MARGINAL ALPHA | bakugou katsuki [+18]

09 | capítulo nueve

CAPÍTULO NUEVE,
ALGUNAS COMPLICACIONES
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¿Cuánto había pasado ya desde lo sucedido con Bakugou en la segunda ingesta? Unas cuatro horas, quizás. Ahora eran casi la una de la madrugada y yo todavía estaba despierta. Tenía insomnio.

No podía dejar de repetir en mi cabeza todo lo que había pasado y cómo mi venganza se había ido por la borda rápidamente. Cómo la presión que Bakugou puso a que le respondiese su tonta burla me jugó en contra.

Todavía podía sentir mi cuerpo entumecido de la excitación y el efecto de las feromonas en mí, pero actualmente la sensación de incomodidad era incomparable. A pesar de eso, presentía que mi cuerpo no quería olvidar las feromonas del rubio, pues aún sentía el peso de ellas en la habitación.

Aún sentía el ardor caliente en los lugares donde habíamos tenido contacto físico.

Suspiro hondamente mientras me doy vuelta en mi cama al ser consciente de mis propios pensamientos. Quería pensar que quizás era porque había sido una dosis más fuerte que aún me sentía afectada por las feromonas y por eso todavía las podía percibir, aunque más sutilmente. También porque él estaba desgraciadamente a unos pocos metros de distancia y en la misma habitación que yo.

Y quizás fue por la dosis más fuerte que el sentido de humillación frente a las situaciones subidas de tono con Bakugou era menor. Que por eso, sólo sentía una vergüenza teñida de lascivia.

Más importante aún, ¿qué haría ahora con mi venganza? ¿Debería rendirme o simplemente aplazarla?

En realidad sólo quería un respiro y dejar de pensar en esto por un buen rato.

Bakugou había dormido horrible, tal vez por eso es que se había levantado tan malhumorado. Peor aún cuando abre los ojos y lo primero que ve es a la humana de pie preparándose para ir a clases. Estaba detestando fuertemente este lugar, los vínculos y las habitaciones compartidas.

El rubio se levanta de su cama mientras hace un gruñido de enfado que hace sobresaltar a la chica. Sin embargo, la ignora y va directo al baño. Por alguna razón, aún sentía que podía percibir sus feromonas y aroma por doquier, y eso le disgustaba.

Recordaba con vivacidad lo que había pasado la noche anterior durante la segunda ingesta, y a pesar de haberle devuelto la burla a la humana tal que podría estar tranquilo por su victoria, aún se sentía asqueado consigo mismo por no poder contener sus deseos carnales que iban hacia la humana. Una humana.

Maldición, ¿desde cuándo no podía contenerse bien? Los estimulantes de mierda le habían afectado duro. ¿Quizás por eso aún sentía el dulce aroma de ella particularmente dulce y presente? Estaba en el baño mientras se lavaba los dientes y todavía la podía percibir con intensidad, como si lo llamase y le pidiese que entierre su cara en su cuello.