Miami.

15K 746 43
                                    

Después de la cena, todo fue normal. Cada quien dormio en su recámara.
Alex tenia planeado irse mañana para Miami, pues aunque su esposa tuviera un amante, había cosas mas importantes que resolver. El podía casi jurar que el hijo de Linda estaba vivo. Algo dentro de él lo sabia y lo iba a encontrar, claro que si.
Se metió al baño para darse una larga ducha, mientras intentaba quitar de su cabeza las hermosas piernas de su mujer.
Sara por su lado estaba muy cansada, el trabajo había sido bastante intenso. Sin embargo había conseguido pocas cosas, por lo menos Alexis se ocupaba de la renovación del local, pero ella no tenia personal y tampoco telas, eran bien pocas las que tenia que había conseguido, además necesitaba adornos elegantes y muebles para el local.
Sara no lo pensó dos veces para burcar la pc de su esposo. Él casi no la usaba, pues su celular era casi una.
Buscó tiendas de telas, aparecieron miles de resultados. Sara investigó los más que pudo, pero solo una tienda le llamo la atención, esa tenia demasiada cantidad de colores y texturas increíbles, comenzó a buscar su ubicación. Estaba fuera del país, ya se lo había imaginado. Rebuscó más, estaba en Miami, en una de las calles mas concurridas.
Sara no lo pensó dos veces, ella iría por esas telas, necesitaba lo más pronto posible comenzar con su trabajo.
La mente de Sara estuvo más clara que nunca. Alex iba para allá mañana, lo mas fácil seria irse con él, pero y la niña, no la podía ni quería dejar sola.
Joder!
Sara se baño, y se puso una pijama de pantalones largos y blusa con manguitas, el frío de octubre era bastante sugerente. Sonrió al recordar que el cumpleaños de la niña se acercaba , era a mitad de mes.
Se puso unas pantuflas y fue a tocarle a su esposo, no era tarde, solo como las 11 de la noche.
-Alex estás despierto? - preguntó mientras daba suaves palmadas a la puerta.
-Si pasa- le dijo la voz ronca de su esposo.
Sara abrió la puerta despacio, quería que él estuviera muy consciente de que ella entraba.
Al entrar Sara casi se cae de espaldas.
Dios!
Él estaba parado fuera de la puerta del baño. Con unos sencillos pantalones grises de dormir y su pecho descubierto por donde aun caían gotas de aguas.
Era la sensualidad en persona.
Sara tragó saliva e intento no mirar aquel musculoso cuerpo, pero le fue imposible su ojo izquierdo insistía en no despegarse de aquel manjar.
-Que deseas?- Le preguntó él con aquel asentó que revelaba que estaba en toda intención de seducir.
Sara se aclaro la garganta. Debía despejar su mente de pensamientos sucios, tales como arrancarle el pantaloncito a mordidas, lamer todo ese torso......Jesús! Sara sacudió la cabeza y centró sus pensamientos en lo que debía decir.
-Puedo ir contigo mañana a Miami?- Le preguntó ella. No le importaba la respuesta, iría como quiera, lo que quería preguntarle era sobre Ilay.
-Claro, pero vendré pasado mañana en la noche, el lunes trabajo- Le advirtió él mientras se acomodaba en la cama. Puso sus brazos debajo de la nuca, causando que sus bíceps sobresalieran aún más. Sara volvió a tragar en seco.
- Con quién dejaremos a Ilay?- Preguntó Sara.
- Llamaré a Gregorio para que venga y vigile, Diana se quedará pero también llamaré a Cara para que venga hacerle compañia- dijo él, parecía como si tuviera todo planeado.
-Pensé que tu hermana se había marchado, como ella no volvió a buscarnos mas después que vino- le dijo Sara.
- ha estado muy ocupada- Respondió Alex prendiendo la televisión.
-Ok, pues mañana nos vemos, recuerda reservar otro vuelo- Le insistió Sara.
- Lo se mujer, vete a dormir tranquila - Le dijo él, sin quitar la mirada del televisor.
Sara se preguntaba como era que él ni siquiera le había coqueteado, ni siquiera la había mirado. Estaba desconcertada.
Ella abrió el pomo de la puerta para marcharse a su habitación, cuando Alex la detuvo.
- Sara!- La llamó desde su cama.
- Dime?- dijo Sara.
- Que pases una muy buena noche- Le dijo antes de por fin mirarla y sonreirle.
Sara no sonrió solo lo miro extraño.
-Ok!- dijo y salio disparada a su habitación.
Alex dentro de sí sonreía para el mismo. Eso de seducir a su mujer iba a ser bastante fácil.
Con prisa apagó la televisión, quería que amaneciera lo más pronto posible.
Sara aún estaba confundida, por la actitud de su esposo, se acostumbro demasiado rápido, a que él siempre intentará seducirla, al parecer volvió al modo de antes, donde ella y una pared eran gemelas.
Sara suspiro y cayó profundamente dormida. Mañana iba a ser un muy largo día.
Al amanecer Alex despertó. Se sentía mas feliz de lo habitual. Se sonrió para sí mismo, luego se paró a darse un buen baño y comenzar a empacar. Hacia un sábado bien hermoso.
Sacó su celular para realizar algunas llamadas.
-Hermano mio- Saludó Cara con su característico asentó.
-Como estas?- Pregunto Alex amablemente.
-Aquí que apenas termine ayer de todas las cosas que tenia que hacer Dijo la mujer.
-Me alegro. Oye tengo que salir con Sara para Miami y no tenemos a nadie de confianza para que se quede con Ilay- Le soltó Alex.
-Cuanto durarán allá?- Preguntó la pelinegra
-dos días, vendremos mañana en la noche- le informa Alex.
- Siendo así ok, cuando la traeras?- Preguntó Cara.
- ....Un... Estaba pensando en que tú vinieras- le dijo su hermano.
-En serio!..... Esta bien Alex, nos vemos en unos minutos - Dijo su hermana y colgó.
Alex se vistió cómodo. Unos simple jeans y un suéter blanco con unos tenis blancos, y unas bonitas Ray Van. Estuvo listo entonces.
Era muy temprano. Las 8 de la mañana. El vuelo salia a las 11:00 am.
Debía apresurar a su mujer.
Alex salio de su habitación, antes de entrar a la de Sara, fue a ver a Ilay que aun seguía durmiendo.
Estaba tan quieta, tan exonerada de problemas o ruidos, simplente parecía una princesa en una burbuja. Que no se daba cuenta de nada.
Su madre tiene un amante.
Su padre desea a su madre.
Su madre lo odia.
Esas ideas asomaron su cabeza con rudeza. Sin embargo sonrió mientras acariciaba la tierna varita de su hija.
-Eres tan perfecta...... Parece mentira que seas hija mía, que entre todos esos espermatozoides hayas sido la más rápida- Alex sonrió aun mas a pensar los disparates que le decía a su hija.
- En serio mi princesa..... Estoy tan feliz de haberte creado. Me arrepiento de haber lastimado a tu madre, pero en lo absoluto de ti. Eres lo mejor que me ha pasado. Te amo mi princesa - Le murmuró a los oídos para luego besar su frente con cariño.
Alex la miró por ultima vez para marcharse, pero al tocar la puerta. Una dulce y chillona voz interrumpió.
-Te amo, amoi de mi vila- murmuró la pequeña entre sueños.
Alex simplemente sintió como su pecho se hinchaba de amor y ternura. Aun no encontraba explicación de como algo tan bonito y delicado había salido de él........ Claro que había una respuesta! Como dudarlo si Sara era mas tierna que cualquier flor.
Solo termino de cerrar la puerta y entró sin tocar donde su esposa.
-Veo que estas lista- Le dijo admirando su vestido de flores y balerinas rojas. Parecía un ángel.
-Así es. Solo me despido de Ilay y nos vamos- Dijo ella mientras sostenía su maleta de manos y un abrigo púrpura.
-No la despiertes. Esta dormida- Le dijo Alex mientras la agarraba del antebrazo.
Sara ni siquiera contesto. Solo miraba estupefacta aquel agarre sólido y tibio al que era sometida.
Lo miró confundida. Ya no sabia que esperar de Alex, si un beso o una absurda ofensa.
Suspiró y solo retiro su brazo con algo de fuerza.
- Llegaremos tarde- Dijo Sara mientras salia delante.
Alex cargo con la otra maleta.
En la sala ya estaba Cara.
-Amores mío!- Saludo ella tan efusiva como siempre.
- Hermana. Estamos retrasados- Le advirtió Alex , arrastradñndo las dos maletas, la de él y Sara.
- Ok. Tengan buen viaje, yo cuidaré bien a mi sobrina- Le dijo Cara mientras veía salir a la pareja.
- Claro que lo harás- Le dijo Alex a su hermana quien sonrió con picardía.
Al bajar Gregorio estaba afuera.
- Ya veo que el milagro de Lázaro si sucede dos veces- Mencionó Sara con ironía al ver al hombre.
- Señora Levinson!- Saludo él con media sonrisa.
- Dios! Hasta mi nombre se le olvido- Reitero Sara.
El guardaespaldas sonrió ahora con sorna, él único que no se reía ni un poquito era Alex. No le gustaba en lo absoluto esa clase de confianza.
- Eres la señora Levinson así que conformate con eso- Repitió Alex con bastante sequedad.
Gregorio no hizo ningún gesto, solo les abrió la puerta del Bently para que se subieran.
El camino al aeropuerto fue rápido y silencioso.
En unos momentos estaban sentados uno al lado de otro, en asientos comerciales del avión.
El viaje duraría dos horas. Llegarían alrededor de las 1.
Sara se colocó del lado de la ventana. Amaba esos paisajes. Cuando viajaba con su padre los solía fotografiar.
- Se le ofrece algo de tomar?- pregunto una azafata lo bastante guapa como para poner nerviosa a Sara. Era pelirroja, pechos operados , piernas de envidia y cinturita de avispa.
Alex la miró con deseo y Sara con odio.
- Que tienes para ofrecerme?- le pregunto Alex amablemente.
-Lo que usted desee- respondió ella mientras se mordía el labio.
Sara sentía una gran molestia. Quería arrancarle los senos falsos a lo mujer y los ojos a su marido.
Ella parecía pintada en el avión. Miró su anillo de matrimonio bastante grande como para no ser visto.
Comenzó a pasarse la mano por el pelo del lado derecho, para que la estúpida pelirroja pudiera ver, que el otro idiota tenia dueña.
Por más mano que movió. La pelirroja ni siquiera se entero que al lado de semejante hombre hubiera algo que respirara.
Sara simplemente sentía como la bilis le subía a la garganta.
- Le gustas el jugo de melón?- le pregunto la pelirroja.
-Por supuesto! El jugo de dos melones siempre es bien recibido - Le dijo Alex a la mujer con el único objetivo de hacer enojar a su mujer que ya de por si estaba roja.
-Grandes o pequeños?- pregunto la azafata esta vez pasando su lengua por su labio superior.
Sara sintió asco, así que simplemente explotó.
Sin nada de delicadeza. Puso su mano izquierda donde el anillo de bodas estaba , sobre el fuerte pecho de su esposo.
El la miró curioso. Por primera vez la azafata reparó en ella y en el anillo de bodas que tenia su mano.
Sara puso voz mimosa.
-Cariño, se me antoja un jugo de manzana. Sabes que a NUESTRO bebé no le agrada los aviones- Recalcó Sara con bastante determinación.
La azafata en seguida cambio de postura.
Alex sonreía.
- Traigale un jugo de manzana a mi esposa embarazada, y a mi igual de manzana - Le dijo Alex aun sonriendo.
La azafata anotó lo pedido e iba a retirarse cuando Sara la paró.
- Otra cosa, a mi esposo traigale jugo hecho de manzanas pequeñas, a él le encantan las cosas PEQUEÑAS- Le dijo con voz seca.
La mujer entendió y se marchó de inmediato.
Después del episodio. Sara se sintió avergonzada, no podía levantar la cabeza, pues Alex aprovechaba para admirarla fijamente. Sus mejillas se encendieron
- Imagino que eso fueron celos- comento él divertido.
Sara no sabia que responder. La verdad es que ni ella misma sabia porque lo había hecho. Solo actuó por impulso.
Busco algo para decir en su cabeza.
-Imaginas mal. Solo pensé que necesitabas ayuda para ....deshacerte de ella- Le explico Sara.
Alex lo único que hizo fue soltar una carcajada que todo el avión lo miró.
Sara miró a la ventana avergonzada.
Alex le cogió el mentón con ternura y volteó su cara.
- Hey! No me molesta lo que hiciste, al contrario, me encanta que dibulgues que soy tuyo..... Porque quiero serlo! Aunque sea por este minuto o segundo..... Joder! Eres la celosa más sexy de este planeta- murmuró él haciéndola sonreír.
Entonces se sintió el cabrón mas feliz del mundo.
-No eran celos- Murmuró Sara entre risas.
- Que eran entonces?- pregunto Alex más interesado.
Sara lo pensó bien, no encontraba respuesta alguna, así que fue sincerada.
- No lo sé- Le dijo mientras lo miraba con esos enormes ojos, que hacían que Alex dudará de que ella fuera real.
-Pues... Puedes ponerte " No lo sé" más seguido. Me encanta esa faceta tuya- Le dijo acariciando su mejilla.
Sara quizo sonreír pero se la guardo para sí misma y se concentró en mirar por la ventana.
La mujer llegó con los jugos. Alex le entregó uno a Sara , quien se aseguro de cogerlo sin tener que rozar un dedo de él.
-Sara!- Llamó Alex.
-Que pasa?- pregunto ella sin quitar los ojos de la ventana. No se atrevía a mirarlo.
- Como le pondremos a nuestro bebé?- Pregunto él divertido.
Sara sonrió pero Alex no pudo apreciarlo.
-Me gusta Fulgencio Inocencio -Le dijo Sara algo relajada.
-Me gusta. Excelente nombre- Murmuró Alex mientras tocaba un mechón de cabello de su mujer.
Sonrió de nuevo. Él no sabia que pasaba pero solía reír bastante con ella.
El resto del viaje fue normal. Sara aprovecho para dormir un rato, mientras que Alex leía un poco.
-Atención pasajeros! Ponerse los cinturones que vamos aterrizar en breve- menciono el piloto, o quien quiera que sea que tuviera a mano el micrófono del avion.
Todos obedecieron. En unos minutos ya Sara y Alex cargaban con sus maletas.
- Pensé que habría un carro esperándonos , por ejemplo el exelero alias el baby de mami- hablo Sara con algo de sarcasmo.
-El exelero esta en RD, en la agencia, así que cogeremos un taxi- Le dice Alex haciéndole seña a uno.
Rápido llegaron al hotel. Alex se acercó a la recepción a buscar su llave. Ya el había reservado la habitación.
-Vamos- Dice Alex agarrando de la mano a su esposa. Los botones se encargarían del equipaje.
-Y mi llave?- Pregunto Sara.
-Aquí esta!- Le mostró Alex.
-Y la tuya?- Preguntó ella.
-Dormiremos juntos!- Afirmo Alex.
- Estas loco.....yo no voy a dormir contigo.... Ni lo sueñes- Gritó Sara asustando a algunos personas que iban a subir al ascensor alnigual que ellos.
Alex no respondió. Estaba comenzando a hartarse de los comentarios de Sara. Se concentró en apretarle la mano bien fuerte para que por lo menos se callará frente al grupo de hombres.
Al llegar a la habitación matrimonial. Sara se descontroló.
-Eres un hijo de tu mamá!..... Tenias todo planeado.... Pero sabes que?! Te vas a joder , porque no dormire contigo, así que quiero una habitación- Grito Sara.
Alex estaba cansado y tenia algo de calor. Se quito los zapatos y la camisa, se quedo solo con los pantalones.
-Te puedes callar mujer. Te juro que estas empezando a hartarme- Le dijo con voz seca.
Sara se percató de que él estaba enojado, pero le valió mierda y continuó alterándolo.
-No! No me puedo callar!.... Es más, no me da la gana de callarme, que te parece?- Le pregunto con acento sarcasmo.
-Me parece mal, porque si no te callas tú , te calló yo!- Le advirtió.
- Como me callaras?!.... Ya sé! Un trapo en la boca... Dios! Es que eres un bruto de la edad media....- Sara no pudo seguir hablando, porque unos labios se lo impedía.
Alex la besaba con fiereza mientras con una mano le agarraba el cuello y la otra la nalga. Sara intento resistirse pero los labios profesionales de Alex eran inrechazables. El beso duró un minuto.
Fue un minuto sin respirar. En una danza exquisita, donde la sensualidad era el principal género.
Al final Alex la soltó.
Sara tenía la boca roja totalmente y los ojos dilatos. Su pecho subía y bajaba con agresividad.
-Cuando te diga que te calles hazlo! No me gusta usar la fuerza contigo- Le dijo Alex mientras entraba al baño.
Sara lo maldijo mil veces porque al final de todo, si le había gustado el beso.
Su estómago rugió. Eran la una y media y aún no había comido algo sólido. Llamó servicio al cuarto y pidió algo de carne con ensalada.
Alex aún no había salido del baño cuando llego la comida.
Sara no lo dudo dos veces para atacar.
-Si quieres puedes dejarme algo!- Le dijo Alex.
Sara lo miró. Estaba totalmente cambiando, unas bermudas, camisa mangas cortas y zapatos veraniegos. Muy bien.
Al final de todo. Miami es un lugar caliente aún cuando estamos en octubre.
-Saldrás?- Preguntó Sara.
-Si- dijo él mientras se servía algo de comida.
-No sé, como comes tanto y no engordas- señalo Alex.
-No se como eres tan mujeriego y estas casado- comentó con ganas de peleas.
-No se como eres tan hermosa y no estas en mi cama- habló con sensualidad poniendola nuevamente nerviosa.
-No se como eres tan estúpido y aun así tienes dinero-
-Porque soy un hombre guapo- respondió él rompiendo el esquema.
-Te odio- Le dijo Sara mirándolo directo a los ojos.
-Me gusta que me odies-Le dijo Alex, antes de pararse. Darle un beso en la mejilla a Sara y salir de la habitación.
Él había quedado de verse con Linda.
Sara irritada termino de comer. Se baño y se vistió para ir de compras.

En el silencio de 4 paredes!Onde histórias criam vida. Descubra agora