin querer tocó el timbre. Rápidamente Sara se arreglo algo la ropa , se palmeo las mejillas y arreglo su cabello.
-Hija ya estas aqui- Saludo su padre.
-Así es señor-Contesto Alex.
-Donde esta Haydeen Ilay?-Pregunto Alex. Sara lo miró , se mostraba algo nervioso.
-Helena la bajara ahora. Esta durmiendo y responde Flabio.
-Pasen-Le invita.
Sara va a pasar pero Alex no se lo permite.
-Andamos rápido-Responde al ver el rostro del padre de Sara.
En ese momento baja Helena con la pequeña en brazos y el bolso de peppa pig.
Alex se apresura a tomar a la niña y el bolso.
Se despiden y rompen camino a casa.
No hablaron en el camino. Al llegar Alex dejo a Ilay en su cama y ni siquiera se despidió de Sara, él solo se marchó aunque hablo seriamente con Gregorio antes de irse.

En el multimedia el buenisimo Alex.
Que les parece chicas?
Pido disculpas por no haber subido pero es que mi abuelo falleció el sábado y hasta ahora he tenido tiempo y cabeza para publicar.
Please! Voten y comenten.
Se les quiere mucho.
"La grandeza del corazón esta en no olvidar a los que en ningún momento lo hicieron"
Recuerden que la vida solo es una. Vive la intensamente pero lo bastante tranquila para durar aunque sea 90 años.

En el silencio de 4 paredes!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora